Posible reapertura del caso
de la tuiera, Cassandra, ya que aparecen indicios suficientes de que haya podido cometer algunos
en la realidad.
La tuitera, Cassandra Vera, era
perfectamente consciente de que estaba cometiendo un delito cuando publicó en
las redes sociales una docena de chistes sobre el atentado de ETA contra
Carrero Blanco.
Al menos así lo sostienen
los jueces de la Audiencia Nacional que han condenado a Ramón Vera Paz (su
auténtico nombre legal) a un año de cárcel y siete de inhabilitación absoluta
como autor de un delito de humillación a las víctimas del terrorismo.
Durante el juicio, Cassandra
alegó que escribió los citados tuits “en tono humorístico y en clave irónica”,
sin la menor intención de enaltecer el terrorismo o humillar a las víctimas.
Pero los magistrados de la
Audiencia Nacional se muestran rotundos: “La versión exculpatoria del acusado
Ramón Vera Paz no se sostiene ni resulta convincente“. De hecho, la sentencia
recoge otros tuits de Cassandra, por los que no ha sido condenada (pues los
escribió antes de cumplir los 18 años, el 3 de noviembre de 2013), pero que
ponen en evidencia su postura real ante el terrorismo.
“Qué mal hizo ETA dejando a
tanto hijo de puta vivo”, escribió Cassandra Vera en su perfil de Twitter el 4
de agosto de 2013, tres meses antes de cumplir los 18 años. En otro mensaje
publicado en diciembre de 2012, escribió: “Ojalá el IRA hubiera conseguido
matar a Margaret Thatcher, hubiera sido un Carrero Blanco a la irlandesa”.
Los magistrados también
destacan que la Guardia Civil halló en el teléfono móvil de Cassandra una
fotografía de varias “personas portando una bandera con el anagrama de ETA
(consistente en un hacha con una serpiente enroscada en su mango).
Fragmento de la sentencia
dictada por la Audiencia Nacional.
Al defender la inocencia de
Cassandra, Podemos y sus portavoces mediáticos sostienen que es legítimo
aplaudir los atentados de ETA anteriores a 1975, pues actuaba como la
“resistencia armada” contra la Dictadura de Franco. Consideran, por tanto, que
el ex presidente del Gobierno franquista Carrero Blanco no merece ningún
respeto ni reconocimiento como víctima del terrorismo.
¿Tampoco las dos personas
que fueron asesinadas junto a él en el mismo atentado (el chófer y el policía
que le acompañaba en el vehículo)? ¿ETA era una organización heroica hasta
1975, porque luchaba contra la dictadura, y no tanto a partir de 1975? ¿Hay que
aplaudir que ETA asesinara en junio de 1960 a la niña de un año y medio María
Begoña Urroz Ibarrola, que murió al estallar una bomba colocada en la estación
de ferrocarril de Amara?
Pedía asesinar a Margaret
Thatcher
Los magistrados de la
Audiencia Nacional, en su sentencia, echan
por tierra ese planteamiento: “Las víctimas del terrorismo constituyen una
realidad incuestionable, merecen respeto y consideración con independencia del
momento en que se perpetró el sangriento atentado, que por cierto segó la vida
de otras dos personas, no tan relevantes pero asimismo merecedoras de la misma
deferencia”, señala literalmente la sentencia; “entender que las consecuencias
de aquel atentado del 20-12-1973 no merecen la protección penal a los efectos
enjuiciados crearía una situación injusta, con consiguiente existencia de
víctimas de ETA de diversas categorías“.
Al respecto, el tribunal
cita el tuit publicado por Cassandra en agosto de 2013: “Ojalá el IRA hubiera
conseguido matar a Margaret Thatcher, hubiera sido un Carrero Blanco a la
irlandesa“. Cassandra no ha sido condenada por este tuit, únicamente porque lo
escribió tres meses antes de alcanzar la mayoría de edad.
Cassandra Vera ha publicado
decenas de tuits similares, como el que dedicó al presidente del Gobierno: “Me
molesta que Rajoy todavía no haya recibido un balazo en la cabeza“. Hay que
recordar que Podemos ha utilizado el caso de esta tuitera para exigir que se
derogue el delito de enaltecimiento del terrorismo.
Podemos quiere presentar la
condena de Cassandra Vera como “un debate sobre los límites del humor”. La
Audiencia Nacional también rebate ese planteamiento: “No se trata de penalizar
el chiste de mal gusto, sino que una de las facetas de la humillación [a las
víctimas del terrorismo] consiste en la burla”, dice la sentencia.
“No ha mostrado
arrepentimiento”
Y añade que la conducta de
la tuitera Cassandra encaja perfectamente en el delito de humillación de las
víctimas del terrorismo, al incurrir en el “desprecio, deshonra, descrédito,
burla y afrenta de persona que ha sufrido el zarpazo del terrorismo y sus
familiares, haciendo reiterada y persistente mofa de las circunstancias que acaecieron
en aquel atentado sangriento”.
La defensa de Cassandra
alegó el supuesto de “error de prohibición invencible”, es decir, que no era
consciente de que estaba cometiendo un delito. El tribunal también ha
descartado esta posibilidad. No sólo porque Cassandra Vera es una estudiante
universitaria a la que hay que suponer una mínima formación, sino porque ella
misma escribió en abril de 2014 en su perfil de Twitter: “Hacer chistes de
Carrero es enaltecimiento del terrorismo“.
La defensa también alegó como
eximente incompleta que Cassandra sufre “alteraciones en la percepción desde el
nacimiento o desde la infancia, que implican una grave alteración de la
conciencia de la realidad“. El tribunal tampoco ha aceptado esta eximente, pues
no estaba respaldada por ningún tipo de prueba médica. La sentencia señala por
último que “el acusado no ha mostrado el menor arrepentimiento por las acciones
que desarrolló” y que han provocado su condena.
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