La moda en el siglo XX, siglo de la moda.

La moda en el siglo XX

  Definitivamente el Siglo XX fue el Siglo de la moda. Las guerras y las revoluciones sociales trajeron cambios que define la moda del mundo de hoy.
  Los cambios más importantes ocurrieron de la lucha de la mujer contra las restricciones políticas y sociales, las faldillas cortas y los pantalones son una gran proba de esto.  Es así que en los primeros años del siglo XX desapareció el corsé y volvió la silueta natural de la mujer pudiendo mostrar sus piernas.
  En los a los años 30, Coco Chanel reinvento la forma de vestir de la mujer, agregando en la moda femenina, los pantalones, que asta entonces era una prenda exclusiva de los caballeros.
  Desde ese momento todo ensayo en el vestir ha sido considerado como moda. En estos últimos tiempos, la estrecha vinculación de la industria de la ropa con la publicidad ha transformado a la moda y la fabricación textil en una de las industrias más importantes del mundo, alcanzando cifras de facturación que no eran imaginadas en un principio.
Cambios en la moda después de la Primera Guerra Mundial


  El primero cambio sufrido, fue después de la Primera Guerra Mundial. La hechura se hizo más simple, sin mayores adornos. El negro era el color preferido por las mujeres y realzado por joyas. Empezaron a utiliza-se nuevas telas, como el jersey, el chemisier de tela estampada o georgette bordado de canutillos, lamé brocado y otras telas suntuosas. También empezó a utilizarse la seda artificial. Para los trajes de deporte se empleaban lanas suaves y el traje sastree abandonó su rigidez. De noche se usaban capas de abrigo con grandes cuellos volcados o erguidos.
  Los abrigos y las capas de piel seguían las líneas de los de paño y éstos estaban adornados con pieles que hacían contraste. También volvió a estar de moda el mantón español. Los sombreros tenían alas grandes, acampanadas, con la copa que se hundía hasta los ojos. Luego los sombreros se hicieron más pequeños.
  La falda se hizo más corta y por lo general con tablas.


Cambios en la moda Masculina


  El los siglos XX la moda masculina se hizo muy sobria, principalmente en los países de Europa occidental y de América. La vestimenta masculina y femenina de las clases altas era semejante, y los modelos básicos eran creados en París.
  El traje masculino constaba de tres piezas: chaqueta larga con cuello y solapa: el chaleco, por lo general de la misma tela o de gamuza, y pantalón con dobladillo hacia afuera.
  La camisa era generalmente de seda blanca, lisa, con cuello duro y se usaba con una corbata fina o un lazo.
  El sombrero de fieltro tenía alas anchas levantadas en los bordes. Completaban el atuendo guantes de cuero y bastón con mangas de diversas formas y materiales. El cabello se llevaba corto, y los bigotes eran grandes e inclinados hacia arriba.
Siglo XX: La nueva era de la moda

  En 1906 se produjo un cambio importante en el mundo de la moda. La mujer no era más que un objeto y tenía que soportar las penurias e incomodidades de unas prendas poco prácticas. Se inicia en esta época un movimiento de liberación del cuerpo de la mujer capitaneado por Paul Poiret, diseñador de la época, que estaba a favor de abandonar el uso del corsé. Pero esto no llega a cuajar pues la sociedad se ve sacudida por el estallido de la primera Guerra Mundial. Las mujeres deben integrarse en el mundo laboral mientras los hombres están en el frente, así que ellas adoptan las prendas masculinas por su confort. Se enfundan en vestidos rectos que disimulan totalmente los rasgos femeninos, para conseguir, en cierto modo, ocupar el puesto de los hombres en la sociedad.
Durante la época de posguerra se sigue manteniendo esta indumentaria aunque, hacia 1925, se empiezan a acortar las faldas y a llevar siluetas mucho más femeninas. A partir de los años 30 y hasta el inicio de la segunda Guerra Mundial, las mujeres lucirán todo su esplendor. Las divas de Hollywood son las nuevas musas. El corsé cae en desuso y la mujer deja al descubierto sus curvas naturales gracias a la maestría de Madeleine Vionnet que, con su corte al bies, crea vestidos vaporosos que envuelven el cuerpo de la mujer sin oprimirlo. Otra de las grandes figuras de la época es Gabrielle “Coco” Chanel que, con su particular manera de ver el mundo, revolucionaría la indumentaria femenina defendiendo, ante todo, la comodidad y la elegancia como iconos de estilo.
Cuando parecía que la sociedad retomaba su cauce, estalla la segunda Guerra Mundial. Serán años en los que la moda volverá a ser totalmente funcional y dejará el lado estético totalmente apartado.

La lucha de los 50



Tras la guerra sigue un periodo de sobriedad, pues los ánimos y la industria deben recuperarse poco a poco. Sin embargo, en esta ocasión, la recuperación es mucho más rápida gracias al archiconocido Christian Dior. En 1947 organiza un desfile en su maison y presenta la silueta New Look. Esta silueta presenta a una mujer ultrafemenina, con trajes y vestidos que marcan el pecho, se ciñen a la cintura y caen en forma de embudo hasta media pierna: 100% sensualidad y elegancia. Nace la mujer Dior, que le pone al mal tiempo buena cara. Pero, dada la situación tan inestable en la que se encontraba el mundo, muchos critican esta nueva estética. Una de las mayores detractoras de Dior es Coco Chanel. Antes de la Guerra se había retirado, pero ante el éxito de Dior, la dama francesa resurge de sus cenizas. Se establece una lucha, siempre respetuosa, entre los diseños Dior y los diseños Chanel. Coco no se opone a Dior por temas políticos, ella simplemente cree que la mujer ha estado demasiado tiempo sometida a los rigores de la moda como para seguir estándolo. Según ella, Dior encorseta a las mujeres y, por ello, cree necesario establecer un nuevo código en el armario femenino: puedes ser femenina y elegante sin necesidad de realizar equilibrios sobre unos tacones de aguja. Chanel será un icono de la moda clásica, elegante y cómoda. Dior será el máximo exponente de una moda sensual, elegante y más difícil de llevar.

 La rebeldía de los estilos del 60 al 90



A partir de los años 60, se produce un gran cambio generacional provocado por los cambios sociopolíticos que van sucediendo en todo el mundo. La moda, el mejor escaparate de la situación social, se convierte en una verdadera herramienta de protesta y rebeldía. Los jóvenes se adueñan del mundo, y este sólo gira en torno a ellos. La moda deja de ser igual para todos: hay una moda para adultos y una para jóvenes.

