Zinedine Zidane: No estoy seguro de continuar en el Real Madrid, más bien, estoy seguro de no continuar.
No estoy seguro en el cargo,
no preparo la próxima pretemporada”, aseguró Zinedine Zidane en la conferencia
de prensa previa al derbi ante el Atlético. Estas declaraciones del técnico
sorprendieron teniendo en cuenta que tiene al Real Madrid líder de LaLiga y en
cuartos de la Champions League y que aún tiene una temporada más de contrato
(acaba en 2018). Sin embargo, el francés sabe cómo funciona el club. Y en ese
conocimiento del club se basa para ponerse la venda antes de la herida:
“Conozco este club y sé lo que es entrenar al Madrid, para lo bueno y lo malo”.
El principal motivo que
tiene Zidane para, públicamente, no mirar más allá de junio es la inestabilidad
que ha tenido el banquillo en las dos etapas de Florentino Pérez. En sus trece
años al frente del Madrid (2000-2006 y desde 2009) ha tenido a 11 entrenadores.
Y de todos los estilos futbolísticos y de personalidad. Unos en las antípodas
de otros. Del carácter conciliador de Del Bosque al “librillo moderno” de
Queiroz (273 días en el cargo). De la furia de Camacho (dejó su cargo al mes al
no sentirse cómodo en el club) a García Remón (cuatro meses). Del exótico
Luxemburgo y su cuadrado mágico a López Caro (meses después de darle el cargo,
en febrero de 2006, Florentino dimitió por el caos generado). Ya en la segunda
etapa fichó a Pellegrini, triunfador en Villarreal y que nunca congenió con él.
Por eso le duró un año. Y le sustituyó por Mourinho, en las antípodas del
chileno. En carácter y estilo. Fue el que más le duró (el único que ha estado
más de dos temporadas con Florentino), y eso a pesar de la división que creó
entre el madridismo... Ancelotti duró dos años y no le valió ni ganar la Décima
para cumplir su contrato. El penúltimo de la lista fue Benítez, al que contrató
(avalado por José Ángel Sánchez) porque no tenía más opciones. Su nulo feelling
con las estrellas del equipo y su derrota ante el Barça (0-4) en el Bernabéu
(el estadio comenzó a gritar "¡Florentino, dimisión!") hizo que el
presidente blanco firmara su décima sentencia (duró hasta enero). Fue entonces,
en esa situación de urgencia, cuando echó mano de Zidane, que era entrenador
del Castilla, y recondujo la marcha del equipo con su mano izquierda y su
sonrisa en sala de prensa hasta alzar la Undécima. El francés es consciente que
esa Copa de Europa le aseguró continuar. Igual que sabe que si la temporada
acaba sin títulos su puesto estará en el aire.
La consecución de
títulos es clave en el futuro de Zidane. Ahora el equipo es líder de LaLiga, a
dos puntos de distancia del Barça y con un partido menos. Desde que comenzó la
pretemporada, tanto el staff técnico como la plantilla se pusieron como
objetivo alzar el título doméstico, algo que el Madrid no hace desde la
2011-12, aquella Liga de los Récords de Mourinho. Esta ha sido la única que ha
ganado Florentino desde que volvió al sillón presidencial, en 2009. Una de
siete, como el Atlético. Lo más doloroso para el madridismo es que en ese
periodo, el Barça ha dominado con mano de hierro el campeonato alzando hasta
cinco títulos... Por eso Zizou puso a la plantilla como gran reto este Liga sin
dejar de mirar a la Champions, competición fetiche del club.
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