EEUU podría romper relaciones, de momento, comerciales con España y Argentina por su autodeterminación comunista/yihadista.
Solo apoyar al comunismo en
EEUU, te excluye de la sociedad. El comunismo es una máquina de matar.
Ninguna ideología ha matado
tanto como el comunismo. Ni siquiera el Nacional Socialismo de Hitler con 17
millones de muertos a sus espaldas se acerca ni de lejos a los más de 100
millones de víctimas que ostenta el comunismo. A pesar de este terrible bagaje
aun el comunismo subsiste y tiene sus defensores incluso entre algunos de los
actuales políticos españoles. Hoy, las únicas dictaduras totalitarias que
aún permanecen en el mundo son comunistas el mal llamado comunismo del siglo
XXI. : Cuba, Corea del Norte, Argentina, El Salvador, China, comunismo de corte
tradicional, Venezuela, Nicaragua con el que Políticos españoles aun
apoyan o son condescendientes con estos regímenes que aun perpetran asesinatos
políticos y menoscaban las libertades de sus ciudadanos. Las naciones europeas
del este que sí conocen en su pasado el azote de esta ideología y la han
sufrido en sus carnes, tienen en cambio en sus respectivos territorios la
prohibición de existencia de partidos comunistas.
Tras las disonancias sobre
el Sáhara y el giro sobre Venezuela, la cuestión más relevante será la relación
con EEUU.
El primer gobierno de
coalición de la democracia española nació este año 2020 después de un parto muy
complicado. Por primera vez dos partidos, el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE), creado en 1879, y Unidas Podemos, fruto de las protestas de 2014 y
2015, se sentaban juntos para gobernar España.
Sus líderes, Pedro Sánchez,
y Pablo Iglesias, firmaron un pacto de gobierno, en el que
sobre política exterior hay solo unas alusiones a cómo conciben una «España
europea abierta al mundo». Del gabinete forman parte ministros con una sólida
experiencia en la UE como Nadia Calviño, que repite en
Economía, o la propia Arancha González Laya, en
Exteriores. Está clara su orientación.
Los primeros pasos de este
experimento político, dos partidos de izquierdas, uno de nueva formación y otro
con gran tradición, denotan cómo unos y otros andan con pies de plomo para no
hacer saltar por los aires lo que tanto ha costado gestar.
Unidas Podemos, que cuenta
con cuatro ministros en el gabinete más uno de Izquierda Unida (Alberto Garzón
en Consumo), no tiene competencias en política exterior o de defensa,
carteras que están en manos de dos mujeres muy sólidas, Arancha González Laya y
Margarita
Robles.
Sin embargo, hay carteras
transversales, como la del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, ministro de
Derechos Sociales, que al estar a cargo de la Agenda 2030 también tiene
dimensión internacional.
Unidas Podemos se quedó al
margen en política exterior para evitar fricciones… La
Agenda 2030 permite a Iglesias proyección exterior sin entrar en conflictos»,
dice Molina
Es precisamente esa
transversalidad lo que llevó a dejar en evidencia las diferencias en algunas
cuestiones de política exterior, como es el Sáhara, entre los dos socios de la
coalición de gobierno. En principio, Unidas Podemos e Izquierda Unida no tienen
competencias en Exteriores ni en Defensa para que no haya choques, pero en el
mundo actual no hay compartimentos estanco.
«Están al margen pare evitar
fricciones. Todos saldrían perdiendo, y para Unidas Podemos no hay ninguna
cuestión de política exterior que no pueda salvarse de forma simbólica. La
Agenda 2030 puede dar proyección exterior a Iglesias sin entrar en conflictos»,
señala Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano.
Tropiezo en el Sáhara
El hombre de confianza de
Iglesias, Nacho Álvarez, secretario de estado de Derechos Sociales, se
reunió en el Ministerio con la responsable de Asuntos Sociales de la República
Árabe Saharaui, Suilma Hay Emhamed Salem, pese a que España no reconoce este Estado.
