España nunca ha tenido un gobierno sólido y un líder que lo represente. Rajoy tiene la palabra.




Qué España nunca ha tenido un gobierno sólido y un líder que lo represente, es más que evidente y hasta entra dentro del juego democrático al que os someten. Lo que ya no veo tan normal es que haya compañeros que formen parte de las tertulias de radio o televisión que por 40 ó 50 euros mientan, no digan la verdad y vuelvan a mentir. Por lo visto, la crisis ha llegado a la docencia universitaria, en gran parte culpables de la crisis de la discencia.

Por desgracia, para la mayoría de los economista su principal fuente de ingresos es la docencia y no, precisamente, bien remunerada. Pero esto no le atribuye a confundir al pueblo valiéndose de un medio mediatizado políticamente, o lo que es lo mismo es un prostituto al servicio del medio y, en la mayoría de las veces, peor pagado que una prostituta sexual o del inculto moderador. No, no se puede ir de chiquilicuatre por las tertulias fomentando, cacareando o dándole forma a lo que minutos antes le ha dicho un payaso o moderador de tertulias le ha ""impuesto" lo que tiene que decir; este saltimbanqui,  a su vez, recibe órdenes del partido político que medio les da de comer. Todas o casi todas están en bancarrota. Merece especial atención por colaboración destacada 13TV. Si ya POPULAR TV, -Madre de 13TV. lástima de aborto, creo que es el único supuesto justificado,  se llevó gran parte del dinero que le corresponde a la iglesia católica por la famosa Cruz de la declaración de la renta; estos nuevos hijos de la iglesia la dejan hasta sin Cruz. Suerte, suerte que algunos anunciantes publicitan solo porque entienden que es la cadena de la Iglesia,  Conferencia Episcopal. Lo que no saben es que ha delegado en un advenedizo como Pedro J Ramírez.  Se tiran 23 programas voceando que Jordi Pujol estaba empadronado en Madrid - cuestión esta  sin la más mínima relevancia- pero es que, además, es mentira.  Cuando se demuestra tal mendacidad, mutis por el foro. Debe ser triste que te digan "sal y cuenta esta mentira, esta y esta otra" Controla al tertuliano que no se pase y ciña al panfleto que le hemos dado. Claro, son cuatro voceadoras con edad más IVA como para pensarse que igual, Rafael Hernando, les quita la tercera comida del día, o sea, tiesas económicas y semánticas. Ellos, los hombres, sencillamente juntadores de letras y fonemas; carentes de personalidad y frustrados del periodismo.

A lo que vamos. Explicar una teoría económica en cinco minutos es imposible, solo se logra confundir al oyente que, en este caso, no es ni oyente es un necesitado, una persona que necesita cambiar ya que lo actual le va mal o peor.  Aconsejaba un tertuliano amigo que ahora se ríe, tampoco va a llorar que él en todas las tertulias en las que participaba llevaba como referencia fomentar el ahorro. Los pocos que hicieron caso a  su peculiar forma de custodiar dicho ahorro, ahora han sido víctimas de las preferentes. Bien, ahora es político y, evidentemente, espera una visita de los escraches, ¿se puede quejar? El y cualquier estudiante de primer curso, saben perfectamente que una previsión de futuros financieros a más de 12 años es imprecisa. Por tanto, el mentía como tertuliano y miente como político. Han dimitido un congresista del PSOE de Almería, según él, porque no se ubicaba en su puesto. Eso de mirar a tu jefe de grupo y luego a tu jefe de línea para votar SI o NO, para él, es de ser un mamandurria. Este amigo va a ser el próximo. Casualidad los dos son de Almería y es que los almerienses tenemos muchos cojones.

Debe ser triste, para ellos, no lo es, que un economista con cátedra de Hacienda Pública, Cristóbal Montoro intente demostrar la diferencencia substancial entre ahorro y exceso, esta banda televisiva lo interpretase al revés y se miraban sorprendidos cuando, para ellos, el tertuliano era o parecvía rojo.  

