Zapatero, el comunista que "tapa" al sanchismo. Su capital supera los 250 millones de euros.



José Luis Rodríguez Zapatero sembró la cizaña populista que aprovechó Pedro Sánchez para llegar al poder y que, ahora, inspira al Gobierno en su deriva política. Desde que abandonó la Moncloa, donde dejó montones de basura bajo las alfombras, se dedica a ser el embajador personal y el mayor defensor de las tropelías del dictador Maduro. Todavía no ha dicho una palabra del fraude electoral del sátrapa caribeño. Se ha convertido, además, en el mayor defensor y gestor de los pactos con los herederos de ETA y los golpistas catalanes. Y últimamente, se ha convertido en el gran mediador del presidente español con el prófugo de Waterloo, con quien comparte largas charlas para intentar que apoye los presupuestos del Gobierno Frankenstein.

Como ha reconocido en una entrevista en “La Vanguardia”, para conseguir definitivamente ese apoyo, Pedro Sánchez ya asume que es necesario “un plebiscito sobre el régimen”; esto es, que permita la celebración de un referéndum de autodeterminación, “un proceso de cesión de soberanía y mutación constitucional”, según ha explicado Cayetana Álvarez de Toledo. Así lo ha contado Zapatero en su entrevista: “Hay un hilo conductor que es el reconocimiento de la identidad nacional de Cataluña. Es uno de los puntos de los pactos de Bruselas (acuerdos entre PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez en noviembre del 2023). Ese compromiso se debe traducir en políticas, en hitos, en realizaciones visibles. Estamos en ese proceso. Creo que a lo largo de este año, especialmente en la segunda parte del 2025, se verán concreciones".

Además de la aplicación de la amnistía, Puigdemont busca la independencia total de Cataluña a través de la cesión de Sánchez de competencias que hasta ahora eran exclusivas del Estado, como la inmigración, el control de fronteras o la soberanía fiscal que ya están en marcha. Esto es; según Zapatero, ese “reconocimiento de la identidad de la nación catalana”, es “el hilo conductor” para amarrar los 7 escaños de Junts que servirían para prolongar la legislatura, aunque sea a costa de desguazar la Constitución. Y resulta evidente que Pedro Sánchez cumplirá con esa exigencia, como con cualquier otra, si le sirve para lograr sus objetivos.

Y, así, con Zapatero preparando el terreno, el líder del PSOE quiere llegar a 2027. Ahora, se va a China, donde también el expresidente español ha montado un chiringuito para sus turbios negocios y, de paso, ayudar a su sucesor en gobernar España y deslumbrar al mundo. No en vano, es el mejor embajador de las dictaduras comunistas como Venezuela y China. Y, Sánchez, su mejor cliente. Ya le ha comprado el blanqueamiento de la dictadura venezolana, la independencia de Cataluña y, ahora, el agasajo a la China comunista.

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