El número dos de Iglesias
proclamó su solidaridad con el pueblo saharaui en su cuenta de Twitter. A la
ministra de Exteriores, Arancha González Laya, le pidieron explicaciones desde
Marruecos, y ella a su vez leyó la cartilla a sus socios podemitas.
La ministra aseguró a Rabat
que la posición española no había cambiado y lo dejó claro en su cuenta de
Twitter también. Iglesias asumió finalmente la postura de Exteriores y su
número dos borró los tuits. Primer fuego apagado. Pero no será el último.
«Sobre el Sáhara, España
tiene una política clara: mantener el statu quo. El objetivo es no desequilibrar
a Marruecos. Si el gobierno está dividido, el coste se ve en el minuto
siguiente. La relación con Marruecos se deteriora inmediatamente. El desastre
sería muy grande», explica Ignacio Torreblanca, director del European
Council of Foreign Relations (ECFR) en Madrid.
La relación con Marruecos es
extremadamente delicada. Como es tradición fue el primer destino de la ministra
de Exteriores nada más asumir el cargo. Para España es esencial mantener la
«relación especial» con el vecino del norte de África. Afecta a cuestiones
migratorias, de seguridad, de pesca…
Marruecos sabe de su fuerza
en la relación con España y la ejerce. Su Congreso acaba de aprobar dos leyes
que suponen la ampliación de sus aguas territoriales en detrimento de los
intereses de Canarias. España aún no ha logrado que Rabat se eche atrás.
Sobre el Sáhara España tiene
una política clara: mantener el ‘statu quo’ y no desequilibrar a Marruecos. Si
el gobierno está dividido, el coste se ve al minuto siguiente».
Esta semana la diputada
canaria Ana Oramas ha planteado una enmienda transaccional en el Parlamento,
que insta al gobierno a que defienda la integridad del territorio terrestre y
marítimo de Canarias. «La sola respuesta de que Marruecos no adoptará una
decisión unilateral no tranquiliza», dijo Oramas en su intervención.
En esa sesión se escucharon
voces a favor de la República Árabe Saharaui procedentes de miembros de Unidas
Podemos y sus confluencias. La diputada canaria María del Carmen Pita Cárdenas,
de Unidas Podemos, denunció cómo «el hermano pueblo saharaui ha sido saqueado
por el reino alauí, con la complicidad histórica de España». Y ha remarcado:
«Apoyamos el derecho a decidir libremente de la ex colonia».
Joan Balldoví, diputado de
Compromís, reprochó «a los que se dan golpes de pecho hablando de España que
abandonen a su suerte a ciudadanos saharauis que tienen DNI español y llevan 40
años abandonados. Se merecen el mismo trato que los sefardíes». La República
Árabe Saharaui se proclamó el 27 de febrero de 1976. Es reconocida por 82
Estados (ninguno de la UE).
Con Argelia, que reconoce a
la República Árabe Saharaui, también nos movemos en arenas movedizas. Por
segunda vez Argelia ha obligado a posponer la visita de la ministra de
Exteriores. Argelia provee a España más de la mitad del gas que consumimos.
González Laya irá finalmente a Argel el 4 de marzo, si no hay novedades.
El tema del Sáhara está más
enraizado en la cultura política de Izquierda Unida que de Unidas Podemos. Lo
mismo ocurre con la OTAN, ya que IU nació como consecuencia de las protestas
anti OTAN ligadas al referéndum que convocó el gobierno de Felipe González
sobre la permanencia de España en la Alianza.
Podemos, mucho más ahora que
está en el Gobierno, solo se inmiscuirá en cuestiones en las que considera que
defiende y representa una posición dominante».
