Siempre
he mantenido el mismo criterio sobre el aborto. No es un derecho y si un fracaso,
en cualquier supuesto, para la mujer. Yo, personalmente, no estoy de acuerdo en
ninguno de los supuesto, es más, ni cuando corre peligro la vida de la madre
porque la madre juega con ventaja sobre el “niño” a él, nadie le preguntan si
quiere ser “matado”. Posiblemente diría que muera quien ha concebido que ya ha vivido
bastantes más que yo. No obstante, respeto cualquier otra opinión. Las
palabras, o más bien los términos que empleó, Alberto Ruiz Gallardón, han puesto a pensar a
propios y a extraños, aunque creo que ni el sabe lo que dijo. Al parecer,
intenta justificar el cambio de la ley del aborto para proteger la libertad de
ser madre, porque existe una "violencia de género estructural" que
incitaría a determinadas mujeres a abortar forzadas por coacciones de su hábitat.
En los fondos de la innovación, Gallardón, debería documentar tal prodigio,
concretar, según los datos de que dispone, las mujeres que han sido obligadas a interrumpir
su embarazo a pesar de que deseaban ser madres, e identificar las redes ya que
habla de un fenómeno estructural y organizado, cuyo objetivo , al parecer, es perseguirlas penalmente. Según se desprende
de su declaración de intenciones, me mantendría la Ley de plazos. Para mi, que se
ha mutado con Rajoy el galleguismo, sin querer decir nada, no dijo nada sino
todo lo contrario. No venía a cuento, porque se entienden derogados los plazos,
¡O NO¡
Suponiendo
que diésemos por válida, aunque repito ni el sabe lo que dijo. La teoría del
Ministro de Justicia, no costaría nada completarla para acabar concluyendo que,
junto a la expresada por Ruiz Gallardón, existe una "violencia de género
estructural" que actuaría en sentido contrario y que forzaría a las
mujeres que desean hacerlo a no abortar, condicioando su propia libertad con la
amenaza de ser castigada posteriormente, o sea estaría condenada de por vida.
Como en este segundo caso los autores de las supuestas coacciones están bien
identificados y localizados en sus respectivos púlpitos, imagino que la
persecución judicial a los presuntos agresores sería promovida de inmediato por
la justicia para garantizar la libertad de las mujeres “españolas” para no ser
madres. Pero no lo hará, porque lo de la violencia de género estructural en
materia de aborto es HUMO, HUMO HUMO Y MÁS HUMO. Otra ocurrencia para desviar
la opinión de la reforma laboral.
Si el, Alberto Ruiz Gallardón, Ministro de
Justicia, favorable a la ley de matrimonio homosexual -demasiado tiempo ha
convivido con Zerolo, esta a la espera de la sentencia del Tribunal
Constitucional para saber a que atenerse.
¿No sería conveniente hacer lo mismo
en lo que se refiere a esta Ley, Ley del aborto antes de inventar teorías
inverosímiles para justificar su modificación apresurada de las que pueda
arrepentirse hasta el mismo Rajoy?
Decía
mi madre:
“Qué fácil es mandar en los hijos de otro.”
Es una violencia estructural bien real, desde la falta de recursos de la gente, hasta las presiones laborales. Mujer embarazada, mujer despedida.
ResponderEliminarEn todo caso el cuerpo de la mujer es solo suyo, no de la iglesia ni de su marido, padre o político de turno.
Todos sabemos que Gallardn es el socialistas del PP, pero tan tonto nadie se lo imaginaba.
ResponderEliminarLa semana pasada estuvimos 10 compañeros intentando descifrar el mensaje y ni con 5 diccionarios y el ordenador pudimos. La táctica de Bibi Aido y Leire Pajín desviar la atención del votante.
ResponderEliminarEn nuestro caso lo tienen claro, todos fuimos votantes del PP e incluso nuestras familias. Esta vez no se llevan ni un solo voto, peor que los socialistas.
Con solo ver la cultura de los alcaldes y concejales del PP ya nos tenemos que ir haciendo una idea de la que nos viene encima.
ResponderEliminarEnhorabuena ataca a esos bándidos de Sierra Morena del PPSOE.
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