Pablo Iglesias: Nicolás Maduro ha dado una lección de democracia y sentido común a España.



Nicolás Maduro incluye a Podemos dentro de una burguesía parasitaria y advierte que muy pronto tendrán que devolver el dinero que prestó a dichos tramposos, hoy burgueses 

Muy a pesar de los consejos de Pablo Iglesias, en Venezuela están pasando cosas horribles, crueldad elevada a la enésima potencia. Los asesinatos en plena calle y a plena luz del día se justifican con “persona peligrosa para el régimen”. Más de la mitad de la población vive del narco, la prostitución o el crimen organizado.

Ya hay más de 250 asesinatos por manifestar su descontento sin causar daño a personas o cosas.  Los estudiantes como vértebra principal y portadores del desánimo general del noble pueblo venezolano han sido depuestos de su posición universitaria y en el mejor de los casos están bajo custodia o arresto domiciliario.

Los inversores, por no querer, no quieren ni petróleo venezolano a bajo precio. Los empresarios han sido saqueados hasta de sus empresas en precario. Las relaciones internacionales han quedado reducidas a siete países: China, Rusia, Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Honduras y Cuba. Los dos primeros países, Rusia y China por obviedad subjetiva y los otros cinco porque vivían a costa de la riqueza venezolana.

El valor dominante es su férrea dictadura con armamento dotado por Zapatero cuando era pudiente y ruin Presidente de España. En Venezuela el Gobierno controla a los jueces, ya meros peones de brega de Maduro, quien a través de la bufonada de la Constituyente pretende hoy decapitar a la mayoría opositora elegida en 2016 con el 59% de los votos pese a las duras restricciones a la libertad de voto impuestas por el régimen bolivariano.

El caos económico provocado por el tándem, Zapatero-Maduro ha llevado a la miseria a millones de personas, privadas de los bienes de consumo más elementales, en medio de una galopante corrupción: Cerca de 100.000 millones de dólares dilapidados, según la Asamblea Nacional, en provecho de la nueva casta del país que forman los jerarcas de la llamada revolución bolivariana. ¡Pobre Bolívar! Es ese zarrapastroso régimen (autoritario, represor, corrupto y económicamente desastroso) el que defienden desde hace años los dirigentes de Podemos. 

Algo que no sería noticia ?muchos partidos en el mundo apoyan dictaduras de uno u otro signo? de no ser porque Podemos se presenta como el cielo de la política española: la reunión de todos los bienes sin mezcla de mal alguno. Ocurre, sin embargo, que el mismo Podemos que no se cansa de criticar la llamada ley mordaza, que para sí quisiera la oposición venezolana, guarda un silencio ominoso ante la represión chavista y califica a sus opositores de enemigos de la democracia.

Las rémoras de Podemos ven corrupción por todas partes (salvo, claro está, en sus propias filas) cierran los ojos ante la que asola a Venezuela, de la que se han beneficiado varios dirigentes podemitas mediante dudosos contratos con el régimen. Que el mismo Podemos que responsabiliza a las denominadas políticas neoliberales de la supuesta destrucción de nuestro Estado de bienestar -que ahí sigue, pese a las mentiras de Iglesias y los suyos, dando servicios a millones de personas- aplaude la demencial gestión económica de un régimen que ha hundido en la pobreza a uno de los países más ricos de América del Sur.

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