«Podemos, mucho más ahora
que está en el Gobierno, sólo se inmiscuirá en cuestiones en las que considera
que defiende y representa una posición dominante, mayoritaria. Cuestiones que
no le generan desgaste ni le asocien estrechamente con posiciones de la vieja
izquierda que Iglesias consideraba rancia y triste», afirma Javier Redondo,
profesor de Política y Gobierno en la Universidad Francisco de Vitoria y
coautor del libro Podemos. Cuando lo nuevo se hace viejo.
Y aporta la razón teórica de
este comportamiento político: «En sus orígenes, Podemos interpretó que las
sociedad actuales están atravesadas por múltiples microfracturas, identificando
la posición exitosa en cada una de ellas. Si el Sáhara o Palestina ya no representan
ejes divisivos, no los empleará».
El giro sobre Venezuela
Sobre el Sáhara ha sido el
Ministerio de Exteriores el que se ha impuesto con claridad. Sin embargo, en
relación con Venezuela se advierte un giro de Sánchez hacia las posiciones de
Iglesias y los suyos.
En Exteriores lo niegan
categóricamente. «No ha cambiado la posición del gobierno de España sobre
Venezuela», dijeron en el Ministerio al embajador del presidente encargado,
Juan Guaidó en España, Antonio Ecarri.
Respondían a la inquietud de
la embajada de Guaidó al ver que el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez,
no había recibido al presidente encargado en su gira europea. Al contrario que
hizo el presidente francés, Emmanuel Macron, o el primer ministro británico,
Boris Johnson.
A ello se unió la parada en Barajas
del avión de la vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez, que se reunió con
el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, lo que ha
desencadenado una crisis de confianza relevante, el llamado Delcygate. La
vicepresidenta chavista tiene prohibido entrar en el espacio aéreo de la UE por
las sanciones en su contra debido a violaciones de derechos humanos.
En ese contexto, Sánchez no
solo dio la espalda a Guaidó, a quien hace un año
reconoció como presidente encargado, sino que habló de él en el Congreso como
«líder de la oposición», como le califica Iglesias.
Con el fin de respaldar a
Sánchez, la ministra de Exteriores, que sí se entrevistó con Guaidó en Madrid, dijo
que era presidente encargado de Venezuela y líder de la oposición.
Desde el entorno de Guaidó sostienen que este planteamiento sería admisible
siempre que se puntualice que es «líder de la oposición al régimen usurpador».
El apoyo original de Podemos
a los procesos bolivarianos latinoamericanos, que usará la derecha siempre que
pueda, va a ser un dolor de cabeza para Exteriores».
Según Manuel Alcántara,
catedrático de Ciencia Política y Administración en la Universidad de Salamanca
y coautor de Los orígenes latinoamericanos de Podemos, «para la derecha el
pecado original de Podemos está en el apoyo e involucramiento en los procesos
bolivarianos latinoamericanos, algo que va a usar siempre aunque sea en asuntos
irrelevantes. Sin duda que eso va a ser un dolor de cabeza para Exteriores, un
Ministerio, que al igual que todo el gobierno está muy orientado hacia Europa».
Otro posible foco de
fricciones en el futuro es el hecho de que se esté desarrollando una diplomacia
soterrada por parte, sobre todo, de un miembro relevante del partido de
Iglesias.
El portavoz de Unidas
Podemos para Latinoamérica, y diputado de IU, Enrique Santiago, se
ha reunido recientemente con el ex guerrillero colombiano Pastor Alape,
también con una delegación de la Central de Trabajadores de Cuba, encabezada
por su secretario general, Ulises Guilarte, y con el subsecretario de
Exteriores del gobierno de López Obrador, Maximiliano Reyes Zúñiga.
Enrique Santiago defiende el
régimen castrista sin pudor alguno, y llama a «luchar contra la ofensiva
imperialista de EEUU» en América Latina. Por supuesto, avala a Maduro como
presidente de Venezuela.