Rebeldia de los 60 y 70



Todo es rebeldía, las faldas se acortan hasta convertirse en minifaldas y el gran Yves Saint Laurent introduce el pantalón dentro del armario femenino. Nace el prêt-à-porter (“listo para llevar”) como contrapunto a la alta costura, que no ha evolucionado con la sociedad, pero que se mantendrá como símbolo del lujo. Una vez más, Yves Saint Laurent es el artífice de esta renovación de la moda femenina, acompañado, esta vez, por el káiser Karl Lagerfeld. La inspiración es variada. Si en los años 60 las mujeres presentan una estética más aniñada con la modelo Twiggy como estandarte, los años 70 son años de exuberancia y sensualidad con Brigitte Bardot y Ursula Andrews como iconos de belleza.

El culto del cuerpo en los 80 y 90



Durante estas dos décadas la moda volverá a sufrir una ligera variación. Dejará de ser una herramienta política y se convertirá en un elemento estético. En los años 80 hombres y mujeres cuidarán su cuerpo y su apariencia. Es la era de los yuppies, de las hombreras y de las “armas de mujer”: es la época en la que las mujeres mandan y ordenan subidas a unos tacones de aguja. Todos quieren un cuerpo 10 para enfundarse en unos vaqueros Calvin Klein y lucir tan estupendos como Brooke Shields en la publicidad. Es la era de las top models: Claudia, Naomi, Cindy, Christie y Amber son las musas de Versace, un icono de la moda entendida como belleza.

Lo feo también es bonito para los 90 hasta el 2000





A finales de los 80 empieza a surgir un movimiento denominado “feísmo”, instaurado por diseñadores llegados de Japón y de la escuela de Amberes. Estos diseñadores defendían la moda como un medio de expresión y creían que las exigencias de belleza impuestas por la sociedad, sólo empobrecían la creación artística que podía llevarse a cabo a través de la moda. Rei Kawakubo, con la marca Comme des garçons, y Yohji Yamamoto, son los representantes de esta corriente alternativa en la que el negro, las prendas desestructuradas y las formas exageradas son señas de identidad.

La época de los dioses y el lujo en el XIX





Karl Lagerfeld (Chanel), Marc Jacobs (Louis Vuitton), John Galliano (Dior), Nicolas Ghesquière (Balenciaga), Stefano Pilatti (Yves Saint Laurent) y Alber Elbaz (Lanvin) son sólo algunos de los genios que ocupan el puesto de directores creativos de firmas de gran renombre. Nuestra era es la era del lujo, pero de un lujo dirigido por un grupo de jóvenes talentos (a excepción de algunas figuras como Lagerfeld, Gaultier  o McQueen), que conocen las tendencias mejor que nadie, tienen un círculo social repleto de celebrities y saben qué es lo que mueve nuestro mundo: exclusividad y precios desorbitados.



 Cristóbal Balenciaga Eizaguirre, nascido en Guetaria, Guipúzcoa en 21 de enero de 1895, e muerto en Valencia, el 23 de marzo de 1972, fue un prestigiado deseñador de moda español, hoy considarado el creador del arte de la alta costura, el cual desempeño su trabajo em París durante más de trez décadas. Contemporáneo de Coco Chanel y Christian Dior, passando a ser el modista de alta costura de la moda española mas importante de la historia.

      Cristóbal Balenciaga nació en una pequña localidade del País Vasco, en Guetaria. Fue creado en una familia humilde y muy catlica. Su padre era pescador, y su madre costureira.

      Desde pequeño, a soñava en ser modista, en sus ratos libres aprovechaba para diseñar los diseños que veia. En sus trece años, la Marquesa de Casa Torre, la cual veraneaba en el mismo pueblo que vivia el pequeño Balenciaga, se comovio ante las ansias que el joven por aprender el oficio de la moda, entonces le planteo un recto. Le entrego un trozo de tela junto a uno de sus más exclisovos vestidos, para que el lo copiara y demostrara su talento. El resultado fue tan extraordinario, que desde entonces la Marquesa se convirtió en su mecenas.

      Tras unos años de gran exito, Balenciaga conseguio abrir una tienda en San Sebastián, en 1914, y que luego se espadio en dos tiendas más en Madrid y Barcelona.

      La familia real española y la aristocracia llevaban sus diseños. Cuando estallo la Guerra Civil española, cerro dus tiendas, y se trasladó a París.
      Balenciaga acaba por abri un taller en París, en la avenida George V en agosto de 1937.

      Cristóbal Balenciaga impulso un estilo totalmente inovador. Presento la línea de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas. Aparti de los años cinquenta es cuando pasa a ser reconocido y despliega toda su creatividad.

      Diferente de muchos diseñarores de la época, que solo abocetaban sus creaciones y no las confeccionaban, Balenciaga dominava en pleno la costura y el manejo de los tejidos. Coco Chanel llegó a afirmar:
           ''El es el único de nosotros que es un verdadero costurero.''

      Sus predilecciónes era por los tejidos con peso, enriquecidos con bordados a mani, lentejuelas o pedrería.

      En sus colecciones, destacan los vestidos negros, los abrigos cuadrados sin cuello ni botones, la manga japonesa, el vestido túnica o los impermeables transparentes.

      El era capas de montar un vestido con apenas un unico paño de tela, sin costuras ni cortes, en poco tiempo. Sus habilidades mas asombrosas, era em crear volúmenes y formas; daba a las prendas un acabo perfecto, casi escultórico, encubria todas las botonaduras y las puntadas de hiolo. Era tan exigente que se acaso no le gustase como habia sido el resultado final, desarmara el vestido entero. Para sus mejores clientes el creava diseños exclusivos, sin necesidad de pruebas; Una de sus clientes afirmó que Balenciaga conocía sus medidas y que los vestidos que el hizo, exigió ningun retoque.

      Balenciaga, fue un apasionado de los grandes pintores españole, com especialidad, Velázquez y Goya, aunque sus modelos también muestran influencias cubistas, por eso, algunas vezes fue comparado como el Picasso de los estilistas. Se dice que su pespectiva de la mujer es mais japonesa que occidental, por que aun que sus modelos no resulten eróticos a los ojos occidentales, destacan mucho la nuca, un elemento muy erótico en Japón.

      La lista de sus clientas de la alta sociedad es muy larga. Además de Marlene Dietrich incluye a Greta Garbo. Hizo los vestidos de novia de S.M. la Reina Fabiola de Bélgica y de la Duquesa de Cádiz. Era una figura legendaria en el mundo de la moda y de la alta sociedad, no sólo por sus diseños sino también por su carácter reservado y su método de trabajo riguroso y discreto. Recibía a sus clientes mediante cita previa y organizaba desfiles privados. No le gustaban las multitudes ni la vida mundana. Guardó con celo su vida privada.

      Uno de sus últimos trabajos fue el uniforme de las azafatas de Air France, quizá el único de sus modelos que se produjo en masa. Se retiró tras cincuenta años en activo.

      Tras su fallecimiento, la firma Balenciaga se mantuvo activa, principalmente en la gama de perfumería y accesorios.
      Entre sus colaboradores, que luego tendrían firma propia, se cuentan André Courrèges, Emanuel Ungaro, Hubert de Givenchy y Oscar de la Renta.

