Ningún español pone en duda que ideológicamente, Puigdemont y Otegi son, totalmente, contrarias, sólo les une el odio a España, a la democracia y hasta el oxígeno que necesitamos para respirar. El objetivo objetivo principal no es otro que la independencia de Cataluña y el País Vasco y, de paso, la aniquilación de la Constitución del 78. Y, ahora, esencialmente son aliados especiales de Pedro Sánchez, por apoyar su investidura y sostener con sus escaños a su Gobierno. A cambio, el presidente ha cumplido todas sus exigencias, a pesar de ser tan estrafalarias como ilegales. Pero no les basta.
Puigdemnont y Otegui traman aprovecharse de la extrema debilidad parlamentaria del Gobierno después de más de 100 derrotas en el Congreso para cumplir todos sus objetivos, que como decíamos, el principal es la independencia que ya rozan con los dedos después de las muchas concesiones de Pedro Sánchez con el carrusel de traspasos de competencias a Cataluña y al País Vasco; incluso a Navarra.
Bildu ha sido hasta ahora el gran aliado del Gobierno. A cambio, las exigencias de los herederos de ETA se han cumplido a rajatabla. Además de elaborar en su totalidad o apoyar muchas de las propuestas legislativas de Sánchez en el Congreso, el traspaso de las competencias de Instituciones Penitenciarias al País Vasco ha servido para que buena parte de los asesinos de la banda terrorista sean excarcelados y, después, homenajeados por sus compañeros de fechorías. También la Guardia Civil acaba de perder las competencias de Tráfico en Navarra y, pronto, la Benemérita será expulsada totalmente de la Comunidad foral y del propio País Vasco.
Pero Junts ha conseguido acercar aún más a Cataluña a la independencia con el traspaso de competencias del Estado como la inmigración, el control de fronteras y la soberanía fiscal, además de indultar a los golpistas y amnistiar a Puigdemont, pero con tanta torpeza que todavía no se le puede aplicar la medida de gracia. Los éxitos del prófugo de Waterloo son, por ello, el ejemplo a seguir por Otegui, el que fuera condenado y encarcelado por terrorista.
Poco ha trascendido de la reunión entre Puigdemont y Otegui. Se han limitado a difundir un comunicado ambiguo en el que “ se comprometen a seguir trabajando sin descanso para que los derechos políticos, culturales y lingüísticos del pueblo vasco y del pueblo catalán sean reconocidos y garantizados" en el “nuevo contexto geopolítico”.
Pero resulta evidente que lo que de verdad buscan Puigdemont y Otegui es seguir exprimiendo a Sánchez hasta la última gota a cambio de mantenerlo en La Moncloa. Saben que pueden lograr lo imposible, la independencia casi absoluta de Cataluña y el País vasco, si convencen al presidente de estar dispuestos a complacerlo en su verdadero propósito que no es otro que amarrar el poder, al menos hasta el final de la legislatura en 2027. Hay que esperar acontecimientos. Pero una alianza entre Bildu y Junts podría ser la tabla de salvación de Sánchez en esta legislatura y la aniquilación total de la Constitución.
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