Hoy, el único aliado de Pedro Sánchez es el COVID-19; mañana, el remordimiento de conciencia le contagiará con resultado FATAL.


Hoy, El único aliado de Pedro Sánchez es el COVID-19; mañana, el remordimiento de conciencia le contagiará con resultado FATAL.

Pedro Sánchez y parte del Gobierno de España están viendo que el coronavirus se va y ellos se quedan para enfrentarse al peor examen jurídico por negligencia asumida  de la historia de España. Los crímenes de lesa humanidad suponen un ataque grave a los derechos humanos personalísimos fundamentales que, por su crueldad, suponen un agravio no sólo a las víctimas concretas sino a la Humanidad en su conjunto. Integran este delito un abanico de conductas inhumanas cuando son cometidas como parte de un ataque generalizado o sistemático contra población civil o de no combatientes, con independencia de que sean o no de la misma nacionalidad que el agresor. Aunque España anda sumida en guerra dialéctica entre comunidades, no es necesario que para aplicar el leso agraviado u ofendido se encuentre en situación de guerra bélica.

Cualquier tribunal de justicia internacional dará como hecho probado que, Pedro Sánchez, actuó a sabiendas de que el riesgo en que puso a  la ciudadanía dando el pistoletazo de salida a la manifestación del 8M sería y así fue mortal de necesidad. 

Moncloa no acepta las preguntas de periodistas relativas a la polémica por las palabras del jefe de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, que este domingo aseguró en rueda de prensa que una de las líneas de actuación de este cuerpo es "minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno". Unas palabras que han desatado una tormenta política, que el ministro del Interior achacó a un "lapsus" y que han llevado al PP a pedir explicaciones, al considerar que no fue un error porque esta afirmación estaba "escrita".

La rueda de prensa del equipo técnico se ha desarrollado este lunes por los cauces habituales: mediante videoconferencia y con las preguntas de los periodistas emitidas en un chat de dos centenares de personas. La Secretaría de Estado de Comunicación, dirigida por Miguel Ángel Oliver, es la que debe elegir las preguntas que se realizan, y ha decidido obviar todas las cuestiones relativas a este asunto, por el que al menos seis periodistas pidieron explicaciones sobre esta polémica.

Con las preguntas vetadas, ha sido el director del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, quien ha lanzado voluntariamente una "reflexión" con duros reproches a los partidos de la oposición. Así, ha señalado que "sabemos que estamos muy expuestos a cualquier tipo de crítica", y ha destacado la "honestidad" del equipo técnico.

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