       Su obra ha sido objeto de numerosas exposiciones museísticas, empezando por el Museo Metropolitano de Nueva York. Su amigo, el escultor Eduardo Chillida, le hizo una escultura-homenaje. El Museo Balenciaga, soslayado el proceso judicial sobre presuntas irregularidades en su gestión, 4 se inauguró en Guetaria el 10 de junio de 2011.5 6 El museo cuenta con unas 1.200 piezas, aunque sólo una parte se muestra simultáneamente. Las obras están expuestas sobre maniquíes invisibles.

Balenciaga, la moda y sua estilo

  Para Balenciaga la moda era ante todo arte. << Un modisto -decís- tiene que ser arquitecto para los planos, escultor para las formas, pintor para el color, músico en la armonía y filósofo para crear estilo.>>

  Balenciaga sorprendía siempre con sus golpes de efecto. Sus mejores logros pertenecen a la década de los 50. Creo algunos de los estilos más influyentes del siglo XX, capturaba la forma femenina y como utilizaba  esa forma como punto de partida, dieron como resultado, los cambios de silueta más extraños desde el nuevo look  de posguerra de Christian Dior. Mostró entonces su asombrosa camisa sin cintura marcada o vestido <>, que chocaron las personas, que  estaban acostumbradas al aspecto encorsetado de los años cincuenta.

  En época de los 50, aparecen sus legendarias túnicas, los ampuloso vestidos de noche en forma de calabaza, los trajes línea <>, los sastres libres de todo encorsetamiento.

  En los años 60 sus colores, siempre de tintes oscuros, adquirieron una nueva viveza. Sinnúmero prescindir nunca de su modelo fetiche, se lanzó a distintas gamas de tonos vivos. Acortó las faldas y se lanzó a los audaces cortes al biés, también en esta época cuando creó sus famosos impermeables de plástico y jugó con los echarpes y bufandas con materiales de gran efecto.

  Sus diseño de vestidos y abrigo más memorables, sobre todo para noche, se definen por formas sorprendentes como una tarta nupcial con pisos. Balenciaga no solo era un genio de la forma sino un maestro colorista, dispuesto a combinar un negro mate con un marrón nuez moscada  a dar vida a un azul de huevo de petirrojo con el cereza más brillante. En cuanto que a las telas, solía recurrir a tafetán más legero, y a las lanas con textura y peso de tapizado, como la faille y el mohair. Su sello proprio era las gazar, una seda ligera como una pluma pero con consistencia que hacía que incluso sus vestidos más esculturales parecieran efímeros.

  Balenciaga jugaba de forma incesante con la idea de los que constituye un traje. Con los abrigos y los vestidos solía ser suaves. Sus prendas entalladas con frecuencia , revelaban zonas erógenas poco comunes: los huesos de la muñeca que sobresalen de unas mangad que simulan brazaletes, la parte de la clavícula enmarcada em un cuello plano, curvado y separado del cuerpo.

  Después de más de tres décadas, después de este gran ciclo de oro para Balenciaga y la moda, por medio del 68, con mas de 70 años, Balenciaga dijo adiós al mundo de  la moda, confeso a su gran amiga la Marquesa de Llanzol: << Siento no ser más joven por que hubiera creado un << prêt à porter>> divertido, pero de buen gusto, como exige-la época en que vivimos, pero para mi es demasiado tarde. Al cabo de pocos días apareció en el <>: << Balenciaga se retira y la moda ya no será nunca más la misma>>. Se había cerrado así el siglo de oro de la moda.



Como podemos ver, sus vestidos de noche son muy elegantes y llenos de su propria carisma.


Este es el traje túnica muy famoso en las creaciones de Balenciaga. 



Cada ropa con su elegante estilo, e las famosas mangas japonesas, las cuales Balenciaga era tan aficionado. 


En el museo de Balenciaga en el País Vasco se puede ver sus mas famosos modelos.



El volumen en sus vestidos se nota de lejos, esto son los famosos trajes con efecto de calabaza, los cuales llegaba a construir con sus propias manos.









Sus trajes con era totalmente acabados a mano. 




Como podemos ver sus colores preferidos para los trajes de noche era el color negro. A cada traje podemos ver su elegante estilo.







Esta es la foto de sus trajes expuestos en el museo de Nova York.





Sus trajes tenia el toque simplemente muy femenino y elegantes. Como también podemos ver, el destacaba muy la figura del cuerpo femenino, el capturaba toda la forma del cuerpo femenino y lo transformaba en precisos trajes.

Estos son los especiales vestidos de novias de Balenciaga, los que se pueden ver en el museo Balenciaga. La sala es totalmente dedicada a los vestidos de Novia. 
   Vestido de novia en gazar de color marfil. Este vestido de novia fue realizado en España. Balenciaga diseño este modelo el gazar, por sus cualidades escultóricas. Es un vestido simple pero elegante. La simplicidad en su versión más esencial. Es un vestido confeccionado en el año 1968 y ha sido donado a la fundación por Maite Kutz.
 Para su época era original, elegante y finamente llamativo. Es un vestido en shantung de color marfil con bordado erudito en hilo metálico dorado, entorchado sobre alma de seda y aplicación de lentejuelas de color nacarado dibujando motivos florales. Es un vestido de 1957 y es el que lució Doña Sonsoles Díez de Rivera y de Icaza. Sencillamente, espectacular.
  es un vestido de 1945, de satén en color Marfil. Fue el traje de novia de doña Rosario de Aranguren y Palacio, condesa de Monterrón. Es un vestido con marcada influencia historicista inspirada fundamentalmente en la moda del siglo XIX. El satén fue uno de los tejidos preferidos para ocasiones especiales a mediados de la década de los cuarenta.

 Este que lució Fabiola de Mora y Aragón, para su boda con el rey Balduino de Bélgica, fue realizado en los talleres de Madrid. La boda fue el 15 de diciembre de 1960, en Bruselas. Sobrio pero elegante, es un vestido que tranquilamente podríamos lucir hoy en día. Es impresionante ver la capa, digna de una Reina.
  Dicen que este no es el primero vestido que Balenciaga creo para la Reina Fabiola, pero los bocetos del primer diseño fueron totalmente filtrados a la prensa, pero el maestro creo este otro modelo con absolutismo secreto.




En 1968 el director de transporte de Air France escribió al gran modisto Cristóbal Balenciaga, invitándole a aceptar el encargo de diseñar los nuevos uniformes para las azafatas de la línea aérea. El resultado fueron los diseños más longevos de Balenciaga en lo tocante en la producción, ya que fueron usados y reproducidos desde principios de 1969 hasta 1978. 

Estos son los bocetos de los uniformes.




Los vestidos de AIR FRANCE fueron un reto para Balenciaga ya que el no estaba acostumbrado a crear un modelo para ser producido en masa.


