La tremenda paliza que una
banda de encapuchados propinaron a un estudiante de Vitoria al grito de
"español de mierda" es un hecho gravísimo que se suma a otros ataques
similares en Cataluña. El joven pertenece a una asociación que defiende la
unidad nacional, motivo por el cual fue agredido. En una estrategia que
recuerda a la de los cachorros de ETA, organizaciones radicales movidas por su
odio hacia lo español protagonizan cada vez más actos violentos, envalentonadas
por un clima auspiciado por partidos que jalean o minimizan esa violencia. La
mayoría de las formaciones vascas, incluido el PSE, trataron de desdibujar el
episodio como algo de «tiempos superados». Pero la realidad es que hoy crece la
radicalización y el odio contra lo que representa España.
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