Ya empiezan a sonar
tambores con eco de elecciones. Todo serán promesas, edenes comunitarios,
bienestar social, pobreza para los ricos
y progresa con riqueza para los pobres. Después, todo, todo será MENTIRA.
La mentira ha sido y es
una herramienta de políticos de todas las tendencias para ocultar una
información sensible al pueblo o una realidad incómoda pero, sobre todo, para
mantener el poder en las manos de los que se adueñan, manos sucias. Mentir
sobre una situación dramática a aquellos mismos que la sufren es la mentira
elevada a la enésima potencia. Un ejercicio del poder para imponer una
narración a pesar de que la vida de los que la escuchan se empeñe en demostrar
que no es cierta. Una manera de hipnotizar a la sociedad desde un lenguaje
esquizofrénico. La mentira forma parte de las habilidades de los políticos y es
la medida que distingue a aquellos que harán carrera en la política de aquellos
que se quedarán en el camino. La mentira es uno de los cimientos con los que se
construyen los programas electorales. Los mítines son una sarta de mentiras
elegidas para satisfacer a oídos más favorables. Las comparecencias de los
presidentes ante sus pueblos son un ejercicio asombroso para ocultar lo que
realmente está sucediendo. Los parlamentos son un teatro donde se exhiben los
más habilidosos y se compite por conseguir qué mentira prevalecerá sobre todas
las demás. Hay demasiado en juego como para decir la verdad. La mentira es una
manera de inducir realidades a través de mensajes eficaces, que son capaces de
proporcionar las gafas adecuadas para ver la realidad como quieren que se vea.
La mentira, algún día, pasará factura a los mentiros enmascarados de políticos,
de momento, solo se adueña de la fe y la esperanza del pueblo, del votante
activo.
Pues deberían de empezar a cambiar de estrategia.Nos estamos cansando¡¡¡
ResponderEliminarMari Carmen ellos, no se cansan y, además, les votarán.
ResponderEliminarPero alguien debe parar tanta mentira.
ResponderEliminarLuego las niegan y los borregos a seguir votándoles.
ResponderEliminarNunca nadie mintió tanto como los políticos españoles.
ResponderEliminarY lo que nos queda. Muy bueno, Pardo.
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