Ciutadans: La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.
Cierto y verdad es que en mi vida he tenido más errores que aciertos y, posiblemente, siga sumando en negativo. Pero, también es verdad o, al menos, dicen que rectificar es de sabios y, justo eso, eso quiero ser, “sabio por un día”
Cuando vi por primera vez el
logotipo de Ciutadans sospeché y sospeché que eran una banda de niños de Papá
cuyo último juego, juego de moda, era la
política, otros juegan a la ruleta rusa. Posteriormente, influenciado por mis
hijos, les estudié un poco a fondo y, la verdad, me convencieron.
Pero como que no soy ni río ni rambla, por
tanto, me puedo volver cuando me de la gana, mi opinión es que ciutadans son el
Podemos de la ultraderecha. Ni han aprendido y, lo que es peor, no pueden
aprender porque son testapólvora por alienación política, o sea, una bomba
casera por explotar en “los parlamentos”.
Un desertor, evidentemente es un
golondrino evadido. En campaña de guerra podría ser hasta depuesto de la vida
mediante garrote vil o fusilado. En tiempos de paz, no pasa de ser un pajillero
de políticos y corruptos venidos a menos. El partido amarillo huevo frito, catalán/medio
españolizado se está nutriendo de desertores, marginados y expulsados de otros
partidos y así, llenando las listas de pueblos y ciudades de deshechos
políticos solo puede activarse el detonador de la bomba llena de
butifarras catalanas y charnegos
En el año 150 AC, cuando los romanos se
extendían por todo el mundo conocido, ocurrió que en Lusitania un cónsul
llamado Escipio debió afrontar los embates de un movimiento independentista.
Como la tarea de represión era muy dificultosa, decidió aniquilar al líder de
los rebeldes, de nombre Viriato (180-139 AC). Para concretar tal fin, pactó con
tres nativos, amigos de Viriato, para que le matasen a cambio de una suculenta
recompensa. Una vez perpetrado el crimen, los sujetos se presentaron ante
Escipio reclamando el pago de la deuda. Sin inmutarse, el político romano les
dijo: “Roma no paga traidores”. De esta forma, les hizo sentir el
rigor por haber actuado en contra de la ética imperante aún cuando él mismo
había sido el gestor del acto. ¿Hará Alberto Rivera igual que Escipio o el
pueblo español no le dará tiempo?
¡Vaya desengaño que me he llevado con
ciutadans¡ Antes no creía ni en la democracia, ahora no creo ni en mi.
Pienso como usted; un partido que recoje a todo aquél que abandona otro partido es una bomba de relojería.
ResponderEliminarCiudadanos se está nutriendo de políticos que abandonan como ratas barcos que no navegan por aguas calmadas y no se dá cuenta (o no quiere darse) que los mercenarios de la política sólo guardan lealtad a los cargos y al poder... al poder que puedan detentar, vamos.
De estas lluvias...
siembra vientos y recogeras tempestades, cada dia mas cerca del apocalipsis los de ciudadanos, a estos politicos no hace falta criarlos, ya estan bien gorditos, estan a la espera de sacarnos los ojos.
ResponderEliminarCuanta razón tienes Juan Pardo
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