Detienen a la cúpula de Ausbanc y Manos Limpias. Los jueces podemitas, Castro e Yllanes eran colaboradores destacados.
Todas las barbaridades que
hemos leído sobre Amancio Ortega por parte de la banda asesina son producto de varios frustrados chantaje al dueño de Zara por parte de jueces podemitas y los
detenidos. Podemos va a salir muy dañado e incluso puede que
hasta desaparezca.
Ya son más de 400 los
chantajes de Manos Limpias y Ausbanc. Los presuntos delincuentes no tenían
límites. Bancos, dueños de fincas que no querían vender y empresas del más vario género fueron
extorsionados de forma implacable. La UDEF ha vuelto a la carga y ha lanzado
una operación para que la policía detenga a dirigentes de ambas asociaciones
“por coordinarse para utilizar querellas judiciales” y beneficiarse de ellas
por medio del chantaje.
Según explica José María
Olmo, Manos Limpias y Ausbanc se coordinaron en su día para exigir 3.000.000 de
euros a CaixaBank y Banco Sabadell, “a cambio de retirar la acusación que
mantenía a la Infanta Cristina implicada en el caso Nóos. El pago no llegó a
producirse, aunque Bernard redactó incluso un borrador de desimputación que fue
localizado en soporte informático de su oficina”. Es curioso este Bernard,
dueño de Manos Limpias y de la Fundación Francisco Franco recibía subvenciones del Gobierno y las donada a Podemos, al objeto
de dañar la monarquía.
Dos jueces de ideología
podemita, Castro e Yllanes, aceptaron las denuncias de Manos Limpias hasta
sentar a la Infanta en el banquillo de los acusados. Ahora se sabe ya que, al
margen de la culpabilidad ya sentenciada de Urdangarín, todo lo relacionado con
Doña Cristina era una maniobra de chantaje destinada a beneficiarse
económicamente. La abogada López Negrete se encuentra en entredicho por su
participación en la maniobra contra la hija de Juan Carlos I. Dicha abogada
comía y cenaba con ambos jueces e incluso redactaban las querellas conjuntamente.
En pleno caso Nóos, el
pseudosindicato, Manos Limpias quiso convertirse en partido político. Sus
aspiraciones cesaron cuando se descubrió el pastel y su principal dirigente fue
encarcelado. Al final los sinvergüenzas también pagan sus trapisonderías aunque
el daño esté hecho.
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