Sánchez ‘engañaría’ a sus
socios aceptando la tramitación como proyecto de Ley, pero prorrogando sine die
el plazo para presentar enmiendas
En el Gobierno contemplan
todos los escenarios. El plan A: que el decreto de la reforma laboral salga
adelante conforme a lo pactado con sus socios gracias a la abstención de sus
aliados preferentes: el PNV y ERC. El Plan B, el más probable: que tengan que
recurrir a la vía alternativa de Ciudadanos y partidos minoritarios. Y el Plan
C o último recurso: la aceptación de la tramitación del decreto como proyecto
de Ley para no perder el favor de sus socios y evitar una quiebra en la alianza
Frankenstein.
Iglesias vuelve a la política pasiva para evitar que Yolanda Díaz se apodere de Podemos
De momento, se trata de una
última opción, pero está en la mente del Ejecutivo. Tras el ultimátum de sus
socios ERC,Bildu, BNG y la Cup este jueves en el Congreso, a algunos estrategas
en el Palacio de la Moncloa se les ha encendido la bombilla: «Ponen como
condición que aceptemos tramitar el decreto como proyecto de Ley. ¿Eso quiere
decir que están dispuestos a apoyar la reforma laboral si a cambio aceptamos
introducir modificaciones?».
El ‘no dudoso’ de ERC y
Bildu a la reforma laboral
Fuentes de Moncloa
consultadas por THE OBJECTIVE dejan así en evidencia a los aliados
gubernamentales, recordando que el trámite para aceptar modificaciones consiste
en una votación, a continuación de la convalidación del decreto, que solicita
al Gobierno si acepta su tramitación como proyecto de Ley, pero una vez haya
conseguido aprobar el decreto con el apoyo de sus socios. Es decir, que «ERC y Bildu
han aceptado sin saberlo que están contemplando apoyarlo a cambio de esa
condición».
En el Palacio de la Moncloa
aprecian cierta «rebaja en el tono» de los partidos citados, que admiten que
«contemplan la opción de apoyarlo y no expresaron un no tajante», al margen de
otras sutilezas como que los verdaderos interlocutores del Gobierno, Aitor
Esteban del PNV, y Gabriel Rufián de ERC, no quisieran personificar esa
supuesta ofensiva en la sala de prensa del Congreso. Argumentos por los que el
Ejecutivo no acaba de cerrar la puerta de la primera opción, aunque admiten que
sea «improbable».
La trampa parlamentaria
Pero hay una última carta
que se guarda Pedro Sánchez por si las situaciones se tornaran críticas con sus
socios, después de que Podemos les alertara de que pactar con Ciudadanos es
entrar en «zona peligrosa». Se trata de una trampa parlamentaria que el Gobierno
ya ha explorado previamente y cuyo precedente se encuentra en la Comisión de
Secretos Oficiales.
La última carta de Pedro
Sánchez sería la de ‘engañar’ al Congreso y a sus socios aceptando la
tramitación como proyecto de Ley pero posponiendo sine die el plazo de
presentación de enmiendas hasta que decaiga con el final de la legislatura. Dos
años que se quedan cortos respecto a los más de tres años y medio que lleva
bloqueada la Comisión de Secretos Oficiales por el veto mutuo que se impone
sobre ERC y Vox para conseguir un representante en el órgano parlamentario.
Bolaños y Bal, el lunes
Pese a todo, el escenario
más realista es que el decreto salga adelante con Ciudadanos y los grupos
minoritarios, entre los que se encuentran los dos diputados de UPN, CC, Nueva
Canarias, Compromís, Más País, PRC y Teruel Existe. Fuentes gubernamentales
explican que los contactos ya se han iniciado pero queda que se sellen por
parte de los dos negociadores: el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y su
secretario de estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, quien ha
asumido un papel crucial.
Fuentes de la formación
naranja informan a THE OBJECTIVE que este lunes se producirá una conversación
formal entre Bolaños y el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, para cerrar su
apoyo. El pasado martes, ambos hablaron al término del pleno en el Congreso.
Ambas partes confirman que «no habrá una negociación formal», puesto que Bal
reiteró a Bolaños que la única exigencia es que «el Gobierno no ceda al
chantaje nacionalista y separatista y no modifique ni una coma del decreto».
Una promesa que se podría cumplir tanto en el caso de que el Gobierno active el
plan A, el plan B, o el plan C. Lo único que cambiaría es el sujeto del engaño.
Comentarios
Publicar un comentario