Los uniformes cuenta con toda la fina elegancia e creación del Maestro, los rasgos son totalmente Balenciaga.
El uniforme de AIR FRANCE fue el ultimo trabajo mas famoso de Balenciaga antes de su retirada.


Con el nombre de Balenciaga, la firma fue consagrada. Los modelos sufren mucha influencia del nombrado diseñador, pero claro que no con toda la carisma del mismo. 








Los modelos aun llevan consigo aquella búsqueda por el volumen en su estilo.


En las creaciones se han añadido también, los bolsos de la firma Balenciaga, los cuales son muy famosos entre los astros de Hollywood , los zapatos y un perfumen con el nombre de Balenciaga,



Aquí vemos los bolsos junto a dos famosas.

Por ultimo los zapatos. 


Las creaciones son obra de Ghesquière, el actual  creador de la firma.
Manuel Pertegas


 Modisto español. La fecha exacta del nacimiento de Manuel Pertegaz Ibáñez es totalmente desconocida. Sólo se sabe que nació en la ignota villa turolense de Olba, cerca de Oliete. Unos sitúan el año de su nacimiento en 1917, y otros, en 1918. Hijo de una familia de campesinos humildes.

Con sus diez años, con su familia, se mudo a Barcelona, en busca de mejoras de vida. En la Ciudad Condal, el pequeño Pertegaz entró a trabajar como chico de los recados en una tienda de la calle del Carmen, pero sólo dos años después entró como aprendiz en el taller de sastrería Angulo, donde se abrió una sección de mujer.

Un día, había que terminar el abrigo de una clienta, pero no restaba ningún empleado aparte de Pertegaz, que en aquel tiempo no pasaba de un joven aprendiz dedicado a los trajes masculinos, pero ni corto ni perezoso, le dijo al dueño: «Yo lo hago». Y cortó y cosió con acierto un trozo de tela negra para hacer el abrigo, que gustó a la interesada. Fue cuando descubrió que lo que le atraía era el mundo de la moda femenina y, aún adolescente, empezó a practicar en solitario para las mujeres y amigas de su familia.
  En el año 1942, fundó su propia compañía en donde realizó trabajos de alta costura para las mujeres más finas de toda España. Sus palabras eran muy simples "Elegancia y Originalidad", que fueron las que lo acompañaron en toda su carrera como modisto, hasta la actualidad.
  Luego del éxito en Barcelona, abrió un nuevo local en Madrid, en donde atrajo a otra gran cantidad de interesadas en su trabajo. Gracias al éxito obtenido, emprendió un viaje a Estados Unidos, en donde comenzó a vender sus trajes en las mejores tiendas de Nueva York, Filadelfia, Atlanta y Boston. Fue en ese mismo lugar, en donde en el 1954 obtuvo "Oscar de la Costura" por la Universidad de Harvard.
 A partir de esa época, comenzó a exportar sus trabajos por todo el mundo, lo que hizo que su nombre se colocase entre los más prestigiosos diseñadores, como Dior, Chanel y Balenciaga


Vida de premios y de conquistas 

En 1958, fue condecorado con la "Medalla de Oro" en una exposición de El Cairo, y 10 años más tarde, la de la Ciudad de Nueva Orleans.
En lo que respecta a su forma de trabajo, Manuel aseguró: "Siempre he pensado que lo que hay que hacer es elaborar el modelo para el cuerpo y no que el cuerpo se adapte al modelo. La elegancia es algo que emana de la persona, pero quien se atavía con uno de mis vestidos, tiene mucho ganado".
En el año 1965, salió a la venta su primer perfume, al cual lo llamó "Diagonal", siendo el primero creado por un español con proyección internacional. Luego de unos años, se comenzaron a comercializar otros dos perfumes de su firma, llamados "Muy Pertegaz" y "Pertegaz Sport".
El modisto español llegó a contar con 700 empleados expertos en diseño y confección, lo que lo llevó a batir varios récords. Alrededor de los años 70´s, fue nombrado "Comendador oficial de la Real Orden de Isabel la Católica".
Su impecable trayectoria le valió decenas de premios, como la "Medalla de Oro de Munich", "Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid ", "Medalla del Fomento de las Artes Decorativas", "Cruz de Caballero de San Jorge", "Medalla de Oro al Mérito Artístico", "Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes" y "Premio Galena", entre otros.
Pero uno de los homenajes más importantes por la carrera del diseñador fue, sin dudas, la retrospectiva de sus creaciones en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, como retribución por haber sido uno de los modistos más cotizados de la alta costura por varias décadas.
En el año 2004, debió diseñar el traje de novia de Letizia Ortiz para su casamiento con el príncipe de Asturias. En esa ocasión, el modisto declaró: "A cualquier diseñador le hubiese ilusionado hacer el traje, porque Letizia es encantadora y tiene un bonito cuerpo".
En la actualidad, se encuentra trabajando en su taller como lo hizo los últimos 70 años de su vida, asegurando: "A menudo me cabreo porque exijo mucho, mucho; estamos muy pocos ahora, se me han ido jubilando y ya no hay gente que trabaje como yo quiero. Así que yo dibujo, hago el patrón, trato a la clienta, sólo me falta coser la prenda, claro".



Manuel Pertegaz y el mundo de la moda



Su éxito en Barcelona le impulsó a abrir casa en Madrid en 1948, en la calle Hermosilla esquina con Velázquez. En 1954 realizó su primer viaje a Estados Unidos, donde sus trajes empezaron a venderse en las mejores tiendas de Nueva York, Boston, Atlanta y Filadelfia. Aquel mismo año recibió el «Oscar de la Costura» de la Universidad de Harvard.



En 1957 Pertegaz, tras haber trasladado su establecimiento madrileño al paseo de la Castellana, se encontró en una encrucijada. Sus trajes se exportaban ya a Gran Bretaña, Suiza y Canadá. Presentó además sus colecciones en El Cairo, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Copenhague. Estaba en racha y se codeaba con los grandes de la época: Dior, Chanel y Balenciaga.



De pronto murió Christian Dior, y Pertegaz fue propuesto para hacerse cargo de la firma parisiense. Dudó apenas unos instantes. Rechazó la oferta y aseguró que quería permanecer fiel a la alta costura española. Acertó, porque las damas de la alta burguesía catalana y las de la aristocracia afincada en Madrid dejaron de encargar sus trajes en París para confiar en el talento de Pertegaz, que con los años tendría unas dos mil clientas fijas, para quienes, además del vestido, diseñaba los complementos adecuados: zapatos, pamelas, sombreros de día y de noche, tocados, bisutería...

Los grandes años de Pertegaz

La década de los sesenta, tras recibir en 1958 la Medalla de Oro en una exposición en El Cairo, fue la de su gran eclosión: en 1960 asistió con sonado éxito, junto a Valentino y Pierre Cardin, a la primera Gala de la Moda Europea celebrada en México y, en 1964, a la Feria Universal de Nueva York, donde los críticos destacaron sus creaciones por su originalidad y por una línea que no copiaba a los otros modistos afamados de la época.