En la comparecencia de la
ministra González Laya en el Congreso, Santiago le instó a que España se aparte
de cualquier actitud injerencista. Sobre Bolivia y la salida de Evo Morales del
poder dejó clara su visión: «En Bolivia ha habido un golpe de Estado.
Nos alegramos mucho de que el Ministerio Español de Exteriores hablara
claramente de intervención militar».
EEUU y sus bases en España
Last but not least. Con
Estados Unidos nos quedan varias asignaturas pendientes que pueden ser las más
complejas de resolver en política exterior entre las dos almas de este
gobierno, personalizadas en Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
«Con Estados Unidos estamos
abriendo muchos frentes. La tasa Google no gusta a los americanos y si algo no
les agrada, adoptan represalias asimétricas. Trump busca algo que te haga daño.
Y la cuestión pendiente de la ampliación de las bases en España no va a hacer
gracia a Unidas Podemos, menos aún a Izquierda Unida. El gobierno tendrá que
maniobrar para que se queden calladitos»,
Si se cumplen los plazos
previstos, antes de mayo de 2021, España y Estados Unidos tendrán que revisar
el Convenio de Cooperación para la Defensa, firmado en 1988, cuando aún no
había caído el Muro de Berlín. En varias ocasiones se han introducido enmiendas
al convenio: en 2002, 2012 y 2015. Hasta ahora, en lugar de adaptar el acuerdo,
se han introducido estas modificiaciones parciales.
El Parlamento habrá de dar
su visto bueno al refuerzo del escudo antimisiles, aprobado por decreto por
José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, con nuevos helicópteros.
Cuando España se incorpora a
la OTAN, EEUU se va replegando pero mantiene dos bases cruciales en España:
Morón (Sevilla), construida en 1941, y Rota (Cádiz), que data de 1953.
En 2012 se estableció en
Morón una fuerza dependiente del Mando para África (AFRICOM), que permite la
evacuación de no combatientes, recuperación de aeronaves, refuerzo diplomático
y asistencia humanitaria. El ataque en Bengasi en el que murió el embajador de
EEUU en Libia dio lugar a este refuerzo de la base.
En Rota, reforzada con el
escudo antimisiles, puede haber un máximo de 4.250 militares y 1.000 civiles
estadounidenses, según los compromisos del Tratado Bilateral. También se
renovarán los cuatro destructores lanzamisiles con sistema de combate Aegis,
instalados desde 2013 en Rota. Un comité permanente hispano-norteamericano
coordina todo lo referido al convenio de cooperación para la Defensa de España
y EEUU.
«La importancia de Rota y Morón es
muy alta para EEUU. Está desplegada la fuerza de reacción rápida para
África (en Morón). Es nuestra parte de la relación especial», señala
Torreblanca.
Para Izquierda Unida es una
cuestión que está en su ADN, de modo que se podrían oponer a la ampliación de
las bases. No se descarta que se abstuvieran y el PSOE tuviera que recurrir al
apoyo de la oposición conservadora y centrista.
Juega a favor del pragmatismo
el hecho de que el jefe de gabinete de Pablo Iglesias es Julio Rodríguez, ex
jefe del Estado Mayor de la Defensa, que sabe bien lo importante que es para
España las consecuencias que puede tener un enfrentamiento con Washington sobre
las bases.
«La relación con EEUU será
muy difícil, sobre todo si vuelve a ganar Trump. El gobierno de España tiene
como estrategia no aumentar su presupuesto en defensa, lo que perjudicaría la
agenda social de Podemos, a cambio de que EEUU mantenga Morón y Rota. Sería muy
irresponsable y muy grave que Podemos no entendiera que es una posición de
Estado».
Si Iglesias sigue por la
senda del pragmatismo, que parece haber emprendido, y logra contener a algunos
de sus diputados que todavía viven en la guerra fría, habrá choques pero se
podrán contener. Lo peor es que estas disonancias no van a ayudar a que España
defina sus intereses como país como debería.
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