Como se temía, la determinación del precio de la luz para el
primer trimestre de 2014 ha sido un dislate, un
abuso, un despropósito que pone en evidencia todo el sistema de fijación del
precio de la luz, en vigor desde 1997, con el primer Gobierno Aznar, y
que después ni PSOE ni PP se
han mostrado interesados en arreglar. La sospecha de que el sector eléctrico
condiciona sus decisiones por ser un retiro dorado para decenas de políticos de
ambos partidos crece día a día. En todo caso, el de la luz es un tema
complicado. Aquí van una serie de claves que explican lo que está pasando.
La
estructura del recibo. El coste de la factura de la
luz se divide en dos.
Una es la parte regulada o peaje, que es la que depende del Gobierno y
con la cual se pagan a las eléctricas todas las decisiones políticas tomadas en las últimas décadas sobre la energía:
la moratoria nuclear, las ayudas para quemar carbón nacional, las ayudas para
producir luz asequible en las islas, las subvenciones a las renovables y el
déficit de tarifa. La
otra parte del recibo es la que debería reflejar el aumento o descenso reales
de los costes de generar
luz en este momento y se fija en una subasta. De cara al primer trimestre de
2014, el gobierno decidió que la primera parte del recibo subiera el 0,8%,
mientras que en el caso de la segunda, la famosa subasta de ayer, ha determinado
un incremento del precio de referencia del 25,6%, lo que supone un 10,5% en el
recibo final.
El coste de la energía eléctrica se ha disparado un 26% en la última subasta del sector. Esto se traducirá en un fuerte incremento del 10,5% en el recibo de la luz a partir de enero. Pero hay más, a esta cifra habrá sumarle otro 0,7% impuesto por el Gobierno.En total, la factura que llega al consumidor se disparará un mínimo del 11% para 18 millones de hogaresespañoles. Por eso estos consejos te serán de gran ayuda.
¿Qué es el
déficit de tarifa? Es la diferencia entre todos esos derechos
de cobro reconocidos a las compañías eléctricas y lo ingresado de verdad a
través de las tarifas de la luz, es decir, que lo que los consumidores
españoles pagan hoy en el recibo de la luz no alcanza para cubrir lo que cuesta
a las eléctricas proporcionar la energía que se consume en hogares y empresas.
Y las eléctricas tienen por ley reconocido que se les tiene que compensar ese
coste. Ese déficit acumulado durante años asciende a 30.000 millones y como se
ha pagado con dinero prestado genera intereses que también tenemos que pagar a
través del recibo de la luz.
La
sospechosa subasta. Para fijar ese parte del recibo
condicionada por la situación real del mercado de la electricidad, el Gobierno
usa como referencia una subasta, donde se cierran contratos mayoristas a futuro
–tres meses- de suministro eléctrico. Se celebra poco antes de que empiece cada
trimestre. El precio se fija en un solo día, con lo cual no es representativa
del precio medio de la luz a lo largo de un periodo razonable de tiempo. El
elegir un día puntual facilita más las manipulaciones. Tras el escándalo que ha
generado la subasta de ayer el Gobierno la ha anulado y se ha dado 48 horas para decidir.
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