En media del Congreso Nacional del PP, Actuall repasa el perfil de una de las mujeres fuertes del partido. Teóricamente es de derechas, pero en la práctica parece lo contrario.
Un amigo personal suyo,
presidente del tribunal que aprobó su oposición a Técnico Clase A de la
Administración
Los resultados electorales
del pasado 24M en la Comunidad de Madrid han provocado una situación
políticamente apasionante. Ninguno de los candidatos ha obtenido mayoría
absoluta... ni siquiera una mayoría con suficiente peso como para que los demás
no puedan sentirse moralmente libres para buscar una coalición de la que
beneficiarse.
Desde este lunes, ejerciendo
su derecho como la más votada, Cristina Cifuentes ha iniciado contactos con las
demás candidaturas. Aunque ella no ha hecho excepciones y se verá con todos sus
'rivales', en realidad, la lógica y las declaraciones tanto de socialistas como
de Podemos, llevan a una sólo salida para Cifuentes en su intento de
convertirse en la siguiente presidenta de Madrid: obtener el apoyo de
Ciudadanos.
La formación de Rivera ha
adoptado, sin embargo, unos 'Acuerdos poselectorales', unas autoexigencias, que
llama "condición previa para firmar el compromiso por la regeneración
democrática" que en el caso de Cristina Cifuentes podrían dificultar esos
apoyos conforme a informaciones de la biografía de la candidata del PP a las
que hemos tenido acceso.
En esta primera entrega
vamos a centrar esa información en la biografía profesional de Cifuentes... que
presenta algunos agujeros negros. Agujeros en algún caso difíciles de explicar
y en el que no son ajenos la intervención de un grupo de amigos e intereses del
que ella forma parte.
Una activa cachorra de Alianza
Popular
Para entender todo en su
valor es necesario retrasar la mirada hasta 1980, y recordar que Cristina
Cifuentes se afilió ese año a las Nuevas Generaciones (NNGG) de Alianza Popular
que presidía Manuel Fraga (existía entonces el partido de centro UCD, que no
fue su elección). Por cierto, quien dirigía entonces NNGG era el ahora
periodista y tertuliano Antonio Martín Beaumont, director de El Semanal
Digital.
Tenía sólo 16 años, una edad
incluso entonces poco habitual para comenzar a militar. Su vocación política la
llevó, en el mismo sentido, a ser extraordinariamente activa en los siguientes
años, en especial al entrar en la Universidad. En su caso, en la Complutense de
Madrid.
Era tan activa que en 1984
ya encabezó el grupo de firmantes de una carta al director de ABC que el diario
monárquico publica en diciembre de ese año y en la que, quien será poco después
política profesional de AP, condena las manifestaciones de estudiantes en la
Universidad Complutense, protagonizadas "por grupos extremistas, tanto de
derechas como de izquierdas".
Pero no es el único caso en
el que el diario de la derecha hace hueco entonces a Cristina Cifuentes. En
1987, ya miembro del Claustro y de la Junta de representantes de Alumnos, e
integrada en un grupo llamado Colectivo de Representantes de Estudiantes y Asociaciones,
que se dice alejado de sindicatos y partidos, pero que en el caso de Cifuentes
coincide con su pertenencia a AP, vuelve a abrirse hueco en el ABC. Una nota
del diario da cuenta de las actividades de este grupo que, a pesar de apenas
sumar un centenar, se hace, como se ve, un hueco importante.
Pero en ese mismo momento,
Cristina Cifuentes estaba inmersa en una tarea más importante para su futuro.
Era, como líder de su grupo, una activa promotora de la candidatura de un
profesor de su facultad, la de Derecho. Nos referimos a Gustavo Villapalos, un
hombre como ella de AP, que fue primero su profesor, y después se convertiría
en su amigo, y al que activamente apoyó, moviéndose entre los estudiantes, para
que fuera elegido primero decano de la Facultad y, más tarde, rector de la
Complutense.
En el grupo de apoyos a
Villapalos, Cristina Cifuentes conocería a otros dos hombres que jugarían un
papel relevante en su futuro. Por un lado Jesús Calvo Soria; por otro, aún más
importante, Dionisio Ramos. Los dos con no pocas historias 'oscuras'.
Jesús Calvo Soria, que luego
sería compañero de candidatura de Cristina Cifuentes en las listas del PP a las
europeas en 1994, resultaría clave para su nombramiento como directora del
Colegio Mayor Miguel Caro, ya que en el momento de su nombramiento, él ocupaba
el cargo de Gerente de la Complutense. Esta relación se convertiría después en
tóxica para Cifuentes, porque Calvo Soria se vio imputado en numerosos casos de
corrupción, incluida la trama Gürtel, pasando por el caso Complutense, uno de
los que merecen capítulo aparte por las dudas que dejan sobre la biografía de
Cifuentes y acabando en otros centrados en sus negocios.
Pero el personaje que va a
tomar más peso de todo este grupo cercano a Cristina Cifuentes, además del
propio rector, es Dionisio Ramos. La relación entre los dos será muy intensa a
partir de la segunda mita de los años ochenta e irá más allá de lo puramente
profesional. Hasta el punto de que Cristina Cifuentes, como Villapalos, formará
parte del grupo de testigos que el novio elige para su boda (como cuenta la
oportuna nota social del ABC).
