UGT, banda organizada.

De sobra es conocido que la reputación de políticos, sindicatos, Monarquía, banqueros, personal al servicio de la justicia, hacienda y todo aquello que gire en torno a Moncloa; es tan triste como inexistente. En España, la presunción de inocencia, para por la de indecencia.

Los despotismos económicas atribuidos a la UGT de Andalucía eran tan bastos, tan incívicos, tan estúpidos, tan escandalosamente desvergonzados, que me costó mucho esfuerzo comprenderlos. Nadie podía dar crédito a que se hubieran pasado a la Junta gastos de transporte de manifestantes, precisamente, contra la Junta. No sé qué dirá, la monja luterana, Susana Ruiz. La verdad siempre dice lo mismo, solo tiene 10 frases un poco argumentadas. Por tanto dirá que está en fase  de investigación.  Sobresueldos sobre sobresueldos, dietas sobre dietas, Orgías en el Caribe, Sudráfrica, Argentina, etc. ¿Dónde están los órganos de control. Igual piensan que un órgano solo es la picha.

Tan cierto como verdad, hasta el mismísimo,  Cándido Méndez  le costó creerlo tanto es así que rozó el ridículo durante todo el tiempo que duró la filtración de los vergonzantes documentos, hasta que la fuerza de las informaciones le obligó a exigir responsabilidades. Todo ha sido tan barriobajero, que llegué a pensar  que formaba parte de la campaña de derribo de los sindicatos. Y todo ha sido tan golfo, que la mejor definición para el escándalo probablemente sería la de «golfería organizada». ¡Qué pena, qué humillación para una organización de tanta historia y de tantos servicios a la clase trabajadora y, por tanto, a la sociedad!

Os preguntaréis que porqué se destapó este escándalo, como este o más grandes hay uno cada media hora. Todo se descubrió por alguna venganza. UGT presentó un expediente de regulación de empleo que supuso el despido directo de 162 empleados, alguno de ellos fue previsor, guardó la documentación y la utilizó como revancha por quedarse en la calle. A mi, también, me han mandado varias. Os puedo asegurar que son demasiado fuertes, todas más que la de los maletines.  Es el problema de  despedir a funcionarios o empleados de entes públicos. De ahí que el PP, no despida al cuñado de Bárcenas y casi al mismo Luis el Cabrón..


De momento solo se ha cobrado la vida sindical dimisión del secretario general para Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, que soportó las denuncias publicadas, pero no la revisión de expedientes que anuncia la Junta y la posible reclamación para que se devuelvan 7,5 millones de euros. O sea, que Fernández huye de la quema, repito son muy fuertes las golfadas que aportan los empleados despedidos.  Pero, seguro que no pasará de ser una golfería y UGT, no pagará nada a nadie. 



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