El paripé Rajoy/Sánchez y eso de las ondas gravitatorias.

Una imagen no vale más que mil palabras; vale más que mil reuniones de políticos en busca de poder. El Santo  encuentro  Rajoy/Sánchez solo entretuvo a unos cuantos peones del periodismo que más se parecen a titiriteros que a notarios de la actualidad. Ni uno iba a hablar ni otra a escuchar. Todo un paripé junto a las ondas gravitatorias. ¿Por qué subvencionan a teatreros, medios de comunicación, poetas encabronados, redes sociales, etc? Ahí, ahí está la solución, los partidos políticos mandan en toda esta chusma que se hacen pasar por juntadores de letras. Al final todo quedó reducido a la foto de las manos.

La frialdad elevada a la categoría de Jefe de Estado Ese era, al terminar el día, el gran debate nacional: ¿Ha sido un menosprecio? ¿Ha sido la traducción práctica del aviso de «le trataré como se merece»? ¿Ha sido el anuncio de tensiones futuras, si Sánchez logra la presidencia? ¿Ha sido la venganza por haberle quitado el protagonismo y la iniciativa política? Una imagen no vale más que mil palabras; vale más que mil reuniones.

La única novedad es que no hay novedad y eso si que es novedad.  Sánchez y Rajoy, dos hombres y un solo destino: El fracaso. El madrileño puede que  llegue a presidente del Gobierno, aunque solo sea por unos meses, lo que el mayor error propio y también de los socialistas. Al otro le queda la honrosa salida del paso atrás. Honrosa, reitero, con el país creciendo a más del tres por ciento, el  país que más crece de la UE, con las cifras de paro recortándose y con aquel déficit del 9,1 % regalo de Zapatero reducido a mucho más de la  mitad. Eso sí, con la corrupción como premisa y ensuciando más que nunca a su partido. Pero con otras elecciones ganadas por mayoría absoluta en pocos meses. 

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