Es preocupante que la red donde está omnipresente Donald Trump, donde se habla de él, donde se crean batallas dialécticas en torno a su figura y donde se sigue todo el proceso electoral al segundo, no sepa capitalizarlo. Nunca se había visto un fenómeno igual en Twitter, que aunase magnitud, alcance global y duración. En cambio, su crecimiento fue el más débil de todo 2016. Al menos no ha vuelto a perder usuarios, como ocurrió hace exactamente un año. Las comparaciones con Facebook no ayudan: mientras que su crecimiento es estable y se acerca al tercio de la población mundial, Twitter presenta un crecimiento cada vez más lento.
Cuando ponemos uno junto a otro el número de usuarios activos que gana cada trimestre cada red social, el resultado es para llorar.
Anthony Noto, COO de Twitter, habló de sus últimos resultados en cuanto a crecimiento de usuarios. Se refirió a Twitter como una plataforma que genera discusión y conversación, y atribuyó el leve crecimiento a decisiones de producto y marketing más que a las elecciones estadounidenses. No obstante, también se habla de cómo el tipo de sucesos de las elecciones consiguen que la base de usuarios sí permanezcan más tiempo usando la red social.
Uno de los problemas para Twitter es el escaso o nulo retorno que obtiene de las personas que conocen el producto y su contenido pero no utilizan el servicio. Son todos los que ven los mensajes que difunde Donald Trump, los que ven las conversaciones a través de programas de televisión que las promocionan, los que ven tuits
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