El término ahorro se ha convertido en el centro del activismo político de una derecha que tiene como meta el empobrecimiento generalizado de España. La crisis económica puso en marcha tres procesos paralelos: castigar a la mayoría social en beneficio de unos bancos con problemas, imponer una ideología contraria a los servicios públicos y dar por terminada la famosa Transición.
La avaricia hipotecaria de los bancos españoles, muy alentada por las instituciones financieras alemanas, desembocó en la simple irracionalidad. Su entramado de negocios fáciles y de falta de responsabilidad profesional se vino abajo al estallar la burbuja inmobiliaria. La catástrofe se pagó entonces con dinero público, es decir, se empobreció a los ciudadanos para salvar a los bancos. Los grandes partidarios de las privatizaciones no tuvieron ningún problema en nacionalizar las deudas particulares.

Toda esta situación   fue el pretexto o la excusa para desmantelar los servicios públicos. Pronto, demasiado pronto llegaron  los recortes como si la austeridad fuese la única solución a la crisis. La educación, la sanidad, los sueldos, los derechos laborales y la cultura han sido sacrificados en el altar de esta dichosa austeridad que aun no he asimilado y capaz que ya nunca lo hago. Por lógica y como era de imaginar, las pretendidas fórmulas del ahorro terminaron de hundir el consumo y la economía. Los responsables de esas medidas eran conscientes desde el principio de lo que iba a pasar. Nunca en la historia se ha salido de una crisis grave por medio de la austeridad. Pero se trataba en realidad de utilizar las dificultades económicas para imponer un ideario político torpe que desmantelara los equilibrios del Estado del bienestar. Se dio por buena la dinámica de agudizar el empobrecimiento de la población si a través de ella se conseguía liquidar los servicios públicos.

Todas estas maquinaciones supusieron en España el final de una Transición marcada por la lógica de los pactos. Más que una reconciliación entre fascistas y demócratas, absurda ya en la España de esos años, la Constitución de 1978 significó el pacto de dos ideas sobre la democracia: la propia de unas élites económicas que necesitaban romper la autarquía para abrirse a los negocios del capitalismo avanzado europeo y la de los movimientos obreros que exigían derechos sociales y una transformación de la realidad. Así se produjo una negociación final en la que se lograron las libertades democráticas y algunos derechos sociales a cambio de respetar en España el predominio de las viejas élites del franquismo. Este pacto se dio por liquidado cuando PSOE y PP acordaron en agosto de 2011 el control del déficit como nuevo valor constitucional. Las élites económicas dieron por terminada la Transición y se precipitaron a liquidar todos los equilibrios. Cualquier gasto público es hoy para ellas un exceso.

La forma o dialéctica del ahorro y del exceso se extendió también desde el punto de vista cultural. Una cuidada mentalidad social se ha desatado para completar las cosas con la degradación de la democracia. El miedo traduce el concepto económico del ahorro al mundo de los sentimientos. Miedo que paraliza las protestas. Hay que ahorrar en protestas y rebeldías. Miedo a perder el puesto de trabajo, miedo a Europa, miedo a la policía, miedo a que pase algo peor, a que los bancos… ¡La bolsa o la vida!, nos gritan en el atraco del miedo. Aceptamos que el dinero se acumule en otras manos a cambio de un ahorro en nuestro castigo y nuestras pérdidas. En vez de una pastilla diaria para la tensión me tomo tres a la semana y así tú no acabas conmigo de un sólo golpe. Esa es la negociación ahorrativa del miedo.

El exceso, por lógica, no debe considerarse una protesta. Los ciudadanos que denuncian a los políticos responsables de un empobrecimiento generalizado al servicio de los poderes financieros son exhibidos como derrochadores del espíritu democrático, gentes cercanas al nazismo, al crimen organizado, a la banda terrorista ETA. La extensión calculada del miedo y la criminalización de las víctimas, armas principales del ideario político actual del Gobierno, suponen la aplicación de la dinámica económica del ahorro y el exceso a los sentimientos de los ciudadanos.  Algunos, los que tengan como último recurso podrán romper la hucha.
EN TIEMPOS DE CRISIS SE HACEN LAS ESTRUCTURAS QUE NOS SACARÁN DE ELLA. UN PARADO QUIETO, ES UNA CARGA SOCIAL; UN PARADO ACTIVO, ES UNA CARGA LABORAL.



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