En Almería, capital de
la Cataluña noble y laboriosa, estamos hasta los cojones de las risotadas de
los poco más de 300.000 votantes de la CUP (organización asamblearia,
anticapitalista, secesionista, antitodo, feminista, anarquista y malévola) que
está detrás de las siglas (Candidatura de Unidad Popular).
En Pernambuco como en
Almería pasando New York, no damos
crédito a que los 3.030 compromisarios de la CUP, para decidir si daban o no el
voto de sus diez diputados a la
candidatura de Artur Mas para presidir el Gobierno catalán, y que alargó y sigue
alargando la expectación unos cuantos días más al producirse un empate a 1.515
votos, cuya probabilidad era del 0,00033 %. Vamos, que adelantaron cuatro horas
el día de los Santos Inocentes, al que tan aficionados son ellos y sus socios
de Podemos. En resumen, si como todo está previsto dos barriobajeros votan a
favor de la investidura de Mas y ocho se
abstienen, sencillamente, la democracia es una mierda.
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