Pedro Sánchez y Quim Torra, el hijo tonto de Puigdemont retan a la España decente a una guerra civil
No hay precedentes en la historia de España de una traición tan canallesca, tan perversa, tan ruin, tan innecesaria y tan miserable como la perpetrada entre Pedro Sánchez y Quim Torra en perjuicio de la soberanía nacional.
Pedro Sánchez ha diseñado un paquete de transferencias para contentar a los
independentistas de cara a sacar adelante los Presupuestos Generales del
Estado. Entre otros traspasos, el jefe del Ejecutivo pretende transferir el
Poder Judicial, las políticas de inmigración y protección civil.
Pedro Sánchez quiere lograr como
sea el respaldo de los separatistas para poder continuar en el poder. Y el orden de
los nuevos traspasos de competencias a la Generalitat para contentar a los
hombres de Torra, Puigdemont o Junqueras ya está definido. Entre esas nuevas
cesiones se encuentra el fraccionamiento del Poder Judicial, el
control de las funciones de protección civil y la
“participación” en la gestión de la inmigración.
Hay que recordar que la Justicia es básica
para los golpistas porque les permitiría controlar posteriores procesos judiciales relacionados con
el separatismo; la protección civil es clave por motivos obvios; y la
inmigración ha sido ya utilizada por CiU en el pasado para introducir inmigrantes
no hispanohablantes y marginar de esa manera el uso del castellano en
Cataluña.
El plan pasa por dar estas competencias a
la Generalitat que, para lo que sería necesaria una
primera reforma de la Constitución y su sometimiento a referéndum en toda España
para poder ampliar la capacidad de cesión de cuotas de poder a los
separatistas. Y es que los traspasos y sumisión que plantea Sánchez no caben en
el actual marco constitucional.
Los socialistas han recuperado con este
fin un viejo texto: el elaborado en julio de 2017 y conocido como Declaración
de Barcelona. Aunque, tan sólo con un pequeño cambio: y es que en aquella
época, cuando se redactó originalmente, era el voluntarista plan de un PSOE sin
poder real; y hoy es el plan de acción de un presidente del Gobierno atrapado y
dispuesto a entregar lo que sea con tal de seguir en La Moncloa.
Los socialistas han incluido esta
Declaración como explicación detallada dentro del plan oficial de acción
elaborado por el PSC para 2019: el mismo plan que conforma la hoja de ruta de
negociación con los separatistas. Y allí se destaca que tras “la Sentencia del
Tribunal Constitucional, existen cuestiones en el Estatuto de Autonomía de
Cataluña que fueron declaradas inconstitucionales más por
cuestiones legales de forma que de fondo. En consecuencia, en este ámbito
existe margen de actuación para impulsar un desarrollo normativo –que incluye
la reforma de normas de ámbito estatal ya existentes o, en su caso, la
aprobación de algunas nuevas– que profundicen en el autogobierno de Cataluña”.
Y esas nuevas cesiones abren el siguiente
plan de acción: “En este sentido, vamos a impulsar: La reforma de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, incorporando las previsiones sobre el
Consejo de Justicia de Cataluña y configurándolo como una instancia
desconcentrada del propio Consejo General del Poder Judicial”. Es decir,
que el Poder Judicial catalán sería autónomo del nacional: algo que
dejaría manos libres al Ejecutivo de Torra para manosear las futuras decisiones
sobre procesos relacionados con el separatismo.
Otro de los puntos de cesión sería “la
derogación de la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y
sostenibilidad de la Administración Local que aprobó el Partido Popular y la
aprobación de una nueva normativa para las entidades locales, que
garantice plenamente la autonomía local y su suficiencia financiera”: en
resumen, gastar sin medida ni control del déficit, teniendo en
cuenta que, pese a esa eliminación de topes, los ayuntamientos catalanes
seguirían respaldados por los sistemas de rescate financiero nacionales.
También se prevé reconocer “la institución
de las veguerías como entidad local distinta de la provincia y que ajuste la
delimitación provincial a las veguerías proyectadas tal y como recoge su
Estatuto”. “En este ámbito también defendemos la reforma de la Ley Reguladora
de las Bases del Régimen Local y de la Ley de Haciendas Locales y, en su caso,
la LOFCA y la Ley General Tributaria para reconocer a la Generalitat la
capacidad legislativa para establecer y regular tributos propios de los
gobiernos locales”, añade.
Además, se plantea “la presentación de una
proposición de ley en las Cortes Generales que contemple la necesidad de un
acuerdo previo con los gobiernos autonómicos para las inversiones estatales en
materia de bienes y equipamientos culturales” y la “culminación del traspaso de
las transferencias pendientes y de los recursos necesarios para hacerlas
efectivas en temas tales como salvamento marítimo y protección civil,
formación sanitaria especializada, mutuas de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales o ejecución de la legislación estatal en materia de
trabajo y relaciones laborales”.
Y, por si fuera poco, “la modificación de
las normas necesarias para reforzar la ya prevista participación de la
administración catalana en materia de inmigración”. Todo ello, teniendo en cuenta
que los separatistas ya han privilegiado la inmigración no hispanohablante para
poder implantar en los inmigrantes el catalán y marginar el castellano.
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