Lo único que se sabe con total certeza de la familia de Alcalá de Guadaira es que
han muerto y enterrados están. El resto es un muerto virtual, o sea, un enigmático misterio que resolverán PPSOE a “”su manera, o sea, con una mentira, farsa,
quimera o embuste. A cambio, podemos sospechar de la resistencia a reconocer
que pueda ser así por el tabú primermundista de la carroña. Las hienas y los
buitres eran más selectivos que las personas, de donde se deduce que volveremos
a ser carroñeros. ¿Quién no ha pasado unas horas de hambre? Pero coño 10 meses
para estudiar “el hambre”, la necesidad y hasta el espíritu teologal de los
padres y hermana de esa niña de 13 años VIVA. Si, si es cierto que para darte
una puta limosna de 400 euros te tienen que hacer no sé cuantas fichas y pasar
por tropecientos consejos de guerra. Pero, siempre menos que los que han
superado los holgazanes de los ERES o los bigardos de Bankia. El hambre, no
tiene fase de estudio, en cualquier caso, después de comer. Ojo, cáritas a la
que quiero con todas las fuerzas de mi alma, también se pasan haciendo fichas y gilipolleces típicas de burócrata
políticos. Además de superar el 80% de las donaciones en gastos de
administración, suerte que son voluntarios.
Gastar 80 de cada 100 euros en juntadores de letras para rellenar hojas
que llaman fichas, me parece excesivo. Repito, daría mi vida por salvar el
honor de cáritas y Dios sabe que estoy en lo cierto.
No sé cuantos años
atrás, el humano fue carroñero antes que cazador, seguramente carroñero y
cazador y volverá a ser uno y otro cuando lo necesite y si federarse. Salvo que
produzca sus propios alimentos, el español recolecta el alimento en estante o
expositor y caza en caja. El proceso está debidamente regulado, tiene controles
de sanidad y mapas de trazabilidad. Últimamente se ha hecho relativa la fecha
de consumo preferente „e, involuntariamente, la de caducidad„ para dar más vida
comercial a los productos y que lleguen como carroña al contenedor de basuras,
sobras del derroche del consumismo.
Todos recordaréis
que cuando los padres embutían a sus hijos en contenedores de basura, nos dimos cuenta de
que España estaba en crisis y esa era la única fuente de proteínas. El tabú social contra la antropológica condición
carroñera saltó como una válvula de escape. Al poco nacieron los bancos de alimentos.
Pero no, no era suficiente, más tarde los donantes y hasta excedentes de producción. El hambre es cara, sólida y cuantiosa. Si
recordáis aquel día que pasasteis hambre, después comisteis como levas ¿Verdad?.
Lógico que los que pasan hambre, hoy, hagan lo mismo y de golpe. Hay una
estructura de solidaridad de donantes y voluntarios que acaso pueda llegar a
todas partes pero no llega y en algunas zonas, hay conflictos por los
contenidos de la basura. ¿Sabéis que hay mafias en los contenedores que controlan, dominan la propiedad? Si, si el débil, nunca come y se va con
hambre y cabreado a su demasiada humilde morada, la mayoría al hotel con más
estrellas del mundo.
Lo cierto y verdad
es que siempre nos preocupamos por los
daños colaterales de los principales.
Esta gente hambrienta hace daño a la marca España que defienden con bravura
nuestra alta cocina y nuestro jamoncito. LA MARCA ESPAÑA es hambre de pan y tocino aunque suba el
colesterol.
La España de la
crisis es una España empobrecida. Tres recesiones en cuatro años y la cuarta más cerca de la quinta que de la
primera. y sin que haya aún certezas
sobre cuando se verá “la luz” final del
túnel, luz que supongo habrán apagado por
lo caro d e esta. Esto ha hecho saltar los resortes económicos de la
sociedad con mayor crudeza de lo
esperado. Con una tasa de paro del 26%, y subiendo, la crisis hace tiempo que
dejó de hacer mella sólo en las grandes cifras macroeconómicas y bajó a la
calle, colocando a muchos, muchísimos ciudadanos al borde de los contenedores
de basura.
Un país sin
jóvenes bien preparados es proclive a la carroña. Del mismo modo que un
ministro, compañero mío –no de ministro- que argumenta la salida de la crisis
bajando los sueldos, subiendo los impuestos y contabilizando el PIB nominal
como real, justifica la existencia real de ETA. Amen, significa así sea, ¿verdad? Pues, así sea.
La España de la crisis es una España empobrecida. Tres recesiones en cuatro años y la cuarta más cerca de la quinta que de la primera. y sin que haya aún certezas sobre cuando se verá “la luz” final del túnel, luz que supongo habrán apagado por lo caro d e esta. Esto ha hecho saltar los resortes económicos de la sociedad con mayor crudeza de lo esperado. Con una tasa de paro del 26%, y subiendo, la crisis hace tiempo que dejó de hacer mella sólo en las grandes cifras macroeconómicas y bajó a la calle, colocando a muchos, muchísimos ciudadanos al borde de los contenedores de basura.
ResponderEliminarMagistral, Juan, magistral. Gracias.
ResponderEliminarYa no hay luz a final del túnel se ha fundido la bombilla
ResponderEliminarIncreíble pero cierto.
ResponderEliminarHay que buscar soluciones y de forma rara o como quieran llamarla.
ResponderEliminarBuenísimo, Juan. Feliz Nochebuena.
ResponderEliminarQue tristeza me da
ResponderEliminarHuy que pena amigo , pero eso tiene que cambiar algún dia amigo , un beso. Pattu
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