Usar traductor. Use translator, Utilizzare traduttore, Utilisez traducteur, Verwenden Übersetzer, 번역기 를 사용, 翻訳者を使う, استخدام الترجمة
Siria es un país que, prácticamente vive del contrabando del
petróleo. Por tanto, poco o nada interesa a occidente. Esa cantidad de bulos
sobre intereses creados o dependientes son la base o “excusa” que sin
fundamento vocean los medios adscritos al socialismo, sencillamente, son
falsos. Siendo un país islamista, no hay fundamentalistas, o sea, una religión de tercer grado. Algo
parecido a Túnez, ver pasear a una suní con minifalda por Damasco a nadie le
resultaba extraño. Era un país europeo dentro del mundo Árabe. Hoy es un pais en tierra de nadie.
Como consecuencia de las famosas primaveras musulmanas (Túnez,
Egipto, Libia, etc). Los sirios que, en verdad y con toda razón estaban, se
agrupan para ejercer manifiestos revolucionarios contra el régimen totalitario
“light” pero con mala leche de Bachar
al-Assad. Poco a poco los más débiles se van uniendo a los “financiados” hasta
quedar dos o casi tres. No saben ni a
favor, ni en contra de quien luchan, pero luchan con dos pares de huevos. Si bien los instigadores del aperturismo
tunecino, egipcio, libio han retrocedido –venciendo- un siglo; los sirios nunca
conseguirán nada, pero tampoco perderán nada. Su lema es que nacen para morir,
valiente ideólogo mahometano su pensador.
Breve
historia
Desde 1963 año en
que Baaz “pegó” el golpe de Estado con
ayuda de los disidentes iraníes e iraquíes, todo lo referente a democracia es
una farsa. Más bien afianzaban más en el poder “al León”. Algunos recordaréis
los referéndum de Franco. Los
escasos por raros partidos nacionalistas o de izquierdas tolerados por las
autoridades se vieron desacreditados en el momento mismo en que aceptaron
posicionarse bajo la tutela del partido Baaz por medio del Frente Nacional
Progresista, que demostraba supuestamente la pluralidad del sistema político.
Han sido cinco décadas de ausencia de confrontación política y de
encuadramiento de todos y cada uno de los sectores de la sociedad a través de
los organismos populares baazistas (sindicatos, uniones, ligas, organizaciones
populares, scouts, etc.). Dicha falta de libertades políticas ha creado un alto
nivel de frustración en el seno de la población; frustración que, en el marco
de la “primavera árabe”, se ha transformado, primero, en protesta y, más tarde,
en sublevación. No, la revolución siria
no es el fruto del imperialismo, el sionismo o al-Qaeda; es el fruto de la
búsqueda de la libertad.
El desbordado índice de natalidad unido a los altos índices de
paro y un reparto cada vez más
desigual de las riquezas ha
desembocado en los últimos años en una grave precariedad social y en un empobrecimiento gradual de la población a pesar del crecimiento continuo del PIB.
Paralelamente, un importante fenómeno de corrupción, tanto en las altas esferas
como a nivel de los funcionarios de base y de las prácticas cotidianas, se ha extendido
visiblemente durante la presidencia de Bachar al-Assad. En este sentido, en el
año 2008 la ONG Transparency
International clasificaba a Siria en el puesto 150 de su Índice de Percepción
de la Corrupción, que incluye un total de 180 países. Todo ello
explica que Rami Makhlouf – primo carnal del presidente al-Assad, mayor
empresario sirio y máximo representante de dicho fenómeno de corrupción – fuera
el principal objeto de las primeras protestas del mes de marzo del año pasado.
No, la revolución siria no es el fruto del imperialismo, el sionismo o
al-Qaeda; es el fruto de la búsqueda de la igualdad y la justicia social.
Durante décadas, los sirios han sido sometidos a las
arbitrariedades de sus dirigentes. Cualquiera que haya vivido en Siria habrá
podido experimentar el miedo y la
humillación que, antes del estallido de la “primavera árabe”, provocaban y
ejercían diariamente los servicios de inteligencia, los temidos moukhabarat, en el seno de la población. Dichos servicios
han actuado impunemente durante décadas sin tener que rendir cuentas a la
justicia de su país. El pillaje, los sobornos, la extorsión, el terror, las
palizas, los asesinatos,… forman parte de sus prerrogativas más conocidas. Y
fue precisamente esa humillación, cruel y salvaje, la que provocó un estallido
popular en la ciudad de Daraa y la que encendió la mecha de la revolución.
¿Cómo reaccionar sino manifestándose cuando, habiendo ido a preguntar sobre la
suerte de tus hijos adolescentes detenidos, te responden diciendo que les
olvides y que les sustituyas trayendo nuevos hijos al mundo? No, la revolución
siria no es el fruto del imperialismo, el sionismo o al-Qaeda; es el fruto de
la búsqueda de la dignidad.
En los últimos diez años el desencanto y la
desilusión frente al proyecto de desarrollo y de modernización promovido por el
Estado sirio en los años 60 y 70 –proyecto que históricamente había
constituido una de las principales fuentes de legitimación del régimen
baazista– han aumentado fuertemente. Dicho desencanto ha sido en gran medida
provocado por el impacto negativo del proceso de liberalización económica
iniciado hace diez años y por la lógica de supresión gradual de las subvenciones
a los productos básicos; estrategias muy impopulares tanto en el seno de las
clases sociales más desfavorecidas como en las filas baazistas. De este modo,
el antiguo pacto social que el régimen y la sociedad habían concluido
tácitamente a partir de los años 60 – pacto por el que, a cambio de desarrollo,
de justicia social y de bienestar, el partido Baaz había impuesto su hegemonía
política – se ha roto. Y a medida que el Estado se ha ido alejando de su rol
protector, el régimen ha ido descreditándose a ojos de la población. No, la
revolución siria no es el fruto del imperialismo, el sionismo o al-Qaeda; es el
fruto de la búsqueda de un nuevo proyecto de sociedad.
Sólo el conjunto de estos cuatro factores nos
puede permitir entender la determinación del pueblo sirio en su desigual
combate contra el régimen de los Assad. “Más vale la muerte
que la humillación” cantaron los manifestantes al inicio de la
intifada. Hoy en día, un año más tarde, la alternativa a morir luchando ya no
es la humillación, sino la misma muerte a manos del régimen. Esta, solo esta es
la motivación por la que seguirán luchando los sirios
Comentarios
Publicar un comentario