La Iglesia de la Asunción en
Santiago de Chile ha sido destruida por los manifestantes que, además, la
saquearon utilizando bancos y otras imágenes religiosas como barricadas. Horas
antes, el administrador apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, había
pedido una nueva Constitución para Chile.
Chile ha vivido en las
últimas horas una nueva jornada de furia y protestas que han derivado una vez
más en una grave agresión a un templo católico.
Esta vez, el lugar elegido
para la agresión –a pocas cuadras de una nueva
manifestación pacífica en Plaza Italia- ha sido la parroquia La Asunción
ubicada en el centro de Santiago.
Fotografías y vídeos en
redes sociales mostraban como jóvenes encapuchados, vestidos en su mayoría de
negro, arrastraban las bancas de la iglesia y las amontonaban para prenderles
fuego e interrumpir el tránsito, la misma suerte corrió el confesionario y las
imágenes que fueron destruidas en la calle. El interior del templo quedó
absolutamente vacío y se podían leer en sus paredes rayados tales como “fuego a
la iglesia”.
Los primero días de las
manifestaciones la Catedral de Valparaíso había sido vandalizada, pero fueron
las personas que trabajan en el templo, vecinos y carabineros quienes pudieron
detener los destrozos. En la parroquia de la Asunción fue imposible por el
nivel de violencia, miedo de los vecinos y la falta de carabinero.
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