Sor Manuela de los
infiernos, sus novicias de tetas al viento y sus monjes budistas pueden estar
tan dogmatizados para el ejercicio del mal como quiera e incluso como les exija
el guión. Pero, a mi, que soy menos que nadie, no me llevan al huerto.
Los titiriteros eran
marionetas movidas por el proetarra y
exconcejal de cultura, Guillermo Zapata, al que sustituyó Celia Mayer y que
pinta menos en la concejalía que follatabiques en Madrid.
A estos eventos nos
invitarán bastante a menudo, no pueden dejar que decaiga la fiesta ya que forma
parte del guión que interpone Mamá Podemos. En Venezuela hay un grupo de
marionetas, Pepe Otal –ya fallecido- que se dedica a preparar los guiones de
estos “mítines”. En España tienen varias denominaciones –ninguna fiscalizada- la
última, en la plaza de mi pueblo, Gora Alka-ETA. Al menos, el nombre y parte de
la obra “lo vio” la inmaculada, Celia
Mayer Duque, entre otras cosas, porque se lo mostró, Guillermo Zapata....a lo
que dijo, Guillermo ten cuidado. Todo
esto lo iremos viendo la semana que
viene.
Esta fanática, exaltada,
intransigente, intolerante, partidista, secuaz y revanchista es coautora responsable
de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Celia Mayer, a instancias de
Guille Zapata, encargó a dedo el
contrato sobre el informe de las calles con nombres franquistas a la cátedra de
la Complutense dirigida por la hija de la primera esposa del dictador cubano
Fidel Castro. Lo presupuestó en 17.999 euros -3 pagos-, uno menos del límite a
partir del cual debía sacarlo a concurso público. Trucos de la mafia política.
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