Sánchez-Page, presidente de
Castilla-La Mancha y socialista en curso, advierte a Pedro Sánchez: «Antes de
que se divida España se dividirá el PSOE». Esperemos que así sea. ¿Por qué hace
esta advertencia García-Page? Porque incluso un socialista puede darse cuenta
de que Sánchez está poniendo en peligro la España actual, la España de la
Transición.
La España regida por una Constitución democrática. ¿Qué peligro? Sánchez
ha mendigado una reunión con el presidente Torra. Un presidente autonómico con
aires de jefe de Estado. Que es, además, un racista malo, o sea, Quim Torra.
Dijo, en su artículo La llengua i les besties publicado en El Mon: «Los
españoles son bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN».
Torra apoya públicamente a los golpistas catalanistas. Siempre lleva el lazo amarillo
-dicen que duerme con él- que simboliza el apoyo a los citados golpistas.
Declaró a la prensa: «Los eslovenos lo tuvieron claro. Decidieron determinarse
y tirar hacia delante en el camino de la libertad con todas sus consecuencias
hasta conseguirlo. Hagamos como ellos». Es decir, reclama para Cataluña la
llamada vía eslovena que supuso 78 muertos y cientos de heridos. Aparte del
disparate de comparar a Yugoslavia con una democracia como España.
Con este racista/golpista
quiere dialogar el doctor Sánchez. Pero Quim Torra Torra no se conforma con
cualquier cosa. Quería una cumbre, como si se tratara de dos jefes de Estado.
Sánchez ha intentado engañar a la opinión pública haciendo creer que se trataba
de una reunión habitual. ¡Qué mentiroso es! Necesita los votos de los
separatistas antiespañoles para seguir en la silla presidencial y en el Falcon.
Vacaciones en Doñana. Una buena pensión
de expresidente, prebendas presidenciales, etcétera. ¿Y qué quiere dialogar?
Dado que el racista Torra quiere -y lo ha dicho públicamente- la independencia
de Cataluña a las bravas y también ha dicho que quiere tratar la
autodeterminación de Cataluña, ¿qué hay que dialogar? Un presidente digno
rechazaría de plano estas exigencias inconstitucionales.
Pero Pedro Sánchez quiere diálogo
(falso diálogo) porque el sillón es más importante que la Constitución y que
España. Pero su obsesión es dialogar con golpistas, comunistas y separatistas,
no con el PP. Y menos con Vox. Miente con el diálogo. ¿Ha dialogado la familia
de Laura Luelmo con su asesino? No. Que se aplique la ley.
De un mentiroso se puede
esperar cualquier cosa.
Cuando okupó el sillón presidencial, expulsando a
Rajoy, con el apoyo de comunistas, batasunos, y separatistas antiespañoles,
dijo que convocaría elecciones «en breve». Mentir es algo habitual en este
presidente. Plagió su tesis doctoral. Comportamiento vergonzoso que debería
provocar su dimisión. Le da igual. Quiere el poder al precio que sea. ¿Ha sido
Sánchez el primer socialista traidor a España y a los españoles? No. Su
precedente cercano es Rodríguez Zapatero. En noviembre de 2003, el candidato a
la presidencia del Gobierno, Rodríguez Zapatero, visitaba Barcelona para dar
ánimos al PSC de cara a las elecciones. Dijo una peligrosa estupidez: «Apoyaré
la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán». Es decir, una
manera de apoyar las previsibles reivindicaciones soberanistas. Colaboró, con
su progresismo barato, a la dramática situación que ahora vive Cataluña.
Zapatero quería que los independentistas estuvieran más cómodos. Ya saben, el
encaje para los que desprecian a España. El diálogo socialista con delincuentes
golpistas es, realmente, una traición. En un Estado de Derecho.
Zapatero habló con ETA, no
para que le dijeran cuándo y cómo entregarían las armas, sino para dialogar.
Llegar a acuerdos con los criminales. Pero no con el Partido Popular. En
Febrero de 2015 se reunió con el dictador comunista Raúl Castro. Despreciando a
la oposición democrática. Igual que ahora Sánchez. Es lo que se puede esperar
de tipos así. Ahora apoya a Maduro. Si miramos atrás, en 1974, tras la llegada
al poder de Felipe González, el PSOE defendía lo siguiente: «La definitiva
solución del problema de las nacionalidades y regiones que integran el Estado
español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de
autodeterminación de las mismas, que comporta la facultad de que cada
nacionalidad y región pueda determinar libremente las relaciones que va a
mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español». Ya
mostraban su desprecio por la unidad de España. Y siguen siendo amiguetes de
los separatistas. Antes llamados nacionalistas periféricos. Ahora -para los que
no están en Babia- separatistas antiespañoles y golpistas. Sánchez y algunos
compañeros de viaje -como el comunista Iglesias- quieren, una «España
plurinacional». Sosa Wagner contestó duramente a esta suicida estupidez progre
en un artículo en El Mundo: España ¿nación de naciones? Entre los que apoyan el
gobierno sanchista, está el citado Iglesias, que defiende el derecho de
autodeterminación de Cataluña y el País Vasco. A pesar de que ni la
Constitución -democrática- española ni la ONU, reconocen el derecho de
autodeterminación. Excepto para las colonias.
Esperemos que Sánchez se vea
obligado a convocar elecciones generales porque no pueda aprobar los
Presupuestos, o por una moción de censura de PP y Cs, o por cualquier otro
motivo. Motivos sobran, y no sería necesario perder más tiempo si Sánchez
tuviera la decencia de cumplir con su palabra.Este es el panorama del
socialismo con talante. En el año 2012, la editorial Planeta publicó el libro
de José García-Abad, El hundimiento socialista, en el que se elabora un
detallado análisis de la historia del PSOE, desde la Transición hasta la
actualidad. Actualidad que confirma (ya desde Rubalcaba) el cataclismo
histórico del socialismo en España. Esperemos que Pedro Sánchez haga un favor
(involuntario) a España y a los españoles. Que hunda, aún más, al PSOE
sanchista.
Este PSOE, de Zapatero, Sánchez y similares, no es un partido que
sirva a la estabilidad democrática y el progreso de España. Al contrario, se ha
convertido en una preocupante desgracia, tan peligrosa como sus falsos
dialogantes amigos: separatistas, batasunos, comunistas y golpistas. Los amigos
de este PSOE sin escrúpulos.
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