África, objetivo de los inversores.


Julien Dupré

Me parecía  una utopía  escribir sobre futuro de África, mucho menos de invertir en el continente  abandonado de la mano de Dios,  con la que está cayendo aquí, no solo en España, en Toda Europa a excepción de Alemania y Finlandia. Por fortuna, el Rey, con su campechanía habitual, me ha brindado la oportunidad con su accidentado safari en Botsuana. África, más allá de para matar indefensos elefantes, también puede ser un territorio muy interesante para la inversión. Eso ha llevado a Lorenzo Nogales y Sven Soderblom a crear para Arcano  un fondo de fondos que busca exposición a empresas de capital riesgo de países de Latinoamérica, África y Oriente Medio. El objetivo del producto, Arcano Emerging Markets Fund, es obtener una rentabilidad anual bruta del 20%. Al contrario que otros fondos, que invierten directamente en valores africanos listados en Bolsa, la idea de Nogales y Soderblom es apostar por el private equity. "Es muy momento complicado para estar en Bolsa, que además está fuertemente sesgada hacia empresas de recursos y materias primas", explica Nogales, que cuenta con una gran experiencia en África. La idea es entrar en las empresas medianas centradas en el consumo, que es el sector que tiene un crecimiento más exponencial en el gran continente negro. "Hay oportunidades en servicios financieros, telefonía, infraestructuras, productos básicos de consumo...", explica Nogales, que enumera una larga lista de países en crecimiento donde hay grandes oportunidades: Kenia, Tanzania, Uganda, Etiopia, Nigeria, Senegal, Ghana, Botsuana, Namibia, Mozambique, Angola y, por supuesto, Suráfrica. "Todo el Continente es realmente interesante", recalca Nogales. La idea es crear una cartera basada en fondos de private equity que financien actividades empresariales en África. Los gestores de Arcano parten de una base de datos de 100 fondos de capital privado, de los que 20 o 25 son de calidad institucional y finalmente seleccionan un grupo de cuatro o cinco para tener exposición en África, dentro de una cesta formada por 10 a 15 fondos, en la que el resto son de América Latina, donde también interesa mucho el consumo, y Oriente Medio.
Después de leer el informe Lions on the move, realizado por McKinsey Global Institute, el número de usuarios de telefonía móvil en África ha llegado ya los 316 millones y se espera que el gasto de los consumidores alcance los 1,4 billones de dólares en una década. Dentro de 10 años, habrá 1.100 millones de africanos en edad de trabajar y más del 50% de los hogares podrán permitirse gastos discrecionales, toda una mejora, teniendo en cuenta la cifra es ahora del 35%. El PIB combinado de África será de 2,6 billones en 2020. Un informe elaborado por African Economic Outlook, una institución en la que colabora Naciones Unidas, pronostica un crecimiento continental del 5,8% para este año. China ya es el primer socio comercial de África, sobrepasando a EE UU. Lamentablemente, el PIB per capita no crece al mismo ritmo, si bien está mejorando a gran velocidad: de un 1,4% de crecimiento en 2011 al 3,5% previsto para este año. A la hora de aventurarse en África se requiere una estricta selección de valores y países. África es un vasto territorio de 54 naciones con enormes desequilibrios, que, muy lentamente, va avanzado. Guerras, violencia, corrupción y hambruna siguen siendo habituales en demasiados lugares. Sin olvidarnos del sida, el gran azote de África. De acuerdo con un estudio de la ONU, 14 millones de niños han perdido a sus padres a causa de la enfermedad. Pero también hay motivos para la esperanza: en tres décadas, el número de países democráticos se ha triplicado y ya representa más del 60% del total.

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