Desde que tenía 19 años Huma Abedin es la sombra de la candidata demócrata. Durante muchos años fue su punto fuerte, pero ahora puede convertirse en una de sus debilidades. Esta es su historia.
Primavera de 2008. Barack Obama le acaba de ganar las elecciones primarias a Hillary Clinton y le disputará la presidencia al republicano John McCain. “La campaña presidencial había sido larga, caliente, severa y reñida. Yo estaba decepcionada y exhausta”, escribe la entonces ex primera dama y senadora por Nueva York en su segundo libro de memorias,Decisiones difíciles. “Pero ahora, los americanos por los que había luchado, los que habían perdido sus trabajos o no podían pagar la universidad de sus hijos, dependían de que él se convirtiera en el 44 presidente de Estados Unidos”.
Momento de máxima tensión entre las dos figuras más destacadas del Partido Demócrata. Tras la dura batalla, había llegado la hora de la reconciliación y para concertar una primera cita de aproximación Hillary recurre a su más fiel ayudante, Huma Abedin, “la sabia, infatigable y graciosa mujer joven que trabajaba conmigo desde los tiempos de la Casa Blanca”. Durante los días más ásperos de la campaña, escribe Hillary, Abedin nunca dejó de tener línea directa con la “Huma” de Obama, Reggie Love, un ex jugador de baloncesto que según Hillary “era como su sombra”.
La misma palabra utilizó la revista Politico, su “sombra”, para describir la relación de Clinton con Abedin. La conoció a los 19 años, cuando la Universidad le asignó un puesto de pasante en la Casa Blanca y desde entonces no se ha despegado de Clinton realizando cada vez trabajos de mayor importancia, de consultora especial a subjefa del departamento de personal cuando era Secretaria de Estado con acceso directo y constante, como prueban los miles de mails divulgados, a la jefa. Porque Huma, que ahora es vicedirectora de su campaña presidencial, es como dice un reportaje de Vanity Fair, “su confesora, confidente y constante compañía”.
¿Pero es Huma su “arma secreta o su mayor problema”? Como dice el propio titular del reportaje. Cuanto más ha crecido su poder, que puede ser inmenso si Hillary gana las elecciones, mayor es el escrutinio al que se somete a una mujer que por porte y figurarecuerda a otra musulmana notable, Amal, la mujer iraní de George Clooney. En una campaña marcada por las salidas de tono “políticamente incorrectas” según él mismo y racistas según sus detractores de Donald Trump, sin duda Abedin se erige como una “confesora” pero también un símbolo.
Abedin nació en Michigan en 1976 de un padre indio y una madre paquistaní. Su padre era un profesor islámico que fundó un instituto que fomentaba el entendimiento entre Occidente y Oriente. Su madre, se doctoró en la Universidad de Pensilvania y actualmente es profesora de sociología en la Universidad de Yeda, en Arabia Saudí. Fue precisamente en Yeda donde Abedin pasó la mayor parte de su infancia, pues allí se mudaron sus padres cuando tenía dos años y a pesar de los constantes viajes a Estados Unidos allí vivió hasta que a los 18 regresó a América para estudiar en la Universidad. Un año después, entraba en la Casa Blanca y ya no se separó de Hillary.
Como buena consejera, Huma ha hecho de la discreción su escudo. Fue Vogue quien utilizó por primera vez la expresión “arma secreta” en un reportaje de 2007, en la época en que Hillary comenzaba a batirse el cobre con Obama y ella era su jefa de viajes. Plagado de citas de personas que la conocen y abundan en la proximidad a la relación entre la consejera y la candidata, Huma se deja fotografiar con un glamouroso vestido pero apenas abre la boca: “Lo que me gusta de la política es que en una parte pequeña eres parte de la Historia, pero también eres capaz de ayudar a la gente”, dice refiriéndose a su amistad y la de la entonces senadora por Nueva York con una víctima del 11S.
En ese reportaje, Hillary es incluso más elogiosa con su ayudante que en su libro de memorias: “Huma Abedin tiene la energía de una mujer de 20, la confianza en sí misma de una mujer de 30, la experiencia de una mujer de 40 y la gracia de una mujer de 50. No tiene fin, su combinación de equilibrio, amabilidad e inteligencia es incomparable y tengo suerte de tenerla en mi equipo”.
