Esta misma semana saldrá la
sentencia de una parte de los EREs de Andalucía. El Supremo dice que los
condenados por el proces tienen que volver a la cárcel, a la comunidad
valenciana solo le falta el más mínimo detalle para implosionar. Por cierto en
la comunidad valenciana, el PP sacaría mayoría aplastante, hoy se han retirado
cinco de la cúpula de Vox….
Se palpaba por evidencia,
pero los andaluces lo acaban de confirmar: el presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez, está completamente achicharrado. Los dos partidos que forman su
Gobierno, PSOE y Podemos, han sido arrasados por una marea de votos en el
principal caladero de la izquierda española. Tras cuatro años en La Moncloa, y
a pesar del BOE, los fondos europeos y una potente máquina de propaganda, los
ciudadanos de la región más poblada de España han dado la espalda al líder
socialista.
El resultado de las
elecciones autonómicas andaluzas celebradas el 19-J es el último dato que
necesitábamos para certificar que el actual inquilino de La Moncloa tiene los
días contados como presidente y que ya puede comenzar a hacer las maletas. La
tendencia está clara: el PSOE está en caída libre y, mientras tanto, el Partido
Popular logra lo que parecía imposible, una mayoría absoluta.
Se ha constatado que, a
pesar de que el centroderecha sigue fragmentado en tres marcas diferentes, sus
votantes entienden que ahora mismo la prioridad es concentrar el voto en torno
al partido que más opciones tiene de arrebatarle el poder al PSOE. Entre ese
electorado, el odio a Sánchez es más fuerte que el deseo de castigar al PP por
sus pecados, de ahí que Ciudadanos y Vox también hayan salido trasquilados de
las urnas andaluzas.
Por tanto, el presidente del
Gobierno sabe que los españoles le han calado definitivamente. Sus trucos ya no
valen. No hay marcha atrás. Por mucho que confíe en su proverbial buena suerte,
su manual de resistencia ha dejado de funcionar, y prueba de ello son las
alarmantes señales que se vienen produciendo desde el 4 de mayo de 2021.
Veremos hasta qué punto la
UE está dispuesta a sostener por mucho tiempo a un cadáver andante cuando ya
hay lista una alternativa para hacerse con los mandos del país.
Seguramente Sánchez
intentará ahora dar un nuevo giro de guión, hacernos ver que ha entendido el
mensaje, que se va a moderar, que piensa centrarse, abandonar a los
independentistas y buscar el abrazo con Alberto Núñez Feijóo… pero muy torpe
tendría que ser el gallego para caer en esa burda trampa. El destino de Sánchez
ya está escrito, sólo falta saber cuándo se producirá su salida definitiva de
La Moncloa.
juanpardo15@gmail.com
Esa es ahora mismo la única
baza que tiene Sánchez, la de elegir cuándo quiere morir en las urnas. Como le
conocemos ya bastante, no es difícil imaginar que intentará estar de presidente
hasta el último minuto del último día, para así poder disfrutar, entre otras
prebendas, de la presidencia de turno de la Unión Europea durante el segundo
semestre de 2023.
Sin embargo, la situación
económica quizás le impida seguir el plan previsto, pues ya hemos llegado a ese
precipicio del que algunos venimos alertando hace meses. El Gobierno más
indisciplinado de Europa desde el punto de vista presupuestario va a tener muy
complicado aguantar hasta enero de 2024 sin hacer los temidos recortes. Veremos
hasta qué punto la UE está dispuesta a sostener por mucho tiempo a un cadáver
andante cuando ya hay lista una alternativa seria para hacerse con los mandos
del país.
Tratar a los votantes como
imbéciles
Por lo demás, la histórica
victoria del PP en Andalucía nos deja también un mensaje esperanzador: la gente
no se traga cualquier bazofia. Los resultados han dejado un Parlamento en el
que dos tercios de sus miembros son de partidos de centroderecha. Como es
obvio, y tras muchos años de mayorías de la izquierda, es imposible que los
andaluces se hayan vuelto todos de derechas de repente.
Lo que ha pasado simplemente
es que los andaluces han podido probar por primera vez un gobierno conservador
y, en contra de los siete males que siempre anunció el PSOE que llegarían a
Andalucía si gobernaba el PP, se ha visto que no era así: siguen funcionando
las cosas y no se ha estropeado nada.
A pesar de ello, la
izquierda ha insistido en los mensajes tramposos y planteó estas elecciones
apelando a la famosa alerta antifascista y, curiosamente, al final ese discurso
lo único que ha hecho es engordar a Juanma Moreno, que tendrá manos libres y no
dependerá de Vox durante los próximos cuatro años.
La izquierda debe cambiar su discurso e innovar y planteando una alternativa adulta,
o será realmente complicado que puedan volver pronto a gobernar en Andalucía,
pues ha quedado comprobado que los votantes no quieren que les traten como
imbéciles.
juanpardo15@gmail.com
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