Paul Bekaert, abogado belga de Puigdemont pagó más de 40 millones€ a sus falsos juzgadores. Los belgas, en bancarrota, odian a estos corruptos.


Bekaert fue defensor de la etarra residente en Gante Natividad Jáuregui Espina a quien Bélgica rechazó entregar a España después de tres órdenes de arresto dictadas por la Audiencia Nacional en 2004, 2005 y 2015 por su presunta participación en varios atentados como miembro del Comando Vizcaya. Entre ellos se cuenta el supuesto asesinato en 1981 del teniente coronel Ramón Romeo Rotaeche, tiroteado por la espalda cuando salía de misa en la Basílica de Begoña en Bilbao. La familia de Romeo ha llevado el caso de Jáuregui al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), después de que Bélgica negara su extradición al suponer "que España podría violar los derechos humanos", amparándose en un informe de 2011 sobre España del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT).

Paul Bekaert no siempre ha conseguido sin embargo su objetivo de evitar extradiciones, como ocurrió en 2010 con el etarra Luis María Zengotitabengoa, que aunque consiguió en primera instancia evitar la ejecución de la euroorden, en el Tribunal Supremo vio rechazada su demanda, basada en riesgo de tortura y falta de juicio justo en España. El abogado belga también defendió a la pareja vasca nacionalizada belga formada por Luis Moreno y Raquel García, presuntos miembros de ETA cuya extradición fue denegada en 2004, y a la militante del grupo armado turco ultramarxista DHKP-C Fehriye Erdal, reclamada por Turquía y detenida en Bélgica.


Fehriye Erdal, que huyó a Bélgica en 1999, fue detenida en el país europeo en 2006 y condenada a dos años de prisión por no respetar la legislación sobre tenencia de armas, pero nunca fue extraditada a Turquía, donde el pasado febrero fue condenada a 15 años de cárcel por un triple asesinato cometido en Estambul en 1996.Cobrando una minuta de 500 a 1000 euros la hora, algunos nos preguntamos: ¿de qué dinero lo estará pagando el independentista? ¿Del pueblo Catalán? 

Aquel que le importa tanto como para huir y casi parece una carcajada frente a ellos, porque ha convertido todo ello en una pantomima, un circo orquestado por un grupo entre los que está Puigdemont y además como es el caso, con proveedores de facilidades para librarse de dar explicaciones ante la justicia de saltarse las leyes, ese proveedor entre otros es Paul Bekaert, si muy reputado en este país como el mismo apunta en varios medios de comunicación, famoso por tener en su despacho cerca de Brujas en Bélgica, a etarras para evitar su extradición. Este es el jaque que tenía Puigdemont, sólo quedar ver si su abogado estratosférico, da el mate y estaremos seguros para siempre que la justicia para el resto no existe.

Juan Pardo

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