España, hoy, te necesita |
Igual es por
aquello de que no hay mal que cien años dure, renovarse o morir, en el cambio
está la ventaja o, sencillamente, porque nos gusta variar. Si observamos el
mapa político europeo constatamos que los dos o tres grandes partidos que en
cada país han sostenido la ""democracia"" pierden espacio a favor de opciones
extremas, de izquierdas o derechas, marcadamente populistas, que ofrecen acabar
con lo existente a cambio de construir no se sabe muy bien qué: el UKIP en el
Reino Unido, el Front National en Francia, la Siryza en Grecia o Podemos en España
no agotan el catálogo, pero ejemplifican bien ese proceso.
La principal
responsabilidad del que podría ser un cambio histórico le corresponde,
evidentemente, a los propios partidos que, llegado el caso, resultarían sus
paganos. Y es que esos partidos, que se han alternado en el Gobierno y la
oposición durante años, han llegado a convertirse, hasta extremos inaceptables
para una sociedad bien informada, en máquinas burocráticas, dominadas por un
autismo social que hace verosímil el discurso populista que los convierte en
culpables de todos los males de este mundo.
Frente a esos
males, reales o supuestos, los populismos radicales se ofrecen a darle al
pueblo todo lo que pide, fórmula mágica que resultaría genial, de no ser por un
inconveniente: que el pueblo no existe como tal. No, el pueblo es una
abstracción de la teoría democrática bajo la que se esconden en realidad
multitud de intereses contrapuestos que el sistema político debe jerarquizar
para evitar el caos que supondría el irresponsable intento de atenderlos todos
a la vez.
El anverso de ese
sueño, sueño de la razón, que ha producido muchos de los monstruos de la
historia, los partidos que hoy criticamos con razón han logrado, sin embargo,
tras la Segunda Guerra Mundial lo que, antes de ella, parecía una quimera:
estabilizar las democracias reduciendo el pluripartidismo ingobernable,
construir Estados de bienestar antes inexistentes, impulsar una unidad europea
que hoy supone un gran patrimonio económico y político, y asentar una paz
duradera tras dos conflictos mundiales que, iniciados en Europa, dejaron
docenas de millones de muertos y una devastación aterradora.
Los populismos
radicales niegan o creen caídos del cielo, son el resultado del esfuerzo de
sociedades que han liderado los partidos de los que hoy tantos se avergüenzan.
No seré yo quien les quite la inmensa responsabilidad que tienen en su
descrédito actual. Solo a ellos les corresponde superarlos para salir del
agujero negro en el que están. Nuestra responsabilidad es diferente: elegir
entre quienes saben que gobernar es jerarquizar necesidades y quienes
proclaman, como si fuéramos todos idiotas, que ellos van a hacerlo como Dios,
convencidos de que es suficiente con decir: «hágase la luz» para que la luz se
haga. Tu, decides.
En los momentos de crisis, los más descabellados son los que se aúpan al poder aprovechando la desesperación de la gente...
ResponderEliminarPara mi que nos deciden, Juan Pardo.
ResponderEliminarPara no variar tienes toda la razón del mundo.
ResponderEliminarSi, Petunia, pero ese poder es sumamente peligroso para la sociedad que lo sustenta.
ResponderEliminarHombreeee, y tanto. Lo que no se aprende de la Historia es que quienes más van a sufrír sus consecuencias son precisamente aquellos que les votan (el sector más débil)...
ResponderEliminarDe ahí que la democracia siendo el mejor de los peores sistemas de elección, haya pasado a ser un sin sentido. Votad a quien más sale en TV o quien más ruido haga no es democrático. Decía Hoenes que las democracias tienen que pasar por un ciclo tecnocrático para eliminar los vicios ocultos que generan.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo!
ResponderEliminarNi siquiera los que aquí participan (se supone que gente preocupada de la política) se la ha leído o la ha "digerido", hablan de oídas y dicen cada burrada...
ResponderEliminarJuan Pardo Navarro El error es creer que en España hay Democracia. En España y en el resto de Europa, exceptuando Francia, UK y Suiza, el votante solo vota, no elige e nadie, quien elige son los jefes de los partidos, que son los que hacen las listas y, por supuesto, tampoco hay separación de poderes. Cuando se comprenda esto, espero que las personas entiendan que la única salida es no participar con estas reglas fraudulentas y solo entonces tendremos una oportunidad para salir del pozo en el que nos encontramos.
ResponderEliminarEso también.
ResponderEliminarEl que estrelló el coche es un perturbado y es lo mejor que se puede decir de él. SI no seria un terrorista. No es un hambriento, disculpa de tantas cosas, Justificar la violencia, siempre se puede volver sobre el que lo predica. Animar al odio, la venganza y el rencor dejará descansado el alma del que lo predica, pero no soluciona nada y crea muchos problemas.
ResponderEliminarEsta crisis, no es tal, es una ESTAFA...y el bipartidismo demuestra que han aprovechado el cotarro para forrarse, o sea como no echemos a toda la chusma que se lo esta llevando...seguiremos peor mucho peor, Yo votare por Podemos..gente joven y con ganas de renovar y echar a corruptos y parasitos.
ResponderEliminarGrazie Juan, ho letto il tuo articolo e condivido il tuo pensiero; non esistono formule magiche per risolvere i gravi problemi del Paese, ma la gente esasperata vuole credere e sbaglia. Per ottenere un miglioramento occorre una politica economica mirata,non promesse al vento.Dolce notte Juan,un abbraccio
ResponderEliminarHolaaas!!!!!buenas noches Juan!!!!!muchas gracias por añadirme!!!!!encantada!!!!!feliz noche!!!!;saludos!!!!
ResponderEliminar