Funcionaria del Grupo B de
Gestión
Como miembro de este grupo
liderado por Villapalos, la carrera de Cifuentes en la Complutense es rápida. En
1990 ingresa por el turno libre como funcionaria del Grupo B de la Complutense
en la escala de Gestión Universitaria. Es importante recordar este dato,
funcionaria del Grupo B. Porque Cristina Cifuentes enterrará esta circunstancia
de su curriculum, falseándolo, tan pronto como le resulte posible... Pero para
eso tendrá que pasar aún toda una década y Cifuentes habrá desarrollado ya su
carrera política.
Pero volvamos a 1990. Se
convocan 16 plazas. El BOE publica la lista de aprobados el 31 de octubre de
ese año. Cristina Cifuentes, según se puede ver, ingresa como número dos por el
turno libre.
Sin duda, la pertenencia al
grupo de personas que se han hecho con el control de la Complutense no
perjudica a la joven Cifuentes. Tanto es así que al año siguiente de su
ingreso, 1991, la recién ingresada funcionaria ya es ella misma miembro del
Tribunal que elige a su siguiente promoción como funcionarios de la escala de
Gestión de la Complutense.
Política... pero
simultaneando cargos en la Universidad
En paralelo a esta carrera
en la Universidad, Cristina Cifuentes también acelera en su proyección
política. Con sólo 24 años es ya asesora del Grupo Parlamentario del PP en la
Asamblea de Madrid y en 1991 es elegida por primera vez como diputada
autonómica de este partido. En seguida elige, con diferentes responsabilidades,
participar en las comisiones de Educación de la Asamblea. Área del que apenas
se apartará.
Paradójicamente, aunque ya
es política profesional, en 1995 logra un puesto remunerado en la Universidad,
el de directora del Colegio Mayor Miguel Caro. Cargo que seguirá ocupando hasta
1999 y que abandona sin que se aclaren muy bien las razones. Pero de eso
hablaremos en otro momento.
En 1995, sus grandes apoyos
profesionales, Villapalos y Dionisio Ramos reciben un nuevo espaldarazo. La
victoria de Alberto Gallardón en las elecciones a la Comunidad de Madrid
significan el 'ascenso' de Villapalos de rector a Consejero de Educación de
Madrid. Y con él marcha su gran apoyo, Dionisio Ramos, que se convierte
secretario general técnico de la Consejería... Ramos permanece en ese cargo un
año, para después regresar como gerente general a la Complutense (por cierto,
que al quedar vacante el puesto de Ramos, éste pasa a ser ocupado, parece
inevitable, por el otro constante en el grupo, Jesús Calvo Soria).
No sólo Cifuentes se
beneficia de ser miembro del clan
Aún más, en diciembre del 98
Villapalos nombra al marido de Cristina Cifuentes, Francisco Javier Aguilar
Viyuela, como director general de Patrimonio de la Comunidad... puesto que deja
en el 99 por razones que no acaban de aclararse.
El regreso de Dionisio Ramos
a la Complutense se produce por la llamada del rector que sustituye a
Villapalos, el ultraconsevador y miembro del Opus, Rafael Puyol Antolín. Ellos
dos son los protagonistas del 'ascenso'
profesional de Cristina Cifuentes. Los que la 'liberan' de su pertenencia a la
categoría B de funcionarios. En el año 2001 convocan 14 plazas para ingreso en
la Escala de Técnicos de Gestión de la Complutense. Es el momento de dar el
salto a la crema de la Administración. Si quieren comparar, la diferencia que se
producía entre un perito y un ingeniero... entre un enfermero y un médico...
entre un maestro y un catedrático.
El irresistible salto a la
escala de Técnicos Superiores
A esa 'promoción interna' se
presenta Cristina Cifuentes. Estaba en su derecho. Aunque también es verdad que
llevaba casi una década siendo la responsable como portavoz del PP en la
Asamblea de los temas de Educación. Legislando sobre las políticas que
afectaban a quienes iban a formar su tribunal... Incluso más, como hemos visto,
siendo amiga de quienes iban a participar en el tribunal.
Y es que quien preside el
tribunal que va a decidir sobre el ascenso de Cristina Cifuentes es en teoría
el rector, Puyol... pero quien lo llevará en la práctica es su suplente, tal y
como se recoge en el BOE... Dionisio Ramos. Sí, el amigo de hace casi 15 años
de Cristina Cifuentes, la mujer que con él ha trabajado para impulsar la
carrera de Villapalos, la que ha estado a su lado desde sus años de estudiante,
la que ha sido compañera en tantas situaciones y al final testigo en su boda...
Cristina Cifuentes obtiene un poco llamativo puesto 9 en la promoción.
Este 'ascenso' en su
categoría profesional parece cegar a Cristina Cifuentes. Que a partir de ese
momento, en todos sus currículos comienza a falsear su experiencia profesional.
Y así, bien sea en su biografía oficial del PP de Madrid... o bien sea en el
currículo que ofrece Moncloa para avalar su puesto como delegada del Gobierno
en Madrid... en todos desaparece, se borra, se elimina... "Cristina
Cifuentes la funcionaria Grupo B", y aparece "Cristina Cifuentes la
Técnico Superior de la Universidad Complutense 1990- actualidad (25
años)". Una mentira de ego, quizás, sin mayor pretensión.., o no, que
queda patente también, por ejemplo, en su cuenta más profesional y al tiempo
personal, la que ha nadie ha hecho con seguridad por ella, la de
¿Es esta falsedad en su
currículo suficiente para impedir que Ciudadanos pueda, conforme a su
compromiso, apoyar la elección de Cristina Cifuentes? La formación de Albert
Rivera, que tiene la falsedad en los curriculos en el número 3 de sus líneas
rojas, debe decidir ahora. La biografía de la candidata del PP, en cualquier
caso, presenta más claroscuros de los que les iremos informando.
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