No en vano, Pertegaz ha sido un precursor y un creador al que nunca le interesó seguir la corriente. Procuró siempre rebelarse y no caer en lo que él llama el «uniforme de la moda»: «Siempre he pensado que lo que hay que hacer es elaborar el modelo para el cuerpo y no que el cuerpo se adapte al modelo. La elegancia es algo que emana de la persona, pero quien se atavía con uno de mis vestidos, tiene mucho ganado».

En 1965 apareció el primero de sus tres perfumes, Diagonal, el primero también firmado por un modisto español de proyección internacional. En esos años inauguró cinco boutiques en España, y tras recibir en 1968 la Medalla de Oro de la Ciudad de Nueva Orleans, al año siguiente trasladó de nuevo sus talleres de Madrid, esta vez a un palacete en el Viso, porque los anteriores se habían quedado pequeños, pues entre Barcelona y Madrid contaba ya con 700 expertos empleados. Como colofón al fin de la década presentó sus creaciones en solitario en Nueva York, y en España fue nombrado Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica.

En 1970 se impuso el prêt-à-porter, al que Pertegaz se adaptó fácilmente, sin desdeñar la alta costura. Presentó entonces su primera colección de boutique, que presentó en la Gala de España, con Joan Crawford como invitada de honor. Aquel año fue nombrado «Importante» de la Ciudad de Barcelona. En 1972 participó en la Semana de la Moda de Munich y en la Interchic de Berlín, donde se le concedió la Medalla de Oro de la ciudad.

Para entonces, la imagen de este hombre diminuto, nervioso y afable ya era conocida por doquier, y sus modelos eran inconfundibles. No paraba de recibir premios: Cruz de Caballero de San Jorge (1973) o Premio Galena (1974), que recibió de nuevo en 1975, año en que creó el perfume Muy Pertegaz, pero que quedó marcado por el cierre de sus talleres en Madrid, al tiempo que los talleres de prêt-à-porter y de accesorios continuaban en Barcelona.

En 1980 fue invitado por el gobierno japonés a la Cámara de la Moda y por el mexicano con motivo de la inauguración de un nuevo Palacio de Hierro. Incansable, este artista, que ha permanecido soltero, trabajaba sin descanso. En 1982 presentó su tercer perfume, Pertegaz Sport.

Durante esa década, aunque seguía vistiendo a las más importantes damas y actrices de la época, pareció remitir en sus apariciones públicas, pero en 1992 fue el encargado de vestir a la top model Pat Cleveland como «Dama del Paraguas», con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, cuyos organizadores le concedieron la Peseta de Oro en agradecimiento a su colaboración. De nuevo empezó a ser distinguido con prestigiosos galardones: Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid (1973) y Medalla del Fomento de las Artes Decorativas (1974).

Una retrospectiva y un encargo especial

En 1997, inesperadamente, debutó en la moda masculina con una primera colección que causó impacto. En 1998 cerró el desfile de moda que se presentó en la Expo de Lisboa y el Ayuntamiento de Barcelona le concedió la Medalla de Oro al Mérito Artístico. Al año siguiente los reyes Juan Carlos y Sofía le entregaron la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, en Santiago de Compostela. Es uno de los galardones que más aprecia, por su amistad con la reina.

A principios de febrero, antes de diseñar el traje de doña Letizia, Pertegaz recibió el mayor homenaje que se le puede otorgar a un modisto, algo que no consiguieron, a pesar de sus demandas, Balenciaga o Rabanne: una retrospectiva de sus creaciones en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), como reivindicación de la importancia de uno de los modistos más cotizados de la alta costura internacional en las décadas de los sesenta y setenta. Dedicar más de setenta años al desarrollo de un oficio es un talento que no está al alcance de todos, sobre todo en un mundo tan efímero como el de la moda.

En 2004 remataba su dilatada carrera al recibir el encargo de diseñar y confeccionar el traje de novia de doña Letizia Ortiz, prometida del príncipe de Asturias y futura reina de España. Pertegaz, a pesar de su avanzada edad, tuvo el presentimiento de que sería elegido para confeccionar el traje de novia de la futura reina de España, un broche de oro indiscutible para una carrera tan dilatada, pero también un reto, porque el traje de doña Letizia se convirtió en una cuestión de Estado.

Pero este tenaz diseñador, que ha vestido a mujeres como la reina Sofía cuando era princesa, la duquesa de Badajoz, Bibis Salisachs de Samaranch -a quien consideraba su musa-, Silvia Coca, Aline Griffith de Romanones, Carmen Polo, Carmen Franco, Ava Gardner, Audrey Hepburn, Jackie Kennedy y un larguísimo etcétera, no se asustó por tamaño encargo: «A cualquier diseñador le hubiese ilusionado hacer el traje, porque Letizia es encantadora y tiene un bonito cuerpo». Por ello, seguro de sí mismo, afirmó: «Este traje pasará a la posteridad». Y así ha sido.



Los resultados del vestido fue grande. El vestido de dueña Letizia, la princesa de Asturias, quedo realmente espectacular, lleno de la creatividad y el encanto de Pertegaz. El traje es sencillo y con gran elegancias. 


Modista de vocación 

Manuel Pertegaz nació en Olba, Teruel, en 1918. A la edad de 10 años, se trasladó junto a su familia a Barcelona, ciudad a la que se siente muy apegado. A la temprana edad de 12 años fue cuando Pertegaz puso la primera puntada a su carrera.

Tras descubrir en la Ciudad Condal su fascinación por la ropa de mujer, el modista empezó a trabajar como aprendiz en un taller de sastrería. Fue aquí donde aprendió la técnica y el oficio que más tarde le han acreditado como uno de los grandes de la alta costura.

Trabajando sobre la mesa del comedor de su pequeña casa, la primera prenda que confeccionó fue un abrigo negro para su hermana. En una época en la que las mujeres de la alta burquesía catalana solo se vestían de Balenciaga, las piezas de Pertegaz empezaron a disputarse el puesto de las más elegantes.

1942 fue el año de su independencia. Pertegaz abrió su primera casa de alta costura, con su nombre, en la Diagonal de Barcelona. En aquel mismo año presentó su primera colección, caracterizada por una palabra que le define, 'elegancia'. Algunos años después, en 1948, el éxito obtenido en Barcelona animó al creador a inaugurar sus primeros salones en Madrid.

Pertegaz, entre los grandes

Fue en su primer viaje a París cuando Pertegaz entró en contacto con el mundo de dos de los gigantes de la moda, Christian Dior y Balenciaga. Años después sería en Madrid donde el modisto tuvo la oportunidad de conocer personalmente al máximo exponente femenino de la moda parisina durante décadas, Coco Chanel.

