A Franco, solo le faltó incluir el IVA no como carga fiscal
sobre el consumo que resulta muy caro,
solo como impuesto a la producción que hay menos fraude y más reparto de
aportación. Corea, Japón, Canadá y todos
los países bálticos ya lo han adaptado.
Al Caudillo d España no le gustaba -para nada- la democracia, pero no es menos cierto
que, equivocadamente, no impidió la
llegada de la democracia en España. Solo que el pretendía que fuese controlada
y a la vista está del control existente.
Franco elegía a sus colaboradores (buenos o malos) y
aceptaba las propuestas que estos le hacían, digamos que era consciente de sus
carencias en ciertas materias.
También hay que destacar que leía muy bien la realidad. Supo
elegir el camino adecuado en circunstancias difíciles. Por ejemplo, en la II
Guerra Mundial, después de que perdiesen sus aliados, se presentó como
anticomunista en Europa y le fue más fácil ser aceptado.
Nadie puede poner en duda que evitó que en España hubiera una dictadura
comunista. También que bajo su régimen la mayoría de los españoles se
reconciliaron de nuevo.
Posiblemente, lo mejor fue el desarrollo de las clases
medias, las cuales mantuvieron la Transición española muchos años. Hay que
reconocerle que dejó a España en 1975 como la novena potencia novena industrial
Otra premisa a considerar de Franco, fue el interés del Estado
por cooperar con la Iglesia en la formación humana y cristiana de la sociedad,
en línea con lo que se consideraba la tradición histórica del país. El
Concordato de 1953 y los Principios Fundamentales, que proclamaron en 1958 la
inspiración de la legislación española en la doctrina de la Iglesia, son la
expresión clara de lo que apuntamos. El establecimiento de un Estado del
bienestar con un sistema de salud público
También hay que resaltar la modernización de España a partir
de los años sesenta con la adopción de una política económica atenta a las
directrices del FMI y del Banco Mundial, que permitió la atracción de
inversiones extranjeras con el aumento de la industrialización, la apertura al
turismo y la mejora generalizada de las infraestructuras. Si a ello se añade el
establecimiento de un Estado del bienestar con un sistema de salud público, de
pensiones y prestaciones sociales, similar al adoptado por los demás países del
occidente europeo, se entiende la creación de una amplia clase media. La misma
que alentaría una transición democrática a partir de 1976.
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