Acostumbrada a cosechar alabanzas casi unánimes con sus decisiones
de vestuario, Michelle Obama recibió otro tipo de reacciones este martes al
prescindir del velo en Arabia Saudí, un gesto que generó polémica en Twitter y
en el que muchos ven hoy un trasfondo claramente político.
Durante su breve
visita a Riad el martes para acompañar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el funeral del rey saudí
Abdalá, la primera dama estadounidense optó por cubrirse el cuerpo por completo
con un pantalón negro, una blusa azul eléctrico y una chaqueta larga estampada,
pero dejó al descubierto sus cabellos.
La decisión no supone
una ruptura del protocolo en Arabia Saudí, donde la estricta interpretación de
la ley islámica o sharía obliga a las mujeres saudíes a llevar velo y
vestimenta negra que cubra todo el cuerpo, pero no impone el mismo requisito a
las extranjeras.
Eso no evitó, sin
embargo, que a lo largo del día se enviaran en la red Twitter unos 1.500
mensajes con la etiqueta en árabe "Michelle Obama sin velo", muchos
de ellos críticos con la primera dama.
La diplomacia
saudí se vio incluso obligada a desmentir un rumor de que la televisión estatal
del país había colocado una mancha borrosa encima de la figura de la primera
dama para ocultar su cabello en las imágenes que transmitió de los actos
oficiales.
Muchos medios de
Estados Unidos se preguntaban hoy si Michelle Obama, conocida por elegir con
cuidado su atuendo para cada ocasión, buscaba enviar un mensaje sobre los
derechos de la mujer en el mundo árabe.
"La vestimenta de la primera dama en este viaje fue
coherente con la que llevaron otras primeras damas como Laura Bush y Hillary Clinton en sus visitas a Arabia Saudí, o la
canciller (alemana) Angela Merkel", dijo hoy el portavoz adjunto de la
Casa Blanca, Eric Schultz, en su conferencia de prensa diaria.
Anita McBride, que
fue jefa de gabinete de Laura Bush, asegura que la exprimera dama y esposa de
George W. Bush no pretendía mandar un "mensaje político" cuando
acudió sin velo a una reunión con el rey saudí Abdalá en 2006.
"Y tampoco
creo que (en el caso de Michelle Obama) se trate de una declaración política
para impulsar una opinión feminista, como se está describiendo en los medios
"No se le
exige llevar velo, y no creo que se hubiera arriesgado a hacer algo tan poco
apropiado diplomáticamente como usar una razón política para promover una idea
cuando están visitando Arabia Saudí en un momento de luto", añadió la
exfuncionaria.
Según Katherine
Jellison, que estudia la historia de las primeras damas de Estados Unidos para la
Universidad de Ohio, "el hecho de que Laura Bush hubiera sentado ya el
precedente" en 2006 "probablemente facilitó las cosas para que
Michelle Obama siguiera su ejemplo e hiciera lo que le resultaba más
cómodo".
Además, la familia
que rige Arabia Saudí "es menos estricta en sus ideas sobre el
comportamiento de la mujer que los líderes religiosos del país", y saber
que sus anfitriones "no iban a sentirse personalmente ofendidos por su
gesto probablemente también hizo más fácil la decisión", explicó Jellison
a Efe.
En efecto, la
familia real saudí no ha expresado públicamente señales de incomodidad por el
gesto, y ha sido en las redes sociales y los medios de comunicación donde se ha
generado el debate.
El senador
republicano Ted Cruz agitó hoy la conversación al respaldar el supuesto mensaje
político de la primera dama, con una alabanza a la Casa Blanca muy poco
habitual en él.
"Felicidades a la primera dama por defender a las
mujeres y negarse a llevar el velo requerido por la sharía en Arabia Saudí.
Bien hecho. Algunos de los tuits publicados el martes recordaban que la primera
dama sí llevó velo cuando visitó una mezquita durante su viaje a Indonesia en
2010, y se preguntaban por qué decidió prescindir de él cuando acudía al
funeral de un monarca árabe.
Para Anita
McBride, esa crítica sí tiene sentido, dado que "es fácil, en el mundo de
la diplomacia, que un país se ofenda si se les trata de forma diferente"
que a otro.
Pero el nuevo rey
saudí, Salman bin Abdelaziz, no pareció sentir ofensa alguna cuando estrechó la
mano de Michelle Obama durante la ceremonia del martes, deseoso de fortalecer
la relación sin espolear una conversación sobre los derechos humanos en el
país.
El propio
presidente Barack Obama parecía también interesado en alejar todo contenido
político de la visita, como demostró al ignorar, durante una entrevista con la
cadena CNN, una pregunta sobre si plantearía en Riad el caso de los latigazos
propinados al destacado activista Raef Badaui, condenado por insultar al Islam.
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