Los dos partidos que coronan
el independentismo catalán han llegado a un acuerdo pero con trampa, una vez
más, Puigdemont será el candidato secesionista a la presidencia de la
Generalidad. La investidura solo se producirá si el expresidente felón regresa
a España, con el riesgo evidente de ser encarcelado. ERC se declaró ayer
contraria a una investidura telemática, si bien puede rectificar su posición.
Casi todos los partidos y el sentido común están en contra de la maniobra del
expresidente, que pretende digitalizar su investidura. Probablemente también lo
estará el Tribunal Constitucional.
Son muchos los que piensan
que se trata de una jugarreta de ERC Pocos creen en la sinceridad de Marta Rovira al
apoyar a Puigdemont. Son muchos los que piensan que se trata de una jugarreta
de ERC. Cuentan los partidarios de Oriol Junqueras con que el expresidente no
se atreverá a regresar a España para la investidura porque le aterra la cárcel.
ERC habría demostrado su coherencia al apoyar al candidato secesionista más
votado y, ante la imposibilidad de investirle, presentará con toda lógica a
Junqueras. Pero son tantas las negociaciones subterráneas, tantas las maniobras
bajo cuerda, tantas las cuchilladas internas que, por cierto, han terminado con
el pobre Arturo Mas, que todo puede pasar. La palabra que define la situación
catalana está clara.
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