Suenan tambores de GUERRA contra Rubalcaba.


Rubalcaba tiene los días contados como capataz de los socialistas obreros de España. Desde el Congreso del PSOE en Sevilla del pasado mes de febrero, en el que Alfredo Pérez Rubalcaba fue elegido secretario general del partido en detrimento de Carme Chacón, han pasado muchas cosas. La primera, la derrota de los candidatos propuestos por el ex vicepresidente del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en numerosos congresos regionales del partido, a favor de las listas presentadas por los seguidores de la ex ministra de Defensa, Carme Chacón. Después, las dudas que en amplios sectores socialistas plantea la manera de hacer oposición por parte de Rubalcaba. Van a cambiar mocos por babas, pero es su problema.

El solemne acto que celebran el primer Domingo de Septiembre  en la localidad leonesa de Rodiezmo, que vive fundamentalmente de la minería y que durante muchos años ha sido el escenario elegido por el PSOE para inaugurar el curso político, se convirtió en un “boomerang” para Rubalcaba, que ha última hora  declinó asistir a esta celebración. No celebran fiestas patronales de vírgenes o santos, solo celebran su ser brutos socialistas.

De este agrupamiento socialista se pueden sacar muchas conclusiones. Ese  Alfonso Guerra “exaltado como no se le había visto desde hacía muchísimos años, exhibiendo un radicalismo digno de sus mejores años como segundo de Felipe González, cuando decía lo que su presidente del Gobierno no quería decir públicamente para salvaguardar su imagen de hombre de Estado, no le ha venido nada bien a Rubalcaba”. Para mi que Guerra se está haciendo el haraquiri para la política activa. Decir, como siempre no dijo nada; pero animó a un grupillo a canturrear lo que ya sabemos: hay que hacer varios cambios  en la “equivocada línea de oposición” adoptada por el actual secretario general del PSOE y su jefe el primero.

El protocolo manifiesto, titulado “Por un PSOE útil”, quiere incidir en la necesidad de abrir un debate sobre el modelo de oposición que efectúa Rubalcaba y la actitud que los socialistas deben tomar ante la actual situación política, económica y social de nuestro país. Entre otras cuestiones, en este documento se afirma que "no creemos en los pactos con una derecha que humilla a los españoles sin contar con el Parlamento, símbolo de la soberanía nacional. Consideramos que pactar con el actual PP en materia de recortes sólo beneficia a la derecha y perjudica a España". La verdad, no dice nada pero ahoga al líder socialista.

La segunda jefa socialista socialista, Elena Valenciano, ha restado importancia a este manifiesto, pues sólo está firmado por cincuenta militantes y no lo ha leído, según ha confesado, y porque “no hay nada más que decir. El Congreso (el celebrado por el PSOE en Sevilla) es soberano y esa decisión está tomada por el partido”, en relación al liderazgo de Rubalcaba. También la vicesecretaria general del PSOE ha tenido palabras para responder a Alfonso Guerra, sobre todo a su petición de convocar un referéndum para que los ciudadanos opinen sobre las medidas tomadas por el Gobierno de Rajoy y que no estaban en su programa electoral. Valenciano, asegurando que el Ejecutivo debe “rectificar y cambiar de rumbo”, ha afirmado que “su mayoría absoluta es legítima”.

Las fuerzas vivas del PP analizan a los de Rodiezmo y dicen: “faltaría más que ahora se ponga en cuestión la victoria electoral del PP en las elecciones generales, y si Alfonso Guerra no le gusta lo que está pasando que pregunte a sus colegas de partido por lo que hicieron cuando estaban en el Gobierno, pòrque no se le oyó decir ni pío cuando Zapatero subió impuestos, entre ellos el IRPF, y recortó derechos sociales. ¿Acaso Guerra, y otros dirigentes socialistas, se creen que sólo el PSOE tiene derecho a gobernar en España? Porque si es así, el déficit democrático que tiene este pais es descomunal”.

 

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