Pero incluso para una mujer discreta como Huma Abedin, es imposible no estar al lado de la mujer más poderosa del planeta, con permiso de Angela Merkel, y no conocer el lado más oscuro del poder y la fama. La primera vez que Abedin tuvo que salir a la palestra fue en 2013 cuando su marido, el ex congresista Anthony Weiner, fue pillado enviando fotos desnudo a una joven de 22 años. Dos años antes, recién casado con Huma, había tenido que dimitir como congresista cuando por error colgó en su Twitter una foto con una erección y el segundo escándalo acabó con su incipiente campaña para la alcaldía de Nueva York. Entonces Abedin dio la cara en una rueda de prensa conjunta en la que perdonó públicamente a su marido y manifestó su deseo de seguir junto a él.
© Proporcionado por Vanity Fair 1
El escándalo de los mensajes de texto sexuales (sexting, lo llaman en Estados Unidos) no pudo con la “misteriosa”, como la llamaba la prensa, mujer que acompañaba a Hillary Clinton a todas partes aunque provocara la definitiva caída en desgracia de su marido. Cuando comenzó a trabajar para el departamento de Estado, con un contrato de lujo que le permitía seguir viviendo en Nueva York, Huma compaginó su labor oficial con la de consultora de Teneo, una consultora estratégica con clientes como Coca-cola. La promiscuidad laboral provocó que un senador, Chuck Grassley, preguntara por qué Huma llegó a compaginar su trabajo en el departamento de Estado con otros tres empleadores, incluyendo en los últimos meses a la Fundación Clinton.
Y la multimillonaria Fundación Clinton y la forma en que Hillary pudo haber confundido sus proyectos privados con la administración del Estado está en el centro del escándalo de los mails, donde Huma es protagonista y aún más tras la última tanda de correos hechos públicos por el departamento de Estado la semana pasada en ese interminable goteo que sirve como castigo a la imprudencia de Clinton al utilizar su servidor de correo privado cuando era “ministra de asuntos exteriores” de Estados Unidos”.
“Con frecuencia está confundida”, le dice Abedin a su ayudante refiriéndose a su jefa en la que quizá es la línea más famosa de la famosa correspondencia. La propia Huma admitió poco antes de que se publicaran que no había revisado los correos pero que estaba “mortificada” con la perspectiva de que se publicaran.
Porque lo realmente grave es que los mails hechos públicos la semana pasada parecen sugerir que la propia Abedin sirvió como puente entre los intereses privados de los Clinton y el aparato gubernamental solicitando audiencias del embajador en Libia a un billonario nigeriano donante de la fundación o recibiendo la solicitud de un donante que quiere un trabajo en el departamento de Estado.
La religión y los orígenes familiares de Abedin son también motivo de controversia. En junio, un consejero de Trump decía que Abedin podría ser “una espía saudí” o una “agente terrorista”. Y aunque Trump nunca ha hablado de ella en público, sí trascendieron los comentarios que realizó en una cena privada de donantes de su campaña en la que la acusó de “revelar secretos oficiales al pervertido de su marido”.
Las conexiones de la familia Abedin con Abdullah Omar Nasseff, figura preeminente del gobierno de Arabia Saudí y repetidamente acusado de tener vínculos con los Hermanos Musulmanes de Egipto y Hamás en los territorios ocupados han sido motivo de polémica anteriormente. En junio de 2012, cinco congresistas escribieron al departamento de Estado diciendo que los Hermanos Musulmanes habían penetrado en el departamento de Estado.El republicano John McCain zanjó la cuestión: “Sé que Huma es una leal, trabajadora y valiosa servidora de los intereses de nuestra nación y de nuestro gobierno”.
Hoy Huma está más cuestionada que nunca y muchos se preguntan si Hillary la seguirá manteniendo como la “sombra” que la acompaña a todas partes. ¿Será la brillante Abedin el sacrificio que deberá ofrecer por el oscuro asunto de los mails?
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