“Señor, no me acuse de mentiroso porque usted mismo me ha mentido en el pasado”
La falacia ad hominem de Pedro Sánchez que indica lo peor sobre el escándalo de su mujer
Este martes, se supo que el Juzgado de Instrucción nº41 de Madrid ha llamado a Begoña Gómez a declarar como investigada el 5 de julio.
Sánchez mintió: sabía desde hace un mes que su mujer era investigada por corrupción
Sánchez intenta provocar otro incidente con Italia para tapar el escándalo de su esposa
Sánchez engañó durante un mes a los españoles al decir que no había caso
La esposa de Pedro Sánchez tiene la condición de investigada por "la presunta comisión de los delitos de corrupción en el sector privado y tráfico de influencias". Esa condición de investigada fue conocida por los españoles hace unos días, pero Sánchez lo supo el 24 de abril, el día que publicó su famosa carta para tomarse cinco días de descanso, y no dijo nada. Cuando el 17 de mayo Sánchez dijo que "no hay caso", mentía: sí que lo había y él lo sabía. Y sabiéndolo, hizo una farsa teatral para presentarse como una víctima, atacar a jueces y medios de comunicación, movilizar a sus seguidores y no dar ninguna explicación.
Una nueva carta con más victimismo y más ataques a jueces, medios y oposición
Ayer, tras conocerse la citación judicial a su mujer, Sánchez publicó una segunda carta que es más de lo mismo: más victimismo, más ataques a la Justicia y a los medios y también ataques a la oposición. Sánchez ha desperdiciado ya varias oportunidades de dar explicaciones sobre ese escándalo, respaldado por informaciones periodísticas que son lo bastante serias como para haber dado pie a una investigación judicial, por mucho que él intente ridiculizar este caso judicial tachándolo de "fango", que es lo que viene haciendo desde hace semanas.
Sánchez demuestra desconocer principios democráticos básicos
Con sus dos cartas, Sánchez demuestra desconocer algunos principios básicos en una sociedad democrática:
- Que todos somos iguales ante la ley y estamos sometidos por igual a la legalidad vigente. Su mujer y él no están por encima de la ley.
- Que la Justicia es independiente y no está obligada a obedecer supuestas reglas no escritas que, según él, la obligarían a pausar su actividad en una campaña electoral, como si la Justicia tuviese que amoldarse a las conveniencias de los políticos.
- Que la Justicia no juzga a nadie por sus lazos familiares, sino por sus actos. Esto demuestra ignorarlo cuando afirma: "Lo hacen porque es mi pareja".
Ante este escándalo, Sánchez está haciendo una exhibición de demagogia y de victimismo. Es un muy mal indicio. En una sociedade democrática, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, como también lo es su mujer. Cuando una persona es acusada de dos posibles delitos, lo lógico y lo inteligente es que rebata las acusaciones, ofreciendo explicaciones que nieguen los indicios de que pueda haber cometido los delitos por los que está siendo investigada.
Recurre a la falacia ad dominem a falta de buenos argumentos para su defensa
Sánchez no ha hecho eso. Sánchez no da ninguna explicación. Sánchez no defiende a su mujer de los hechos de los que se le acusan, y eso indica que tal vez no tiene base para una buena defensa. Además, apelar al hecho de que sea su mujer para presentarla como víctima es especialmente torpe: precisamente uno de los delitos por los que su esposa es investigada se deriva de la posibilidad de haber utilizado a su favor su posición privilegiada como mujer del presidente del gobierno. No estaríamos hablando de un posible delito de tráfico de influencias si ella fuese una ciudada cualquiera.
En vez de eso, Sánchez ha recurrido a uno de los argumentos más torpes: la falacia ad hominem. Esta falacia consiste en desprestigiar a alguien para negar que tenga la razón a la hora de afirmar algo. En este caso, Sánchez presenta a los denunciantes como "ultraderecha" o "pseudomedios" para negar los hechos que denuncian, en vez de negar los hechos en sí. Es una estrategia tan estúpida como lo sería afirmar que una determinada persona no dice la verdad porque es fea, porque le gustan las películas románticas o porque es vegetariana.
Un intento de coaccionar a la Justicia
Obviamente, Sánchez no es tan estúpido como para creer que un argumento así sea racionalmente válido. Lo que sí sabe es que esa clase de falacias son habitualmente aceptadas por personas con un bajo nivel intelectual. Sánchez ha asumido que muchos de sus seguidores no son muy listos y les dirige mensajes que se basan en esa percepción. Seguramente no esté equivocado en muchos casos: a fin de cuentas, el PSOE lleva muchos años degradando el nivel de la educación en España, tal vez porque cree que cuanto más incultos sean los españoles, más posibilidades de éxito tienen los charlatanes socialistas.
Así pues, Sánchez no está diseñando una estrategia de defensa que pueda librar a su esposa de los delitos por los que es investigada, tal vez porque está más acorralado por este caso de lo que muchos imaginamos. A falta de buenos argumentos judiciales, lo que Sánchez intenta es crear un ambiente hostil a la Justicia, coaccionar al juez para que no se atreva a actuar contra su mujer. Es una tentación que tienen muchos gobernantes incluso en países democráticos, países que nunca están libres de padecer a alguien dispuesto a abusar de su poder.
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