Durante los años 60 fue el modista preferido por la alta sociedad española. Entre sus clientas se encontraban Carmen Polo de Franco, Carmen Martínez Bordiu, la Marquesa de Samaranch o Bibis Salisachs. Al otro lado del charco, Pertegaz vistió a grandes mitos de Hollywood como Ava Gardner, Jacqueline Kennedy o Audrey Hepburn.

El 6 de febrero de 2004, la Casa del Rey anunció la elección de Pertegaz como modisto encargado de confeccionar el traje de novia de doña Letizia Ortiz, prometida del Principe de Asturias.

Recompensa a toda una carrera 'olímpica'

Además de ser el primer español en conquistar la Quinta Avenida de Nueva York, uno de los templos de la moda, Pertegaz cuenta con una larga lista de premios y honores. En 1993 recibió la Medalla de Oro de la Universidad Complutense, la Medalla de Oro al Mérito Artístico en 1998, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, las Medallas de Oro de las ciudades de Berlín, El Cairo y México o la Llave de Oro de Boston y Nueva Orleans.

A principios de febrero de 2004, Pertegaz recibió el mayor homenaje que puede recibir un diseñador. El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedicó una exposición en la que se pasa revista a la vida y obra del diseñador.

Estilo proprio

Fue el primer español que llevó sus vestidos hasta la lujosa y elitista Quinta Avenida de Nueva York. A finales de los años 60 intuyó que la moda iba a sufrir un cambio, de ahí su fama de precursor. Algo le ayudó ver el musical Hair:
Vi este musical y comprendí que algo diferente estaba a punto de comenzar. Nacía la moda joven, el prêt-à-porter, la moda de la calle.
También el cine le influyó notablemente; por ejemplo, percibió que la película Bonnie and Clyde crearía una moda peculiar.
Quizá más que otras artes, aunque en pintura siempre me han interesado las vanguardias. En aquella época tenía mis mitos de la gran pantalla: Greta Garbo, Joan Crawford, Katharine Hepburn, eran mujeres que me encantaban; su manera de moverse, su personalidad, su forma de actuar de una elegancia muy seductora. A Joan Crawford la conocí en una gala en San Antonio de Texas.
Durante la época de su mayor apogeo, vistió a la esposa de Francisco Franco, Carmen Polo, a su hija, la marquesa de Villaverde, y entre otras, a las actrices Paulette Goddard y Ava Gardner; algunas clientas fueron también sus amigas, como Audrey Hepburn, Jacqueline Kennedy, Marisa Berenson, María Teresa Bertrand, Aline de Romanones, la reina Sofía, o Bibis Salisachs.

Orden, elegancia y estática de Pertegas

Es bien sabido que Teruel, lejana y sola, es tierra de iconoclastas: ahí están Miguel de Molinos de Muniesa; Francisco Loscos, botánico de Samper de Calanda y farmacéutico de Castelserás; Luis Buñuel de Calanda, por no recordar a Miguel Juan Pellicer, célebre por la resurrección de su pierna, muerta y enterrada, y luego abandonado por todos; Segundo de Chomón de Teruel. Y entre ellos también podría figurar Manuel Pertegaz, creador de moda, natural de Olba. Allí nació en 1919; dicen que jamás se ha olvidado de esa localidad que ya lo ha nombrado Hijo Predilecto.      

Si la infancia es ese tiempo mágico, casi siempre paradisiaco, al que retornamos desde cualquier punto del universo, es lógico que el menudo y tímido Pertegaz tuviese en su memoria la villa turolense. Residió en Olba hasta los diez años, en que se marchó a Barcelona. A los doce ya trabajaba en una sastrería y pronto haría su primer diseño, que estrenó una amiga en una fiesta principal. Su carrera, al menos contemplada ahora, fue vertiginosa: en 1942 inauguró su primera casa de moda en Barcelona. Su ídolo entonces era Balenciaga y su esplendor inicial, porque no ha cesado hasta ahora mismo su prestigio, coincidió con el de Pedro Rodríguez. A Pertegaz le gusta decir, medio en broma, medio en serio, que mientras Rodríguez inventó la mujer pantera, él creó la mujer cisne. ¿En qué consistía exactamente? Uno de los logros más importantes de Pertegaz ha sido el de aristocratizar la confección, conferirle glamour, buscar la belleza visual, la suavidad de las formas como si de una foto de Cecil Beaton se tratase. Y con la mujer cisne lo consiguió: mujeres de cuello esbelto, cintura y tobillos finos, de escaso busto y trasero hermoso pero no exuberante --Pertegaz le confesó a la periodista Ima Sanchís que les rogaba a sus propios modelos: "No saquéis pecho ni pompis"--, que acababan tranformándose en cisnes.

Una de sus criaturas preferidas debió ser Audrey Hepburn, cisne, garza, ninfa o encarnación de todas las aves ideales, el arcángel femenino del cine y del siglo de asombroso esqueleto y miembros airosos, candorosa y refinada, a la que casi todo le sentaba bien. Reveló Pertegaz una anécdota curiosa de la intérprete de Sabrina, Dos en la carretera y Desayuno en Tiffany's: era profundamente coqueta e insegura, una vez que se había puesto el traje, de inmediato se miraba al espejo para alisar el flequillo.      

El éxito de Pertegaz fue apabullante, tanto en España, donde contaba con dos talleres, en Madrid y Barcelona, con más de 700 empleados, como en el extranjero. Tras fundar en 1948 unos desfiles de moda en Madrid, salió a Estados Unidos en 1954, donde recibió el Óscar de la Moda en Harvard. Realizaba hasta cuatro colecciones al año y exportaba sus tejidos y diseños a medio mundo: Inglaterra, Suiza o toda América del norte. En el fondo, intuía el carácter fugaz de la moda y seguramente suscribiría estas palabras de Coco Chanel: "Un vestido no es ni una tragedia ni un cuadro; es una encantadora y efímera creación, no una obra de arte eterna. La vida tiene que morir, y deprisa, para que el comercio pueda vivir".        

Su casa era de las más visitadas, por actrices, aristócratas y mujeres del espectáculo. Y entre ellas Ava Gardner, a quien vistió en los últimos tiempos. Pertegaz ha dicho que carecía de complejos, que era la mujer soñada por cualquier modisto. Y esta visión también coincide con la que tenía el dramaturgo y cineasta Edgar Neville. Ava Gardner, a mediados de los 50 en España, era capaz de beber todo el whisky posible e imposible, y al final, inesperadamente, solicitaba una botella de Anís del mono. Eso sí, como cuando fuese a la habitación de su hotel no estuviese el bar lleno, montaba en cólera. Sin embargo, si recibía una llamada para una película, tres o cuatro semanas antes se marchaba a Estados Unidos y comenzaba a someterse a una dieta estricta y practicaba tenis y natación hasta que recuperaba el peso y su esplendente beldad. Edgar Neville le confesaba al oscense Pepín Bello: "Era increíble. Poseía una máquina perfecta".

