Las tropas locales
ucranianas están destrozando el ya muy escaso material bélico del ejército ruso.
Los contingentes ucranianos son más conocedores del terreno y saben cuándo,
dónde y a qué hora atacar a los hormigueros de carros de combate rusos. Cada
vez que los invadidos atacan, las tropas comunistas quedan desarticulas y la
pérdida de material militar es cada vez más vital para alzarse con la victoria.
El Ejército ruso está
sufriendo pérdidas necesarias e irreparables para la acción que emprendieron.
La heroicidad y el conocimiento del terreno a seguir por los de Zelenski que no
son ni soldados profesionales, pero por aquello de si corres te pillo y si
paras te mato, solo les queda actuar de las dos elecciones con la tercera,
actuar a la inversa. Putin pensó que invadir Ucrania sería cosa de
coser y cantar, pero nuca más lejos de sus predicciones. La estrategia de las
tropas de Zelenski supera con creces a la del dictador Putin. Las emboscadas,
las barricadas alrededor de las grandes ciudades, la destrucción de convoyes
logísticos o la voladura de puentes han desbaratado los planes de Moscú.
Las tropas rusas llevan sin ser abastecidos de armamento
y alimentos, desde la semana pasada. Los únicos alimentos que reciben son vía
Moldavia o de lo poco que rapiñan en las casas abandonadas del Sur de Ucrania.
Putin, como todo comunista, se ha equivocado conscientemente. Solo le queda la
cápsula de cianuro.
Putin está perdiendo la
guerra, sin duda. Y eso le hace aún más peligroso por el riesgo de acentuar la
guerra sucia, como hace con las reuniones para negociar el alto el fuego, en
las que los representantes rusos prometen cosas que no cumplen (copia de Pedro
Sánchez). Pero Moscú gana tiempo para rearmar la vía nuclear.
La guerra, pues, puede
prolongarse sine die. Rusia es consciente de su fracaso bélico. Pero nunca
admitirá una derrota. Por eso, arrasa sin contemplaciones las instalaciones y
residencias civiles provocando muertes y dejando a la intemperie, sin casa,
agua, luz ni comida, a millones de ciudadanos. Pero Ucrania se rearma gracias a
que Occidente no cesa de enviar material bélico ante el endurecimiento y la
prolongación del conflicto.
Putin busca una solución
para alardear de haber cumplido sus objetivos y vender a los rusos una gran
victoria que le permita reforzar el ultranacionalismo en el que basa su poder.
Pero ahora no puede. De ahí, la feroz censura de los medios de comunicación
para que solo propaguen la propaganda oficial sobre el conflicto bélico. Y, de
ahí, el peligro de que utilice armas químicas o incluso nucleares para no salir
trasquilado de Ucrania.
Comentarios
Publicar un comentario