Caso Watergate


Richard Nixon


El escándalo que acabó obligando al republicano Richard Nixon a dimitir el 8 de agosto de 1974 salió a la luz en plena campaña presidencial, en la noche del 17 de junio de 1972, con la detención de cinco hombres en las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata, situado en el complejo Watergate de ahí su nombre en Washington D.C.
Los intrusos (James W. McCordBernard L. BarkerFrank A. SturgisEugenio R. Martínez yVirgilio R. González), provistos de guantes de goma, equipo fotográfico, micrófonos y otros mecanismos para escuchas, habían entrado ya el 27 de mayo en estos bloques de apartamentos y oficinas, situados junto al río Potomac.

Los hechos fundamentales del caso Watergate
Los intrusos fueron sorprendidos, aproximadamente a la una de la madrugada, mientras hojeaban archivos e intentaban colocar instrumentos de escucha. Entre los detenidos se encontraba James McCord, un antiguo agente del FBI que había trabajado como agente de seguridad para el Comité de Reelección del Presidente (CREEP, siglas en inglés). De ellostres eran cubanos procedentes de Miami: Bernard Barker, Virgilio González y Eugenio Martínez.
Los detenidos fueron acusados de robo, la Casa Blanca negó cualquier relación con los hechos y el evento no tuvo repercusión en las elecciones presidenciales que se celebraron en noviembre de ese año y fueron ganadas de nuevo por Richard Nixon
Problemas judiciales para Nixon
A principios de 1973 se celebra el juicio por el robo del caso Watergate. Los acusados se declaran culpables pero McCord escribe una carta al juez asegurando que altos cargos del partido republicano sabían que iba a producirse la entrada ilegal en las oficinas demócratas y que los acusados habían sido convencidos para negar esa relación.
A consecuencia de esta carta se siguen las investigaciones que en los siguientes meses tienen como consecuencia, entre otras, las de destapar que:
    

Edificio Watergate
    El objetivo del CREEP era crear problemas utilizando métodos ilícitos en las campañas de ciertos políticos demócratas en las elecciones presidenciales, al Congreso y al Senado de 1972.
    El empleo de instrumentos ilegales de escuchas era una práctica relativamente habitual ya que se habían pinchado los teléfonos de periodistas críticos con la Casa Blanca.
   Grandes compañías habían hecho contribuciones ilegales a la campaña de Nixon.
   El FBI había destruido documentos relativos al caso y que los instrumentos de escucha que se pretendían colocar en el edificio Watergate procedían de la CIA.
   Se habían pagado importantes cantidades de dinero a los intrusos que entraron en las oficinas demócratas de Watergate para que se mantuvieran callados.


Investigaciones en la prensa
En este caso la prensa jugó un papel decisivo. Concretamente dos periodistas del diario Washington Post - Bob Woodward y Jonathan Bernstein- publicaron en agosto de 1972 la noticia de que el intento de robo en la sede demócrata en el edificio Watergate había sido pagada con fondos provenientes de CREEP.
Durante muchos meses el Washington Post publicó en solitario notas adelantándose a las investigaciones judiciales y del Senado, por lo que el periódico estuvo bajo una gran presión. A la fuente de Woodward y Bernstein se la conoció como Garganta profunda. Treinta años más tarde de estallar el escándalo se hizo público el nombre verdadero de la fuente: Mark Felt, un director adjunto del FBI.
Investigaciones en el Congreso y en el Senado
Los descubrimientos hechos por la prensa y los judiciales hacen que las Cámaras legislativas decidan también investigar.
En una declaración ante un comité de investigación del Senado, John Dean, abogado de Nixon, afirma que el presidente tiene un sistema de grabación y que de manera rutinaria se graban todas las conversaciones y llamadas telefónicas.
Cuando se le pide a la Casa Blanca que entregue las cintas, Nixon se niega, iniciándose así un escándalo que se alarga en el tiempo. Cuando por fin el presidente las entrega, falta material y algunas cintas han sido borradas. Meses más tarde, entrega transcripciones de parte del material que no había proporcionado con anterioridad.
En todo caso faltan todavía 64 cintas. Y mientas el caso llega hasta la Corte Suprema, que finalmente decide que Nixon debe entregar todo el material, la Cámara de Representantes debatía sobre si incriminar al presidente ante los ojos ávidos de la nación, que seguía por televisión los debates.
Cuando las cintas son entregadas el destino del presidente ya está decidido. Queda claro por las conversaciones grabadas que Nixon había intentado justo después de la entrada en Watergate que la CIA convenciera al FBI para que no investigara el incidente.
Consecuencias del caso Watergate
El 8 de agosto de 1974, dos años después de que el grupo de cinco hombres hubiera asaltado la sede demócrata en el edificio Watergate, el presidente Nixon dimitió dejando su puesto al vicepresidente Ford.
En su discurso de renuncia Nixon dijo que prefería dejar paso a un proceso de "curación" de la sociedad estadounidense, en vez de dejar que el proceso legal siguiera su curso hasta el final. Siempre sostuvo que se consideraba un "luchador".
Nixon ha sido el único presidente de EEUU que ha dimitido.
Además, el escándalo acabó con las carreras de dos fiscales generales, Richard Kleindienst y Elliot Richardson.
El escándalo y de sus consecuencias reafirmaron la solidez del sistema político americano que no sufrió grandes sobresaltos, produciéndose la sucesión de una manera ordenada siguiendo la ley. Por último, la prensa de investigación, representada por la labor del Washington Post alcanzó reconocimiento universal al trabajo bien hecho y a cuál debe ser el papel de los medios de comunicación.

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