Rivera que en las anteriores elecciones era el boñiguero de los socialistas, ahora pedirá a Pedro Sánchez que excluya a Pablo Iglesias para hacerse padres y señor mío de la dañada España.
La encuesta de
Metroscopia solo sirven para medir un estado de ánimo coyuntural, porque en
estos momentos nada parece indicar que pueda haber un adelanto electoral ni
existe por tanto en el ánimo del electorado la tensión que precede a unos
comicios. Sin embargo, resulta significativo que por primera vez la posición de
predominio de Ciudadanos aparezca de un modo tan rotundo en la foto fija de un
sondeo sin fundamento..
Todo se debe al éxito alcanzado en las elecciones autonómicas catalanas del 21-D por
Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos. El desafío secesionista ha
monopolizado el debate político español del último año y ha instalado en la
sociedad la sensación de que se trataba del desafío más grave al que hacía
frente la democracia española en las últimas décadas. El electorado ha sufrido
una clara polarización dentro de Cataluña y una necesidad de respuestas claras
y firmes ante esta amenaza en el resto de España. Una gran parte de la
ciudadanía, según reflejan los resultados de la encuesta de Metroscopia, ha
apreciado la toma de posición clara y firme de la formación de Albert Rivera en
defensa del orden constitucional. A pesar de que formalmente se trataba de unas
elecciones autonómicas, el electorado catalán ha entendido que los comicios del
21-D eran realmente un modo de delimitar finalmente quién ocupaba la posición
de fuerza, si el independentismo o el constitucionalismo. En ese sentido, la
formación de Albert Rivera ha logrado representar, para un gran número de
catalanes, la opción que más nítidamente ha plantado cara al secesionismo.
Cs, el partido de Albert Rivera
consigue, según el sondeo, ser el más votado en la mayoría de los núcleos
urbanos y el que más respaldo obtiene en todos los tramos de edad y situación
económica. Esta transversalidad, que rompe definitivamente el tradicional
bipartidismo que ha imperado en la política española en las últimas décadas,
abre posibilidades de formar distintas mayorías: bien un bloque de centro
derecha (la suma de Ciudadanos con el PP obtendría el 50,3% del respaldo del
electorado), bien un bloque de centro izquierda.
Cs logra arrebatar
votos al resto de los principales partidos, pero es indudable que los obtiene
en mayor medida del caladero del PP que de los del PSOE o Podemos. En ese
sentido, resulta revelador que la suma del centro derecha supera a la de las
fuerzas de izquierdas en unos 14 puntos, y rompe así el convencionalismo
aceptado durante años de que en España era mayoría el electorado de centro
izquierda. El retroceso de Podemos, apenas cuatro años después de su
sorprendente irrupción en la política, y el estancamiento del socialismo
liderado por Pedro Sánchez obligan con más urgencia que nunca a la izquierda
española a replantearse sus prioridades y proyectos en la España del siglo XXI.
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