       Manuel Pertegaz también sucumbió ante la clase y la sencillez de Jacqueline Kennedy. Al parecer en Francia, en el humilde establecimiento Chez Ninot, dos jóvenes diseñadoras copiaban sus modelos con la autorización del aragonés, hasta que por fin Jacqueline prefirió al sastre original, que le seguía haciendo prendas simples que a ella le sentaban impecablemente. Una de las frases más polémicas, o más famosas, de Pertegaz fue: "Para ser elegante hay que ser rico". Le costó disgustos y críticas, pero insiste en ello, sin rechazar la apostura natural de sus modelos: "Lo bueno suele costar". La sentencia no está demasiado lejos de las ideas de Coco Chanel acerca del dinero y la moda. En El aire de Chanel, le confesaba al poeta y narrador Paul Morand: "Quiero decir esto a las mujeres: no os caséis nunca con un hombre tacaño". La declaración es del invierno de 1941 en Saint--Moritz y muy distinta la época a la de ahora. Por cierto que Coco Chanel no le causó buena impresión a Pertegaz: iba embadurnada de colorete hasta las orejas y se teñía el pelo de negro azabache. Tampoco le deslumbró el vanidoso Christian Dior, aunque tal vez coincida con él en que ambos son los forjadores de un lujo discreto y apostaron por la revitalización sutil de la feminidad.      

  Pertegaz se ha confesado tímido, indeciso con las mujeres, volcado en el taller, y amante del orden y la estética. Vive rodeado de dos pastores alemanes y cree que su oficio está emparentado con el alma de la poesía, que es --como la moda: el tejido, su textura, el color y sus melodías, la línea o corte-- uno de los alimentos esenciales del gusto y la sensibilidad. Cuando se casó Letizia Ortiz pensó en él para que le diseñase su vestido de boda: Manuel Pertegaz ahí sigue, vivo, soñando la belleza, buscando nuevos cuerpos que le evoquen la perfección del cisne.

Reaciones después del Primer Premio Nacional de Diseño de Moda a Pertegas

El modisto Manuel Pertegaz, I Premio Nacional de Diseño de Moda, cree que el galardón otorgado este viernes es una recompensa a "tantos años sin dejar la moda". Pertegaz, de 91 años, ha reconocido estar "un poco aturdido" por haber ganado la primera edición de este premio y por la reacción que ha suscitado en los medios de comunicación, deseosos todos de felicitarlo. La ministra de Cultura, Angeles González-Sinde, comunicó la noticia al prestigioso diseñador, que ha confesado que "ignoraba" que el galardón tuviera dotación económica (30.000 euros).

Su secretario personal, Angel Tribaldos, ha asegurado que el diseñador está "muy contento y muy agradecido", y ha comentado que el premio a Pertegaz supone un merecido reconocimiento al trabajo de toda una vida. "Es el señor de la moda", ha señalado Tribaldos, para quien los diseños de Pertegaz son "intemporales, no pasan de moda". El diseñador sigue activo, creando "muchas líneas de complementos para hombre y mujer" como relojes, joyas o toallas.

Según el jurado, Pertegaz ha sido distinguido con el galardón "por ser el decano en activo de los diseñadores de moda y eslabón obligado entre nuestro tiempo y la tradición Balenciaga". "En su figura se da la pasión por la artesanía que implica la Alta Costura y, al mismo tiempo, el desarrollo industrial de este estilo"

Manuel Pertegaz (Olba, Teruel, 1917) abrió con tan sólo 25 años su primera casa de modas de alta costura en Barcelona. En 1948 abrió su primera tienda en Madrid y viajó a París. Empezó a ser conocido internacioalmente cuando se fue a Estados Unidos en 1954. Sus trajes empezaron a venderse en las mejores tiendas de América y se exportaron a numerosos países. En 1964 diseñó Diagonal, el primer perfume con proyección mundial firmado por un modista español. En 1970 realizó su primera colección de Prêt à Porter y en 1997 creó su primera colección para hombre.

Está en posesión de prestigiosas condecoaciones españolas en internacionales. En 2004, año en que confeccionó el traje de novia de la Princesa de Asturias, se presentó una exposición retrospectiva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Actualmente continua trabajando y siendo uno de los más famosos creadores de moda femenina española reconocido internacionalmente.

Presidido por la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Angeles Albert de León, ha estado formado por Agatha Ruiz de la Prada, designada por el Instituto Superior de Empresa y Moda (ISEM); Javier Febré, por la Federación Española de Empresas de Confección (FEDECON); Montserrat Iglesias, por la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) y Pedro Mansilla y Natalia Bengoechea, periodistas especializados en moda. Ha actuado como secretaria Elena Hernando, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes. Por ser 2009 el primer año en que se convoca este Premio, y dado que no existe un premiado en convocatoria anterior, el Jurado está compuesto de manera excepcional únicamente por seis miembros.

Pertegaz en su estudio de Barcelona en 2002

La elección de Manuel Pertegaz en esta primera convocatoria es el reconocimiento a una trayectoria de seis décadas. "Es el decano en activo de los diseñadores de moda y eslabón obligado entre nuestro tiempo y la tradición Balenciaga", según la nota ministerial. "Estoy azorado, aturdido y muy emocionado", explicaba Pertegaz desde su casa de campo en Cataluña, donde recibió la noticia. "No sabía que existía este premio, pero es una buena noticia para la moda. Y la moda es muy necesaria porque anima el ánimo del que la contempla y del que la concibe".

El vestido de novia de la Princesa de Asturias y una exposición en el Museo Reina Sofia lo sacaron del olvido en 2004, pero Pertegaz no ha dejado de trabajar desde que empezara como aprendiz, en Barcelona en los años cuarenta. Su taller acumula pedidos -sobre todo, trajes a medida para bodas- hasta julio. "Tiene una vitalidad desbordante", asegura Jesús María Montes-Fernández, periodista que le entrevistó en televisión hace tres semanas y amigo suyo desde hace 15 años.

La diferencia entre su carrera y la de otros grandes nombres españoles de la historia de la moda internacional está en su negativa a abandonar España. Así como Balenciaga o Paco Rabanne emigraron, Pertegaz rechazó las ofertas del exterior. "Pudo ser el sucesor de Christian Dior cuando murió en 1957", explica Montes-Fernández. "Pero dijo que le había costado 10 años montar sus casas de costura en Madrid y Barcelona y que no iba a dejar a 100 personas en la calle".

A pesar de operar desde una España muy distinta a sus exquisitas y modernas creaciones, Pertegaz gozó de gran reconocimiento internacional en los cincuenta y sesenta. Sobre todo, en Estados Unidos, donde recibía por igual los favores de Harvard y de Hollywood. De la universidad se llevó un premio en 1954 y del cine, a Ava Gadner. La actriz le cocinaba y él la vestía. Un hito para un hijo de labradores que, desde niño, destacó por su carácter y sus sofisticados gustos.

