Es cierto y verdad que históricamente los comunistas/socialistas
han manipulado muy varias elecciones porque se mofan de la democracia burguesa.
Está más que demostrada la trampa sociocomunista en las elecciones españolas de
febrero de 1936 que encaramaron al Frente Popular en el poder y,
posteriormente, a la guerra civil. Todavía en pleno siglo XXI son evidentes las manipulaciones electorales de Chávez y
Maduro en Venezuela.
Pero el caso de España es para temblar. Podemos ha
manipulado el censo de votantes socialistas, solo para votar a Pedro Sánchez (pacto)
que con junto al comodín de ciudadanos pueden formar Gobierno desde ya.
En el PSOE/sanchista cualquier sabotaje es un pelo a la mar.
Todo es producto de la mala fe de Susana Díaz o parte de la mafia del PP. Tras
el descubrimiento de afiliaciones en masa en distintas provincias, no está
claro quién está detrás de Sánchez ni quién está llenando sus actos de campaña.
Durante el fin de semana en el que fue escabechado Pedro
Sánchez, los sanchistas trataron de hacer trampas en las urnas pero su maniobra
fue desarticulada. Ahora son muchos los militantes que tienen la mosca detrás
de la oreja y exigen que se vigile todo el proceso para que nada lo manche.
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