El PP, contra todos. El PSOE que admite contactos con VOX, y dice: "Si las elecciones se retrasarán una semana, El PP se quedaría si representación en Andalucía.



A los españoles debería preocuparles, incluso más que las elecciones del domingo,  que un banda de ignominiosos, racistas, dispuesto a expulsar a todos los inmigrantes –Yo, también, pero es imposible. Ejemplo, Italia- partidarios de la salida de la zona euro y por ende de la UE –¿Cómo le devolvemos de inmediato los más de 600.000 euros que le debemos?. Orgullo sin dinero es petulancia por huevuda y, además, representados por un candidato a presidir la Junta de Andalucía que no es que tenga que ser corrupto, ya lo es. Francisco Serrano estuvo inhabilitado como juez y aún no ha presentado el plan de financiación del partido para concurrir a estas elecciones. Es de necios pensar que VOX no está financiado por el PSOE.

Su única arma de lucha es la demagogia  o dominación tiránica del pueblo con empleo de halagos, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política.

Algunas encuestas le dan entre  uno y 10 diputados  en el Parlamento andaluz. Dicen que ha multiplicado por tres la intención de voto. Y hay trabajos demoscópicos que aseguran que le «roba» 6.500 votos diarios al Partido Popular y 1.200 a Ciudadanos. También aseguran que si las elecciones se retrasaran un mes más o se tuvieran que repetir, dejaría al PP literalmente sin representación y a Ciudadanos temblando. Cuesta creer que sea verdad, pero es lo que dicen los que analizan la procedencia de cada intención de voto que se confiesa y sería la primer vez que se aproximan. Y este cronista no tiene formación ni método para discutirlo. Trato de buscar una explicación. Hay un votante minoritario que rechaza la inmigración y el Estado de las autonomías, es crítico con la Unión Europea y fuertemente nacionalista español que estaba esperando un partido así. 

La repentina conversión del Partido Popular a algunos de esos principios ideológicos es interpretada por ese votante como oportunista y poco creíble y, por tanto, se quedan con el original, como cada vez que un partido intenta copiar a otro. Pero hay algo más: son esas fuerzas políticas perjudicadas por Vox las que le están haciendo la propaganda electoral. ¿Para qué quiere carteles o participar en debates electorales, si los demás lo hacen por ellos? No hay día que algún líder conservador no los critique en público, dándoles una relevancia que no tiene. En las últimas fechas, las posibles alianzas con Vox han sido el ingrediente básico de la campaña, alimentado por Susana Díaz, a quien beneficia el reparto del sufragio conservador. No me digan que no es necio quien en campaña electoral se dedica a regalar imagen y presencia al adversario que trata de ocupar su terreno. Es el colmo de la impericia, por no decir falta de inteligencia. Y digo solo impericia para no ofender.

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