La suma de sus terquedades -trabajar desde su país y el perfeccionismo- explica que abandonara el prêt-à-porter. Un tren al que trató de sumarse en 1970 y del que se bajó hace dos décadas. Se refugió en su taller barcelonés. "Continúa haciendo alta costura porque le apasiona. No tiene afán de notoriedad", explica Juan María Roger, presidente de la compañía que gestiona las licencias con su nombre. "Por desgracia, cada día encuentra menos profesionales que asuman sus exigencias de perfeccionismo".

Premiado en 2009 con el Premio Nacional de Diseño de moda
A sus 92 años, el diseñador Manuel Pertegaz ha sido galardonado con el Premio Nacional de Diseño de Moda 2009 en reconocimiento su trayectoria, por ser el decano en activo de los diseñadores de moda y eslabón obligado entre nuestro tiempo y la tradición Balenciaga. El premio lo concede el Ministerio de Cultura por primera vez este año y está dotado con 30.000 euros

Sin duda, un galardón muy merecido por su fantástica trayectoria y especialmente concedido por la artesanía que implica la Alta Costura, tan presente en sus creaciones.

Manuel Pertegaz, cuyo que con tan sólo 25 años su primera casa de modas de alta costura en Barcelona. En 1948 abrió su primera tienda en Madrid y viajó a París, donde empezó a ser conocido internacionalmente y entró en contacto con el mundo de Dior y Balenciaga. Cuando se fue a Estados Unidos en 1954, sus trajes empezaron a venderse en las mejores tiendas de América y se exportaron a numerosos países.

Él también fue el primer diseñador español en crear un perfume, lo hizo con Diagonal. Pero su máximo auge y por lo que realmente es reconocido es por su maravillosos estilo en Prêt à Porter, cuya primera colección la creó en 1970. Incluso, hace pocos años se animó a crear su primera colección de joyas.

Su trabajo más importante lo tuvo que hacer en 2004, año en que confeccionó el traje de novia de la Princesa de Asturias, un vestido de corte continuado desde los hombros al suelo, con la parte superior ceñida al cuerpo que se deslizaba suavemente a partir del talle, con una cola de 4,5 metros que salía desde la cadera. El escote del traje en pico, con cuello “corola” bordado en hilo de plata y oro, que también adornaba la espalda y las manoplas de las mangas por ambas caras y el delantero en forma piramidal, así como el bajo de la falda. Además, lució un manto nupcial de tul de seda natural de tres metros de largo y con bordados que mezclaban la flor de lis y la espiga. Un acierto de diseño, en mi humilde opinión.

Sus diseños clásicos son elegantes y glamurosos, aptos para cualquier acontecimiento importante. Sabe hacer a la mujer muy femenina en los cortes de los trajes y vestidos. Y especialmente destaca por sus creaciones de noche, todo un lujo hecho realidad.

Hace unos años el Museo Reina Sofía inauguró una exposición que rindió homenaje al diseñador catalán. Allí pudimos ver 75 trajes que mostraron las creaciones del modista español entre los años 50 y la mitad de la década de los setenta. Allí se pudieron ver maravillosas creaciones como este espléndido vestido de flecos de colores que es de total actualidad. ¡Me encanta!

Entrevista de Manuel Pertegaz al diario el País
Manuel Pertegaz recibe en Madrid la Aguja de Oro honorífica, el más prestigioso galardón de la moda española, al mismo tiempo que el italiano Valentino Garalbani. Dos trayectorias exitosas, dos carreras largas llenas de vida y creación. Pertegaz, desde su inveterada timidez, lúcido y con su humor afilado, experimenta un auténtico renacimiento.

Pregunta. ¿Se arrepiente de no haberse ido a París a sustituir a Christian Dior?

Respuesta. En lo absoluto. Había motivos profesionales para quedarme, y luego me calmaron esos motivos. Habría para una novela (me siento, soy, autodidacta a la fuerza); en esos días de la oferta para Dior, no dormí y rememoré mis comienzos, cuando me ataban el dedo en la sastrería, el dedal... Valoré lo que tenía y dije "no". La verdad es que luego yo quise abrir casa en París. Hubo hasta cinco conatos, pero no cuajó.

P. Su destino con el prêt-à-porter también ha sido accidentado.

R. No podíamos despreciar lo que ofrecía y era interesante para los que estábamos en la costura, pues se mejoraban y se alimentaban mutuamente ambas cosas: alta costura y prêt-à-porter. Entonces, Coco Chanel no quiso por su orgullo personal, ni Balenciaga tampoco. El resto, sí. El tiempo en este oficio no cuenta, lo importante es la generosidad del resultado. Yo, la verdad, no llegué a encontrar la fábrica que pedían mis exigencias.

P. ¿En su caso no puede hablarse de discípulos, de continuadores?

R. Sí que los he tenido, y muy buenos. He enseñado a muchos, como Antonio Mesa; yo creía en él como continuador, pero tuvo una operación de sinusitis y perdió la vista. Pero la realidad es que en moda no hay sucesores: es el nombre el que, acaso, pervive.

P. Usted ha dicho varias veces que la moda no tiene piedad.

R. Conmigo, sí. Lo decía en otro contexto. La moda es oscilante por naturaleza y yo he conjurado siempre mi timidez con lo que hago: esta profesión que absorbe, que exige sacrificio y dedicación total. La moda no es lo frívolo, no son lacitos ni todo vale. Sigo diciendo "no a la extravagancia".

P. Para las nuevas generaciones, su bisutería en la exposición del Reina Sofía ha sido todo un descubrimiento por su modernidad.

R. Fue el colofón de los complementos y lo que redondeaba los vestidos.


Los modelos de Pertegaz tiene una simples gracia e elegancia, como buen modisto, en el se destaca los rasgos de su pura elegancia y carisma.



En el notamos también el predominio de una búsqueda de rangos de mujeres españolas. Algunos de los vestidos tiene rasgos muy característicos de los vestidos de flamencos.


Uno de los vestidos que Pertegaz hizo para una de las series de Antena 3.





Bocetos de Pertegaz.











Pertegas tiene simplemente un gran estilo, e sus mas bellos tiene los proprios rasgo de creación.

Comentarios

  1. Sr, Juan Pardo podria ilustrar un poco al sr. Alejandro, dice cosas muy diferentes que ustez y los periodocos europeos. Gracias

    ResponderEliminar








  2. Ilustrame tu, talibana

    ResponderEliminar
  3. GRACIAS POR ESCRIBIR ,BUEN DÍA, JUAN.

    ResponderEliminar
  4. Nos quejabamos de Zp este lo va a hacer bueno.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario