Un furgón de la Policía Nacional
permanece a las puertas del hotel de Madrid, situado en las inmediaciones del
Congreso de los Diputados, donde falleció la exalcaldesa.
Una hermana de Rita Barberá, María José que se encontraba con ella en el hotel Villa Real de Madrid, fue la que sobre las siete de la mañana llamó a urgencias
sanitarias del SUMMA al ver que respiraba mal. Los efectivos de emergencias
movilizados hasta el hotel la encontraron en parada cardiorrespiratoria, y, a
pesar de intentar reanimarla durante más de treinta minutos, finalmente solo
pudieron confirmar el fallecimiento.
Otro familiar de Rita ha explicado que, en la tarde del martes, María José Barberá sospechó que la
senadora no se encontraba bien al hablar con ella por teléfono y, junto a un
sobrino, decidió viajar desde Valencia a Madrid para acompañarla.
Asunción, otra hermana (conocida familiarmente como "Totón" y que durante muchos
años fue jefa de Gabinete de la exalcaldesa) llegó este miércoles por la mañana
a Madrid junto a su esposo, abogado que estaba ayudando a la senadora en el
caso Imelsa.
Los familiares de Barberá han
recibido el apoyo de la dirección del PP y del grupo parlamentario en el Senado
en el hotel de Madrid en el que se encontraba la exalcaldesa en el momento del
fallecimiento.
LA AUTOPSIA CONFIRMA EL INFARTO
La autopsia ha confirmado que
Rita falleció como consecuencia de un infarto. Fuentes de la investigación han
informado a Efe del resultado de la autopsia, practicada este miércoles en el
Instituto Anatómico Forense de Madrid.
La exalcaldesa falleció en la
mañana del miércoles a los 68 años de edad en el hotel Villa Real, situado a
escasos metros del Congreso de los Diputados.
Una vez practicada la autopsia,
el cadáver de Rita Barberá fue trasladado a Valencia, donde su familia prevé
despedirla "en la intimidad de familiares, amigos y allegados", sin
presencia de instituciones públicas y partidos políticos.
La última aparición pública de
Barberá fue el pasado lunes en el Tribunal Supremo, cuando acudió a declarar en
el caso Imelsa.
Esa misma mañana, la exalcaldesa
sufrió un traspiés que le hizo caer en el estrado del tribunal. El magistrado
Cándido Conde Pumpido, que instruye la causa por la que iba a declarar, le
preguntó si se encontraba bien y podía continuar, a lo que ella respondió que
sí.
Los periodistas que seguían el
juicio pudieron comprobar el estado de abatimiento que reflejaba su cara,
especialmente después de haber prestado declaración ante el juez.
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