Las agencias espaciales disponen de sistemas para detectar, rastrear y prever las futuras órbitas de asteroides potencialmente peligrosos.
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La NASA cuenta con una red de telescopios que se utilizan para rastrear asteroides cercanos a la Tierra, como el 2024 YR4, avistado recientemente. Hasta agosto de 2024, la nave espacial WISE fue uno de estos observatorios. Una vez finalizada su misión original, el telescopio fue reutilizado para el seguimiento de asteroides y cometas. En los próximos años, la agencia espacial espera lanzar un telescopio espacial infrarrojo dedicado a la detección de asteroides.
Este artículo se publicó originalmente el 6 de febrero de 2025 y ha sido actualizado el 25 de febrero de 2025.
Los asteroides sobrevuelan la Tierra con regularidad y, por suerte, la mayoría de ellos no son motivo de preocupación. Pero hay veces en las que una roca espacial puede ser considerada una amenaza potencial debido a la existencia de una pequeña posibilidad de que colisione con nuestro planeta. Recientemente se ha descubierto un asteroide cercano a la Tierra, bautizado como 2024 YR4, y es uno de estos posibles objetos peligrosos. Se trata de una roca de 40 a 90 metros de largo que podría impactar en algún lugar de la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
Para que quede claro, no hay ninguna necesidad de empezar a invertir en un búnker blindado. Merece la pena vigilar este asteroide porque podría devastar una ciudad con un impacto directo, incluso en el lado pequeño de su tamaño estimado. En un momento dado, la roca tenía una probabilidad del 3,1% de encontrarse violentamente con la Tierra, la más alta jamás registrada. Desde entonces, las probabilidades han caído hasta el 1,5% y es muy posible que sigan descendiendo precipitadamente (hasta cero) a medida que los astrónomos recopilen más datos sobre la futura órbita de 2024 YR4. (También hay una pequeña posibilidad, el 0,8 por ciento, de que la roca choque contra la Luna).
La detección demuestra que el sistema que tenemos para defender a la Tierra de rocas espaciales letales está funcionando como una máquina global bien engrasada. Observatorios de todo el mundo contribuyen a encontrar objetos cercanos a la Tierra. Y tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea (ESA) han desarrollado programas informáticos automatizados que pueden, con extrema precisión, rastrear todos y cada uno de los asteroides y cometas potencialmente peligrosos encontrados hasta la fecha.
Uno de los principios clave de la defensa planetaria es detectar los asteroides que se acercan a la Tierra antes de que ellos nos encuentren a nosotros. He aquí cómo lo consiguen la NASA, la ESA y sus colegas.
Exploradores y centinelas de asteroides
Cualquier telescopio del planeta puede contribuir a la defensa planetaria: si un astrónomo en cualquier lugar de la Tierra detecta un objeto parecido a un asteroide (o cometa), puede informar de sus hallazgos a la comunidad de defensa planetaria. Pero hay que tener en cuenta que la NASA cuenta con una red de telescopios en todo el mundo dedicados a la caza de asteroides y cometas por descubrir. El asteroide 2024 YR4 fue descubierto el 27 de diciembre del año pasado por un telescopio en Chile (que forma parte de las mencionadas instalaciones financiadas por la NASA, el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS)
Una vez que un observatorio detecta un asteroide no descubierto, los astrónomos informan del hallazgo al Minor Planet Center de Cambridge (Massachusetts, EE. UU.), una especie de tablón de anuncios público para uso de los astrónomos. A continuación, los astrónomos interesados pueden utilizar esas observaciones iniciales para rastrearlo con sus propios telescopios.
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Cuando se descubre un nuevo objeto, los grupos de seguimiento de asteroides y cometas de la NASA y la ESA entran en acción. La NASA cuenta con el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés), mientras que la ESA tiene el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC, por sus siglas en inglés). Como ambos hacen esencialmente lo mismo, centrémonos en el CNEOS.
Inicialmente, un programa informático automatizado llamado Scout utiliza la colección disponible de observaciones para trazar las órbitas futuras probables del objeto. Con sólo unos pocos datos, estas previsiones orbitales tienen un alto nivel de incertidumbre, pero el trabajo de Scout es calcular si hay alguna posibilidad de que este objeto pueda impactar con la Tierra en el próximo mes.
Scout hace estos cálculos incluso antes de que se confirme que el objeto es un asteroide, en lugar de un error de observación o algo artificial como un satélite. Está diseñado para ser un sistema de alerta muy temprana que puede dar a un país en peligro la oportunidad de defenderse o evacuar a su población amenazada.
Si el objeto no supone un riesgo de impacto inmediato, y se trata de un asteroide real, el programa Sentry de la NASA toma las riendas. Este software automatizado calcula si existe una probabilidad, alta o baja, de que el asteroide pueda impactar contra el planeta en el próximo siglo, utilizando cada nueva observación del asteroide para actualizar continuamente sus predicciones.
Sentry utiliza las fuerzas gravitatorias del Sol y de los planetas del Sistema Solar para calcular las posibles órbitas futuras de un asteroide. También puede determinar cómo una fuerza llamada efecto Yarkovsky sería capaz de cambiar gradualmente el movimiento de un asteroide, modificando su órbita a largo plazo.
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