Los
ingresos fiscales, en España, equivalen
al 33,2 % del PIB, mientras que en la zona euro se sitúan, de media, en el 40,5
%, datos del Eurostat. Una diferencia
que es mucho mayor si la comparación se realiza con los países más
desarrollados. Esto significa que aquí el Estado recauda ocho puntos de PIB
menos que la media europea. Y eso son 85.000 millones de euros menos cada año.
Esa enorme diferencia es la que nos permitiría tener unas prestaciones sociales
propias de un Estado de bienestar desarrollado y, además, no tener déficit
público que conlleva a seguir oscureciendo la realidad a los ciudadanos.
Si, de
entrada, hay pocos ingresos y mal
repartidos, la luz al final del túnel dependerá de la longitud, no de la
potencia de la bombilla. Cuando se distribuye la renta, los asalariados/trabajadores
se quedan con el 50 % y, sin embargo, soportan más del 80 % de la carga fiscal.
Las rentas salariales son el origen del 90 % de la recaudación del IRPF, que
es, en realidad, un impuesto sobre los trabajadores asalariados. Pero, como
además destina la mayor parte de su renta al consumo, y no al ahorro, son
también los mayores paganos del IVA y, por descontado, de los impuestos especiales.
Cada
año que pasa, el impuesto de sociedades,
tiene una recaudación menor y como,
además, otros impuestos que gravaban la riqueza y el patrimonio han
desaparecido, el resultado es que las rentas de la propiedad y los beneficios
empresariales apenas tributan. La desfiscalización de las rentas de capital, la
elusión, la ingeniería fiscal de los que más tienen y el fraude generalizado en
lo que no son salarios y pensiones están detrás de muchos de los problemas de
nuestro sistema.
En 2010, la renta media declarada por los asalariados fue de 21.2327 euros,
mientras que las obtenidas en actividades económicas -empresarios, profesionales-
fueron, de media, 8.091 euros. Sí, lo ha entendido bien: los asalariados
declaran ganar el doble que sus empresarios o que sus dentistas. Declaran más y
tributan muchísimo más, porque según el nivel de ingresos las rentas del
trabajo pueden llegar a tributar a un tipo impositivo que duplica el de las
rentas del capital. Es decir, una persona con un mismo nivel de ingresos puede
llegar a pagar el doble si los obtiene con un salario que otro contribuyente
que los consigue cobrando dividendos de acciones, plusvalías o intereses. La
verdad, carece de lógica humana.
De
cualquier forma, si alguna reforma hace es para abrir más distancia entre el
pudiente y el escaso. Rajoy, dimite; también te puedes dar a tus lacayos unas
vacaciones pagadas con Curro en el Caribe o donde tu, no les aconsejes. ¡Vete,
Rajoy, vete¡
Otros artículos de interés:
BONJOUR, Juan.
ResponderEliminarPerfacto, Juan, maravillosos.
ResponderEliminarJUAN . Todo correcto . Resalto tus palabras más de mi gusto : " ... por lo visto, en España, gobiernan los empresarios que financian las campañas electorales. ¿ Qué mejor manera de expresarlo ¿?
ResponderEliminarExcelente, Señor Juan, margífico.
ResponderEliminarLOS SINDICATOS EN EL CARIBE.
ResponderEliminarNo, seguro que no la hará.
ResponderEliminar