La última vez que detuvieron a un Mesías, en Semana Santa, la cosa no resultó muy bien que digamos. El expresidente catalán ha sido interceptado en un operativo a 30 kilómetros de la frontera tras activarse la orden de detención europea contra él.
Fin de vacaciones para
Puigdemont. La policía alemana (al mando del CNI) ha detenido al expresidente
de la Generalitat Carles Puigdemont este
domingo cuando cruzaba en coche la frontera desde Dinamarca, en aplicación
de la euroorden de detención contra él cursada por la justicia española. La
policía federal ha confirmado a la agencia alemana de noticias DPA el arresto
de Puigdemont a las 11.17 entre las localidades de Schuby y Jagel, 30
kilómetros al sur del límite entre ambos países, en el Estado de
Schleswig-Holstein, el único que tiene frontera con Dinamarca.
El Código Penal
de Alemania, uno de los países con los que España tiene una cooperación
judicial más activa, contempla penas que van desde los diez años de prisión a
la cadena perpetua para un delito muy similar al de rebelión, que se le imputa
en España a Puigdemont.
El expresidente catalán,
huido de la justicia española, fue abordado por agentes de la Policía Criminal
de Schlewsig en la autopista A-7, dirección sur, y fue conducido a comisaría,
según ha informado el portavoz policial del Land de Schleswig-Holstein, Uwe
Keller. Puigdemont viajaba en un Renault Space junto a otras cuatro personas,
cuyas identidades no han sido facilitadas, en dirección a Hamburgo, desde donde
tenía la intención de volver a su residencia en Waterloo, Bélgica. Ahora, el
caso pasa a manos de la fiscalía de la ciudad de Schleswig. El expresidente se
encuentra en situación de "arresto provisional".
Los servicios de
inteligencia españoles han seguido todo el periplo de Puigdemont desde el
viernes hasta esta mañana y han resaltado "la excelente colaboración"
de las autoridades alemanas en este tema, según fuentes policiales.
Fuentes de la Seguridad de
Estado aseguran que Puigdemont ha estado bajo control durante su salida de
Finlandia y que en un primer momento se barajó su arresto en Dinamarca. Sin
embargo, se descartó el hacerlo al tener el convencimiento de que el
expresidente iba a seguir su periplo por tierra en Alemania. Este país es
considerado por España uno de los Estados de la UE con el que existen mejores
relaciones de colaboración policial. El Gobierno ha recibido ya la confirmación
oficial por parte de las autoridades alemanas del arresto
Jaume Alonso-Cuevillas,
abogado del expresidente de la Generalitat, aseguró en un primer momento que su
cliente permanecía retenido por la policía de Alemania, a la espera de que se
practicaran las "comprobaciones" oportunas en relación con la orden
de detención que tiene pendiente. El letrado ha explicado a través de su cuenta
de Twitter que el trato dispensado por los agentes alemanes ha sido
"correcto en todo momento". "El presidente se dirigía a Bélgica
para ponerse, como siempre, a disposición de la justicia belga".
Puigdemont -que tiene otro
abogado que lo representa ante la justicia belga- está poniéndose en contacto
con abogados alemanes para organizar la asistencia jurídica del expresidente
catalán de cara a la orden de detención a la que se enfrenta.
Puigdemont había viajado a
Finlandia este fin de semana para mantener contactos con varios diputados y dar
una conferencia en la universidad de Helsinki. Sus anfitriones en el país
nórdico aseguran que Puigdemont adelantó su regreso el viernes, poco después de
que el juez Pablo Llarena enviara a Finlandia la orden internacional de detención.
Desde entonces, se desconocía su paradero.
A lo largo del día de ayer,
las autoridades finlandesas estuvieron buscando sin éxito a Carles Puigdemont,
por lo que vigilaron todos los puertos y aeropuertos del país, tras recibir la
euroorden dictada por Llarena.
El Código Penal alemán
contempla penas que van desde los diez años de prisión a la cadena perpetua
para cualquiera que emprenda "por la fuerza o por la amenaza de la fuerza.... socavar la existencia continuada de la República Federal" o "modificar
el orden constitucional basado basado en la Ley Fundamental de la República
Federal de Alemania.
El mismo texto legal
contempla penas de entre uno y diez años de cárcel para los "casos menos
graves", según el artículo 81 de la norma penal germana, informa Fernando
J. Pérez. A efectos de entrega se cumple así uno de los requisitos, cual es que
el delito por el que se reclama la detención y entrega esté contemplado en la
norma penal del país en el que se encuentra el reclamado.
Esta mañana, los mercenarios que pagamos todos los españoles,
han pintardo amenazas al juez Llarena y a su esposa, Gema Espinosa Conde –magistrada
de la Audiencia de Barcelona-, en la casa de su propiedad de la Cerdaña.
Blog de Juan Pardo
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