En la campaña de las
elecciones catalanas no todo han sido bailes o chanzas en los mítines. También
ha habido argumentos cruzados y debates sobre diez temas que serán claves para
el votante catalán. La independencia ha monopolizado prácticamente todas las discusiones.
Los esfuerzos del presidente de la Generalitat, Artur Mas, para configurar el
carácter plebiscitario de las elecciones de mañana han contado con la ayuda de
la batería de respuestas a la secesión que han llegado desde del Gobierno, la
banca, las empresas los mandatarios internacionales, e incluso el fútbol.
La independencia. La
secesión de Cataluña ha centrado la campaña. Junts pel Sí ha buscado la épica,
empezado por lemas como "el voto de tu vida", que intenta recalcar
que los comicios de este domingo son una ocasión histórica para lograr la independencia.
La CUP ha combinado la defensa de la secesión con un discurso anticapitalista.
En la contra se han situado Ciutadans y el PP, que sin hablar explícitamente de
plebiscito, han tratado estos comicios como algo más que unas autonómicas. En
el medio Catalunya Sí que es Pot, Unió, y en menor medida el PSC, que llaman a
aparcar el debate secesionista para centrarse en las políticas sociales y
económicas.
Mas soslaya los riesgos
sobre las pensiones para atraer a los jubilados
La corrupción. La
corrupción entró en campaña dos semanas antes de que arrancaran las caravanas
electorales, cuando la Guardia Civil entró en la sede de Convergència para
investigar presuntas comisiones del 3% en obra pública. Junts pel Sí, que el
mismo día presentaba su lista, denunció que se trataba de un intento de influir
en los comicios. Para el resto, la prueba de que Artur Mas no es trigo limpio.
El actual presidente se ha librado de responder sobre los casos de corrupción
en los debates -las sedes embargadas por el caso Palau, los escándalos de los
Pujol- ya que el primer puesto de su lista es para Raül Romeva, aunque Mas sea
el escogido para aspirar a la presidencia.
La banca. Las entidades
bancarias entraron en la campaña con un comunicado en el que alertaban de las
consecuencias de la secesión, incluido el riesgo de abandonar Cataluña en caso
de independencia. Los partidos secesionistas se enardecieron y basaron su
discurso en desprestigiar las entidades por la crisis. El resto lo vio como una
evidencia de los riesgos de la independencia, excepto Catalunya Sí que es Pot,
que pidió a los bancos que no se entrometiesen en los comicios.
El corralito. A las
advertencias de la banca se sumó el gobernador del Banco de España, Luis María
Linde, que avisó del riesgo de un "corralito" en Cataluña con la
hipotética independencia. Un argumento de campaña del PP que según Mas era "imposible"
que llegara a producirse. El propio Linde admitió, días más tarde, que se
trataba de una posibilidad "altamente improbable"
Las pensiones. ¿Podría
una Cataluña independiente pagar las pensiones? Como en todo, opiniones
enfrentadas: los independentistas defienden que sí, y el resto que no. En la
campaña, más allá de ser un arma electoral arrojadiza (el PP usaba datos de los
dos últimos años para decir que habría déficit en las pensiones, y Junts pel Sí
repasaba las cifras de una década para sostener que habría superávit) ha
provocado una guerra de cartas a los jubilados con las dos tesis.
La Unión Europea. La
presencia o no de Cataluña en la Unión Europea es un aspecto clave en el debate
secesionista, porque los sondeos muestran que el voto favorable a la
independencia descendería en caso de exclusión comunitaria. La discusión ha
sido constante en esta campaña, con un punto cumbre: el cara a cara entre el
ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el líder de ERC,
Oriol Junqueras. El Gobierno ha contado con numerosos pronunciamientos
internacionales contra la secesión, como el del premier británico David
Cameron, la canciller Angela Merkel o el presidente de Estados Unidos, Barack
Obama.
La nacionalidad. El
debate sobre la nacionalidad española en una Cataluña independiente entró en
campaña de forma sorprendente, cuando Mariano Rajoy tuvo muchas dudas en la
radio sobre qué decía la Constitución al respecto. Uno de los argumentos de
Junts pel Sí es que los catalanes podrán seguir en la UE porque la nacionalidad
española les da, automáticamente, la ciudadanía comunitaria. Las dudas de Rajoy
han servido de arma en campaña, hasta el punto que la entrevista radiofónica se
convirtió en anuncio electoral de la lista de Mas.
Las políticas sociales.
Con el debate centrado en la independencia, las políticas sociales han brillado
por su ausencia en los discursos de algunos partidos. Otros, como Catalunya Sí
que es Pot o el PSC, las han convertido en eje de su campaña. La figura de Mas
era otra vez el dardo de los ataques: los partidos denunciaban que si gana
Junts pel Sí -como pronostican los sondeos- Mas volverá a ser el presidente,
tras cuatro años de mandato caracterizados por los recortes y las
privatizaciones.
La movilización. Todos
los partidos dan por hecho que la participación subirá en estos comicios. Los
partidos independentistas tienen al electorado muy movilizado, y más después de
la multitudinaria Diada del 11 de septiembre, con una marcha multitudinaria por
cuarto año consecutivo. El resto llama a una participación masiva para frenar
la secesión en las urnas.
Las elecciones
generales. Las elecciones de diciembre también han influido en la campaña, con
los líderes de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos volcados en hacer campaña para sus
candidatos en Cataluña, y de paso empezar a sembrar para los siguientes
comicios. Artur Mas ironizó sobre su presencia hablando de la misma manera que
se caricaturiza los indios americanos: "Grandes jefes venir a la reserva
catalana a decir indígenas qué conviene votar". Pablo Iglesias, líder de
Podemos, le respondió de la misma manera: "Coleta morada no entender
pequeño Pujol solo hablar bandera y no barracones."
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