El sanchecismo que dirige Pablo Iglesias apoyará el Referéndum conspira cotra España, no contra Cataluña.
Se puede llegar a ser independentista por instinto,
emotividad o inclinación espiritual, pero dudo que exista un madrileño o
andaluz que se declare independentista
apoyándose en la lógica de la razón.
Y no solo me refiero a los que pretenden
un Madrid independiente sino a aquellos que desde Madrid ven con buenos ojos la
independencia de Cataluña. Los hay de todos los colores, desde militantes del
PSOE o los bastardo de Podemos hasta las facciones más radicales del
sanchecismo (esta sería la derivación correcta, y no sanchismo, que vendría de
Sancho).
Me pregunto qué futuro pretenden para sus hijos. Ninguno, o más pobre,
ridículo incluso. A poco que reflexionemos nos sale que a todos nos iría mal. A
los catalanes, aún peor que al resto. Por eso no se debiera jugar con este
asunto y los partidos, en lugar de perder el tiempo en fruslerías, debieran
centrarse en lo mollar de la problemática política actual.
El PIB de Cataluña
ronda los 200.000 millones de euros, más del 18 % del total español. ¿Qué papel
jugaría España en el concierto mundial con un PIB tan recortado? Cataluña
aporta al Estado aproximadamente 8.500 millones de euros, ¿Cómo se cuadrarían
las cuentas de gasto en los Presupuestos del Estado con unas arcas diezmadas?
La Seguridad Social perdería más de tres millones de afiliados. ¿Se han
preguntado los pensionistas en cuánto descendería su pensión con la separación
catalana? Esta secesión que se anuncia es una embestida contra todos. Que desde
fuera de Cataluña algunos la apoyen, un disparate.
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