Una vergüenza. Las exclusivas de Diana Quer

La pista clave del segundo móvil de Diana Quer
Si apuntamos una a una desde la desaparición de Diana Quer el número de exclusivas que ha dado la televisión podría a estas alturas haber resuelto el caso. No hay día en que las mañanas no nos golpeen con una alerta de las que dejan sin aliento al espectador: «Exclusiva. Accedemos a la zona donde vivía Diana»; «Exclusiva. La última nota de voz de Diana»; «Exclusiva. Las imágenes que podrían identificar el rastro que siguió la joven»; «Exclusiva. Hablamos con uno de los testigos clave»... A todos estos titulares, por supuesto, hay que añadirle el suspense de una voz que anuncia el tema con la tensión que le es propia para darle escabrosidad al asunto. El concepto exclusiva está causando el mismo efecto que la cartelería de las mueblerías antiguas (no se me ofenda el gremio) en que toda la mercancía se anuncia con carteles enormes de «stock» a precios jugosos. Y que da que pensar, claro, sobre la novedad y calidad de todos los bártulos.
Como público nos estamos ahogando con tanto stock de baratillo y tanta exclusiva, por mucho que el medio se guarde la noticia como única. Si la rutina viene marcada cada mañana por un bombazo, no sé qué nos queda de aquí en adelante sobre este caso en concreto, y sobre los muchos de los que se nutren con avidez las cadenas. Habrá que esperar qué ha pasado con Diana Quer, pero estoy segura de que ese día ya no será exclusiva

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