El terrorismo utiliza todas y cada una de las ventajas que le
brinda la equivocada sociedad del siglo
XXI. Sobre todo la tolerancia, además, la supresión de controles fronterizos
facilita el tráfico de personas y mercancías que ellos aprovechan para su fin
que no es otro que matar, asesinar, degollar.., realizando ataques a la
sociedad que los acoge. Así castigan a ciudadanos inocentes para lograr los
objetivos señalados por sus jefes. Estos atentados obedecen a planes
organizados para dañar a la parte enemiga más débil y más rentable: la sociedad
civil.
El Estado Islámico ya lo avisó al
ver que perdía terreno en la guerra de Irak y Siria. Anunciaron que
continuarían con la lucha por otros medios con atentados a la retaguardia
europea y que se retirarían al desierto para reorganizarse. Eso es lo que están
haciendo: buscan objetivos que tengan mucha repercusión en los medios y les
aumenta la moral. Por eso les ha faltado tiempo a reconocer su autoría en el
atentado de Barcelona. Eligieron una ciudad turística con gente de todo el
mundo, viviendo unas circunstancias políticas críticas, lo mismo que en el 11-M
de Madrid, en vísperas de elecciones en el 2004.
juanpardo15@gmail.com
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